Seguimos con nuestras particulares secciones nostálgicas para el fin de semana, y hoy toca continuar con la senda abierta hace siete días cuando hablábamos de los beepers. Tras los mensáfonos, buscapersonas o como queramos referirnos a ellos, hoy nos complace tocar la fibra sensible de aquellos que en los 90 tenían la suficiente autonomía, eran lo suficientemente mayores, para visitar los cibercafés.
Hoy es muy común contar con una conexión a internet en el hogar o en el trabajo, o llevarla encima asociada a nuestro teléfono móvil, pero hubo un tiempo en el que acceder a la red de redes no era tan sencillo como ahora. En esta época en la que la demanda de conexiones era alta y la oferta escasa, nacieron los cibercafés. ¿No los recordáis? Hablemos un poco de ellos.
22 años desde Cyberia

Los cibercafés no son tan antiguos como en ocasiones pensamos. El primero de ellos nació en Londres en 1994, concretamente se trató del Café Cyberia y posiblemente su nombre fue el responsable de la denominación de todos los que llegarían detrás de él. Su creadora asegura que a causa de pasar largas épocas lejos de su familia, trabajando en su tésis doctorial, tuvo la idea de crear un centro al que otros en su misma situación pudiesen acudir para tener acceso a una serie de servicios que ella necesitaba.
Así, el primer cibercafé nació ofreciendo un catálogo de servicios que servía, básicamente, para ponerse en contacto con aquellos que estaban lejos. Una conexión permanente a Internet con la que poder tener mensajería instantánea en la época del MSN Messenger, de Yahoo Messenger o de IRC. Correo electrónico, poder visitar distintas webs, videoconferencias a través de webcam y, más adelante, llamadas VoIP. Todo a cambio de un módico precio y con un añadido: poder tomarnos un café o un refresco durante el tiempo que estuviésemos allí.
Ofrecer café a quienes consultaban su correo, un lucrativo negocio en los 90
Los cibercafés ofrecían además otras ventajas, como el acceso ordenadores de sobremesa para quienes no tuviesen uno, aunque casi todos los comercios daban la posibilidad de viajar allí con nuestro ordenador portátil y conectarlo a sus redes. Pero esta presencia de ordenadores fijos hizo que muchos de ellos virasen hacia otro negocio quizá más lucrativo: los salones para gamers. Frecuentemente a través de una reserva previa, algunos cibercafés podían alquilarse para disfrutar de sesiones multijugador con los amigos en una época en la que se jugaba mucho más a través de la red local, y llegaron a restar mucho poder a los salones recreativos. El germen de los multijugadores online de hoy.
La seguridad siempre estuvo en entredicho

Los que acudían a los cibercafés lo hacían por diversos motivos pero casi todos compartían algunos elementos comunes. El navegador solía ser Netscape, se visitaban páginas que a día de hoy no existen o están en peligro de extinción, como Lycos o Altavista, y se usaba MSN Messenger y compañía. La seguridad solía brillar por su ausencia.
Mientras que a día de hoy se reciben constantes recomendaciones de qué se debe y qué no se debe hacer al conectarse a redes WiFi públicas, en su momento se realizaban todo tipo de operaciones desde los cibercafés. Desde introducir datos personales en todo aquello en lo que los usuarios se registraban hasta realizar operaciones bancarias. Mínimas, eso sí, pues por aquel entonces la banca por internet sólo daba sus primeros pasos.
La baja seguridad se entrecruzaba con nuestro desconocimiento, y exponíamos todos nuestros datos
Los responsables de los cibercafés contaban con software específico para gestionar sus negocios. Aplicaciones que les permitían controlar los tiempos de conexión de cada uno de sus equipos y que aportaban algo de seguridad a las líneas, pero a años luz de la seguridad de la que podemos gozar a día de hoy. Los navegadores tampoco contaban con navegación de incógnito, entonces todo estaba mucho más expuesto.
