¿Cada cuánto apagas el router? Aunque lo suyo sería hacerlo de vez en cuando, reconozco que salvo que me dé problemas de conexión o le de un golpe accidental al enchufe, la respuesta sería nunca. Y la realidad es que casi nunca pasa nada y funciona igual de bien. Pero cuando llega el calor los chicos se enamoran, también suelen aparecer los problemas: las altas temperaturas provocan que el rendimiento del router baje, llegando a producir cortes en la conexión y ralentizaciones, entre otros problemas. La solución era más fácil y barata de lo que pensaba.
Algunas premisas para el desastre. Como ya adelantaba en la intro, casi nunca apago el router. Pero es que además mi router (el de que me entregó la operadora cuando contraté internet y realizó la instalación), como la mayoría, es un dispositivo compacto cuya gestión térmica se reduce a unas ranuritas en la parte inferior y los laterales, porque carece de disipación de calor activa. La guinda del pastel es que como tengo una casa pequeña, tendía a colocarlo aprovechando el espacio emparedado entre la mesa de trabajo y la impresora.
Haz que tu router soporte mejor el calor: ponlo en vertical
Hay unos cuantos trucos caseros para mejorar la refrigeración del router, lo que contribuye a que este ofrezca unas buenas cifras de velocidad y un rendimiento adecuado, como por ejemplo buscarle unas patitas (pueden ser un par de gomas de borrar) que lo levanten de la superficie o colocarle un ventilador cerca (hasta puedes montar tu propio sistema de ventilación casero). Otras tienen que ver con su colocación: evitando la exposición solar directa, no ponerle nada encima, evitar que tenga cerca otros aparatos que generen calor, situarlo en zonas con buena ventilación.
Precisamente una solución casera, fácil y efectiva pasa por colocar el router en vertical. En el diseño de estos aparatos lo normal es colocar los elementos para la ventilación en la zona inferior, por lo que aun con patitas, va a tener la mesa cerca, por lo que al final el calor se acumula en esa zona aumentando la temperatura de esa parte de la carcasa y de los componentes internos.
Y funcionó al momento: antes del cambio, tocaba la parte inferior y la notaba caliente, pero al ponerlo en vertical y tenerlo un rato funcionando, volví a tocar las superficies externas y estaban más frescas porque el router disipa mejor el calor. Asimismo y para favorecer el paso del aire, lo alejé de la mesa y la impresora. Ahora mi router ya está más preparado para el verano.
Portada | Eva Rodríguez de Luis para Xataka Móvil
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