Casi siete años. Ese es el tiempo que ha pasado desde que el primer Angry Birds llegase a las tiendas de aplicaciones, un juego que sin duda alguna ha sido de los más exitosos de la historia de los videojuegos para móviles. Y como ocurre en muchas ocasiones, sus creadores vieron una mina de oro en su creación, por lo que se lanzaron a por todas, ya no solo con nuevos juegos con los mismos protagonistas, llegó también el merchandising y el salto fuera de los móviles.
16 juegos, una serie, una película, peluches y demás artículos para explotar al máximo a los pájaros cabreados después, hoy en día la moda de los Angry Birds está más que en coma. Juegos como el Candy Crush o Apalabrados entre los casual games y Clash Royale o Pokémon GO para los más jugones han dejado a los Angry Birds sin sus fieles y lo que es peor, han provocado importantes recortes de empleo en Rovio, el estudio tras nuestros protagonistas.
Angry Birds dio sus primeros pasos en los móviles en diciembre de 2009. Entonces llegaba a iOS (más tarde llegaría a otros sistemas operativos) Angry Birds, un juego que enganchó a millones de usuarios por su sencilla mecánica, que no implicaba pasar horas frente a la pantalla. Contábamos con una serie de pájaros con distintas habilidades que tendríamos que lanzar contra unos cerdos con un tirachinas, calculando el ángulo y la potencia a emplear.
Aquel juego lanzó al estrellato a Rovio, la compañía tras él que no era de reciente creación, ya que su nacimiento se produjo en 2003 y el éxito les llegó en su juego número 52. Tan claro vieron el filón descubierto con Angry Birds que empezaron a estirarlo tal cual chicle, lanzando hasta seis juegos más con los mismos protagonistas y similar mecanismo (Angry Birds Seasons, Rio, Friends, Space, Star Wars y Star Wars II) y otros dos con distintos protagonistas, Bad Piggies y Angry Birds Stella.
Pero la explotación de los Angry Birds no se quedó únicamente en los móviles, pronto llegaron también los peluches, pegatinas, llaveros, libros, bebidas, juego de mesa... Todo lo que fuese vendible y que reportase ingresos, teniendo incluso su propia tienda en Helsinki, su cuna de nacimiento. El culmen llegó en 2013, con el lanzamiento de Angry Birds Toons, la serie de televisión.
Y la gallina de los huevos de oro se agotó
Para 2014 los juegos de Angry Birds acumulaban ya más de 2.000 millones de descargas en total, pero como todos sabemos, las descargas no aseguran nada, porque los móviles de los usuarios están plagadas de aplicaciones y juegos que apenas o nunca usamos. El beneficio de 2013, que fue menos de la mitad del del año anterior, evidenciaba que la gallina de los huevos de oro se empezaba a agotar, y se tradujo en 110 despidos a finales de año.
La reacción de Rovio viendo el agotamiento de Angry Birds tampoco es que pareciese la más adecuada, ya que aunque cambiaron la mecánica de sus nuevos juegos, los protagonistas de ellos seguían siendo los mismos. De hecho, tras varios experimentos que parece que no funcionaron, en julio de 2015, casi seis años después del primer juego, llegaba Angry Birds 2. Los despidos siguieron, e incluso el año pasado Rovio vio como sus cuentas entraban en números rojos por primera vez.
A pesar de todo, Rovio sigue siendo una compañía que lo apuesta casi todo a una sola saga, con el reciente estreno de su película. Y aunque parezca que el camino de la compañía finlandesa es muy complicado, las cuentas del primer semestre de 2016 han arrojado un halo de esperanza, con la recuperación de los beneficios, por un lado por el buen funcionamiento de la película y por el repunte de los ingresos generados por los juegos. ¿Seguirá Rovio en su empeño por apostarlo todo a los Angry Birds?
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