Esta inseguridad, aunque tal vez deberíamos entrecomillarla, fue también uno de los motivos por los que muchos prefirieron empezar a gestionar sus asuntos desde su propio domicilio. Ayudó el que las conexiones mejorasen y que los precios bajasen, aunque ahora las tarifas convergentes se empeñen en invertir el esfuerzo de todos estos años. Los cibercafés fueron perdiendo fuerza.
Aislados por el desarrollo

Como comentábamos, los cibercafés crecieron al amparo de una necesidad patente en la sociedad: la de la interconexión. Esta necesidad fue extendiéndose y aunque los hogares comenzaban ya a contar con su propia línea de conexión a Internet, ésta era aún costosa y lenta y muchos usuarios preferían seguir desplazándose a los locales habilitados ya que podían pagar poco pese a contar con periodos de conexión finitos. Aún quedaba mucho para la llegada de las tarifas planas o las conexiones activas las 24 horas.
Con Internet en casa y sin límites, ¿quién necesitaba ir a un cibercafé?
Con el paso del tiempo, la necesidad de conexión a Internet fue paliándose con el auge de las líneas ADSL, ya ilimitadas a distintas velocidades, pero aún así los cibercafés conservaron parte de su encanto debido a la socialización. De ahí el nacimiento de algunos cibercafés especializados en juegos, poblados de potentes PCs para facilitar quedadas de amigos y de asociaciones más profesionales. Pero aún así, no pudieron evitar perder mucha fuerza.
A día de hoy seguimos manteniendo los cibercafés aunque han disminuido mucho en número y en clientela. Muchos han cerrado mientras que otros se han convertido en locutorios, un modelo de negocio orientado principalmente a los emigrantes y que siguen abriéndose a día de hoy, sobre todo en las zonas de la ciudad más propensas a acoger a recién llegados.
No hay desaparecido, sólo se han mudado

Mientras que antes era muy común tener un cibercafé cerca de casa, hoy en día resulta incluso difícil dar con uno. Pero la razón de ello no es más que el avance de las telecomunicaciones en nuestros respectivos países. Conexiones privadas más veloces han hecho que ya no exista la necesidad de sitios comunes para conectarse, de ahí que muchos negocios hayan cerrado. Pero el modelo como tal no ha desaparecido.
Al igual que nuestros países vivieron un momento de necesidad de conexión que fue cubierto por los cibercafés, otros muchos se siguen incorporando a las nuevas tecnologías. En la actualidad estos países se localizan sobre todo en África y Asia, aunque en el continente asiático la existencia de cibercafés es toda una tradición. En África, sin embargo, lugares como Nigeria recién salen de su particular auge de un modelo de negocio que permite acercar la conexión a Internet a todos a un módico precio, y que curiosamente está siendo aplastada por las conexiones móviles.
En definitiva, los cibercafés no han muerto, sólo han evolucionado. Bien sea cambiando de región o reenfocando su negocio, ahora tenemos locutorios, puestos de conexión a Internet en hoteles y a precio de oro o cafeterías y restaurantes, como Starbucks, que nos ofrecen conexión a cambio de una consumición: una práctica que nos suena.
En Xataka Móvil | ¿Qué fue de los beepers?
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20 comentarios
Luis
En Zaragoza hay uno, battle al lado de la plaza san francisco y hay bastante gente jugando.
pascualfernandez1
Recreativos, videoclubs, cibercafés...
¿Que será lo próximo? ¿Las bibliotecas?
xtashaodokin
En África y Asia, no sé, pero en Sudamérica, puedo dar fe de que aun proliferan esos negocios. Nos quejamos de las tarifas en España, pero es que allí son más inasequibles que aquí y muy poca gente tiene ADSL o fibra en su casa y mucho menos un ordenador mínimamente potente. Por allí, con tanta gente fuera de sus países, les va genial que existan esos sitios para poder hacer videollamadas con ellos. Lo malo es que, a menudo, los auriculares o las webcams fallan, y rara es la vez que los sustituyen
juanmcm
Vamos por partes:
No termino de pillar esa costumbre que "como tengo un curro de [ponga aquí el trabajo a realizar y que se lo lleva muerto por no hacer ni huevo] doy por sentado que todos los demás hacen lo mismo" pero la realidad es que NO SIEMPRE ES ASÍ.
