Aunque Europa y España abogan por la Neutralidad de la red, en la práctica hay obstáculos y tecnicismo que pueden convertir esta operación en una misión imposible
Cuando contratas un servicio de internet, independientemente del tipo que sea o de su velocidad, llega un técnico a casa, te instala el router y te lo deja en funcionamiento. Aunque el router de operadora puede ofrecerte un buen rendimiento y usarlo tiene sus ventajas, quizás prefieras tener internet a través de un router neutro.
Comprar un router tiene su aquel, pero al intentar instalar un router neutro y ponerlo en marcha puedes darte con una pared: quizás no puedas usar otro router que no sea el de la operadora. Ya te adelantamos algo: aunque hay legislación relativa a este tema, también términos ambiguos que lo hacen posible.
Hecha la ley, hecha la trampa los matices
En lo relativo a las telecomunicaciones, por un lado Europa vela por la Neutralidad de la Red, como puede verse en el artículo 3.1 del TSM, donde se detalla que 'Los usuarios finales tendrán derecho a acceder a la información y contenidos, así como a distribuirlos, usar y suministrar aplicaciones y servicios y utilizar los equipos terminales de su elección, con independencia de la ubicación del usuario final o del proveedor o de la ubicación, origen o destino de la información, contenido, aplicación o servicio, a través de su servicio de acceso a internet'. Por otro, en la Ley General de Telecomunicaciones (de ámbito estatal), queda recogido el 'derecho de los usuarios a acceder a internet utilizando los equipos terminales de su elección'.
Por tanto, con la ley en la mano, si al intentar poner en marcha un router neutro en tu casa descubres te encuentras con trabas de tu operadora, tendría sentido que iniciaras una reclamación. Comienzan los matices y la letra pequeña. Porque como puede leerse en este informe sobre la neutralidad de la red en España, elaborado de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales de 2020, lo de 'el equipo de tu elección' no va por el router. Más concretamente:
El equipo terminal básico para el acceso a internet debería considerarse aquél con el que interacciona directamente el cliente para disfrutar del servicio de conexión a internet, es decir, los equipos que gestionan las aplicaciones, tales como los ordenadores (de sobremesa o portátiles), tabletas, televisiones o cualquier otro dispositivo que utiliza el cliente para su servicio.
Resumiendo: que para algunas operadoras el equipo no es el router y sí el móvil, tablet o el ordenador.
Las funciones del router
Para entender esa diferencia de opiniones respecto a qué es el equipo terminal, hay que detenerse en el router doméstico y su papel en nuestra experiencia de conexión a internet. De forma simplificada y resumida, un router funciona como módem, procesando la señal que le llega a través del cable para luego descifrarla y que los demás dispositivos se puedan conectar a la red. Además, también enruta la conexión descifrada para posteriormente repartirla entre esos dispositivos, de modo que gestiona su acceso a internet.
Vamos, que lo llamamos abreviadamente router, pero lo que tenemos en casa es un router - módem e incluso más, ya que en realidad lo que integra el aparato es un módem, router, switch y punto de acceso. Volviendo a la instalación, para su ejecución es necesario llevar el cable de fibra hasta un dispositivo llamado ONT. Como en un router de operadora el ONT está integrado, entonces debe quedarse en la instalación.
La cuestión está en que si el ONT está integrado en el router, entonces forma parte de la red de la operadora y por tanto, el fin del suministro de internet es la salida del router.
Esta pequeña introducción es imprescindible para entender el modo puente, también conocido como modo bridge, modo ONT o modo monopuesto. Cuando ese modo puente está activo en el router de operadora, se inhiben las funciones de enrutador, switch y punto de acceso, quedando el router como un mero módem para descifrar la conexión y así enviarla a otro router. En pocas palabras, que si después queremos colocar un router neutro, es imprescindible que el router de operadora esté en modo puente. De no ser así, entonces tendrías dos routers en cadena y unos cuantos problemas derivados.
Por tanto, lo de libre elección del router, ya tal: concluye SETELECO que las empresas de telecomunicaciones pueden obligarte a usar su router. La clave está en que estos routers de operadora han de disponer de ese modo puente para que podamos conectar otro router inmediatamente después y además proporcionar la información necesaria para su configuración. Pero sigue habiendo dudas sin resolver, como la compatibilidad de la ONT, qué parámetros de configuración deben entregar, las claves GPON y SIP, entre otros, que hacen que en la práctica usar un router neutro no sea tan sencillo.
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