Todos conocemos esa sensación agradable que provoca sacar un smartphone de su embalaje por primera vez. El olor a nuevo, su chasis reluciente, la absoluta limpieza de su pantalla... Desafortunadamente, por muy cuidadosos que seamos es muy difícil mantener un smartphone en estas condiciones.
Basta usarlo durante unos minutos para que comiencen a aparecer pequeñas trazas de la grasa que todos tenemos en la superficie de nuestra piel, y para que empiecen a depositarse sobre él diminutas motas de polvo. Afortunadamente, muchos terminales, sobre todo si son de gama alta, salen de la fábrica «envueltos» en una finísima capa de una sustancia con propiedades oleófugas diseñada para ayudarnos a mantener la superficie de nuestro smartphone lo más limpia posible.
Sí, tu smartphone tiene una capa oleófuga
La mayor parte de los terminales de gama media y alta que se han vendido durante los últimos tres o cuatro años incorpora algún tipo de cobertura oleófuga sobre la pantalla, e, incluso, por encima del panel trasero, si es de cristal. Actualmente muchos smartphones económicos también cuentan con esta protección. No obstante, antes de seguir adelante merece la pena que repasemos qué es la capa oleófuga de nuestro smartphone y cómo funciona.
La palabra óleo procede del término latino oleum, y significa «aceite», mientras que el sufijo –fugo/a proviene de la palabra latina –fugus, y significa «que ahuyenta» o «que huye de». Una vez explicado esto es fácil darse cuenta de que, sencillamente, una sustancia con propiedades oleófugas es aquella que es capaz de repeler determinados tipos de grasa, como el aceite que recubre nuestra propia piel.
Las pantallas táctiles de los smartphones requieren que interactuemos con ellas tocándolas, por lo que, de no contar con esta cobertura, estarían aún mucho más sucias. Las sustancias oleófugas no son la panacea. No consiguen que nuestros teléfonos estén siempre impolutos; sin embargo, lo que sí logran es que la grasa no se adhiera a su superficie y, de esta forma, que podamos retirarla sin esfuerzo (si os apetece recordar cómo podemos limpiar nuestros smartphones podéis echar un vistazo al post que publicamos a finales del año pasado).
Algunos fabricantes simplemente rocían la superficie de nuestros smartphones con un líquido cuya peculiar composición química le permite evitar la adhesión de las partículas de grasa, provocando que se deslicen, pero no se peguen. Es un efecto parecido al que podemos observar si dejamos caer unas gotas de agua sobre un espejo; se deslizarán, pero no se pegarán, y solo dejarán una marca de cal o sales minerales cuando el agua se haya evaporado.
Pero esta no es la única solución. Algunas firmas emplean en sus smartphones de alta gama una tecnología algo más sofisticada, que consiste en cubrir la pantalla del terminal y las demás superficies de cristal con un polímero (es similar a un adhesivo de plástico) con propiedades oleofóbicas. Como sabéis, el cristal es una sustancia inorgánica, mientras que el polímero es un compuesto orgánico que se obtiene a partir de átomos de carbono, por lo que la complejidad reside en la forma en que cada fabricante consigue adherir el polímero a la superficie de la pantalla. Probablemente la mayor parte de ellos utiliza una tercera molécula que, por un lado, se adhiere al cristal, y, por otro, al polímero, como el silano, un compuesto químico derivado del silicio.
En cualquier caso, lo realmente importante es que tanto la capa oleofóbica aplicada en estado líquido como el polímero van perdiendo buena parte de sus propiedades con el paso del tiempo, aunque la duración de este último, en teoría, es mucho mayor. La «culpa» de este deterioro la tiene, por un lado, su exposición a los agentes medioambientales (humedad, polvo, etc.), y, por otra parte, su casi continuo rozamiento con la superficie de nuestros dedos. Este desgaste es inevitable, pero hay algo que sí podemos hacer para mantenerla en buen estado el máximo tiempo posible.
No limpies tu smartphone con alcohol
Este es nuestro consejo. Ni más, ni menos. Lo ideal es limpiarlo con un paño suave y no abrasivo, preferiblemente de microfibra, y ya está. Y, si está muy sucio, humedecedlo ligeramente con un poco de agua y algún jabón neutro. No hace falta nada más. Si decidís utilizar algún producto de limpieza, comprobad antes que no contiene alcohol. De lo contrario, la película oleófuga de vuestro smartphone se deteriorará y perderá sus propiedades. En caso de duda es preferible no arriesgarse.
Los alcoholes se utilizan a menudo industrialmente como disolventes (también como combustibles), por lo que al entrar en contacto con la capa oleófuga afectarán a su estructura y echarán a perder sus propiedades beneficiosas. La capacidad desinfectante del alcohol provoca que muchos usuarios piensen en él a la hora de limpiar su teléfono. Y limpio queda, desde luego; el problema es que disuelve casi con la misma eficacia los aceites que manchan nuestro smartphone y la sustancia oleófuga que lo protege. Pero no te preocupes. Si ya has limpiado tu terminal de esta forma y crees haber destruido esta película protectora, debes saber que puedes recuperarla.
También podemos restaurarla
Actualmente en el mercado podemos encontrar varios líquidos con propiedades oleófugas diseñados para permitirnos restaurar la película protectora de nuestro smartphone. Este procedimiento resulta muy útil tanto si habéis limpiado vuestro teléfono con alguna sustancia que incorpora alcohol, como si tiene ya mucho tiempo y habéis observado que se ensucia más que al principio.
Nosotros hemos tenido ocasión de probar uno de los líquidos más conocidos, la cobertura oleófuga que fabrica la firma japonesa Fusso (pertenece a la división de química industrial de Mitsubishi), y funciona realmente bien. Podéis conseguir este producto a través de algunos vendedores de Amazon a un precio que suele oscilar entre 10 y 15 euros, pero, posiblemente, si indagáis un poco en Internet, lo localizaréis en más sitios. Este vídeo nos muestra las peculiares propiedades oleófugas de este producto:
Aplicarlo es muy sencillo. Tan solo tenemos que limpiar previamente nuestro smartphone utilizando un paño de microfibra, si es posible, para eliminar todas las partículas de polvo y la grasa. Después, echad unas gotas del líquido de Fusso sobre la superficie a proteger y esparcid uniformemente la sustancia con ayuda de un paño fino y suave. Esperad entre 15 y 20 minutos para que se seque completamente, y repetid este procedimiento dos veces más. Cuando hayáis terminado, lo ideal es que no utilicéis vuestro teléfono durante cinco o seis horas para que la capa oleófuga se adhiera bien, por lo que lo ideal es hacerlo por la noche, justo antes de acostarnos, para que seque bien durante al menos esas seis horas.
Como habéis visto, podemos restaurar la protección oleófuga de nuestro smarthone de una forma sencilla, económica y bastante rápida. Sin embargo, debéis tener en cuenta que esta película no es eterna. Durante los tres primeros meses mantiene una capacidad de protección muy buena, pero pasados cinco o seis meses notaréis que sus propiedades van desapareciendo. En ese momento lo único que tenemos que hacer es repetir de nuevo la aplicación. En principio debería ser suficiente realizar este proceso dos, o, como mucho, tres veces al año, que es, precisamente, el rendimiento que nos ofrece un solo bote de líquido oleófugo.
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