Les invito a ir por zonas como Esperanza, o también Alvarado, quizás Prosperidad o Lavapiés entre muchas zonas de Madrid y verán si está en auge o no.
Es muy sencillo en según que zonas y con curros que bueno, pueden prometer más o menos euros, disponer de una conexión móvil o en casa, pero no siempre es así y lo vemos a diario en una sociedad que viene mayoritariamente de Europa del Este, Asia, África o América Latina.
Hay gente que no puede permitirse esas conexiones que se habla en el artículo y de conexiones a gran velocidad, que si, son baratas pero por contra hay otra gente que son chorrocientas personas habitando en un piso para 2 ó 4 ó 5 personas, que tienen múltiples trabajos para llegar con solvencia a fin de mes (pluriempleados) y, que en muchos casos destinan parte del salario a pagar otros temas y mandarlo a sus familiares.
Es muy cómodo decir toda esa clase de frases como ahora ya no tienen sentido y todo eso para ilustrar un artículo sin mucho fundamento, pero no es cierto.
Que ha decaído el número de estos locales puede ser cierto, pero en muchas zonas de Madrid (y no sé si de otras ciudades) aún están y tienen cuerda para rato.
videl
Recuerdo que mi primera experiencias en internet fue bajarme qciones para el Combat Flight Simulator en cibercafés.
ivan3es
En el ciber recuerdo jugar al clásico Star Craft en red
scrappy
Recuerdo haber pasado el Call of Duty 2 en el cybercafe :'). Viejos tiempos
TOVI
Ni partidas de Counter Strike que habré jugado en CiberClubs/cafes Snif...
victorparra
Sí que han muerto
amhairghin
Si bien dependiendo de las zonas los cibercafés no están muertos, es cierto que ya no se ven esos garitos mas o menos grandes donde quedabas con los colegas para jugar una partida.
Horas echadas al Counter Strike, Starcraft, Midtown Madness o incluso al Tony Hawk's Pro Skater (el primero) que aunque solías jugar en partida de un solo jugador, lo hacías en el ciber para que todo el mundo observase tu pericia sacando puntos.
Yo creo que una de las razones de que estos lugares de ocio en red ya no existan es principalmente porque, por un lado, hoy por hoy, es muy similar jugar en red local a jugar en Internet y, por otra parte, si quieres montarte una "lan party" en casa de algún colega, puedes irte con un portátil que tiene potencia suficiente como para mover ese juego.
También hay que tener en cuenta el auge de las consolas como la PlayStation o la Xbox, algo que no sueles sacar de casa.
Y por ultimo, muchos juegos han evolucionado de tal manera que sus servidores no se pueden montar locales en un sitio (por ejemplo DOTA2, League of Legends, etc...), por lo que no hay ninguna ventaja real a la hora de jugarlo en un cibercafé.
olivertusss
bufff cuando salía del cole de camino a casa habían mínimo 3 en las 5 calles que me tomaba llegar, ahora solo hay uno de dueños chinos y que está petao de chinos jugando al LoL, el ciber se llame "Penta-Q" xD
tnuocsid
Un amigo me contó hace un año que iba a montar un cibercafé gaming, yo le tome por loco y me pareció una idea tan estúpida como la de otro amigo que años atrás monto un videoclub (Cuando ya estaban cerrando casi todos).
Y la cosa es que no le ha ido muy mal, esta cubriendo gastos y sacando un sueldecillo que cuando termine de pagar la inversion inicial, pues será algo más decente.