Continuamos con nuestro repaso a la fotografía móvil, y seguimos en el apartado del hardware, de los dispositivos como tal, y dejando de un lado el software y las aplicaciones. Ya hemos hecho un repaso por los distintos tipos de lente empezando por los grandes angulares, siguiendo por los teleobjetivos y acabando en las lentes macro. Ahora llega el momento de adentrarse un poco más.
Y adentrarse, en este caso, significa viajar a la propia lente para hablar de los distintos tipos de estabilización que encontramos en los teléfonos móviles. Por un lado la estabilización óptica, de mejor calidad a priori, y por otro lado la estabilización electrónica, con muy buen rendimiento si se trabaja adecuadamente y aquí, como en todo, depende del desarrollador del software que acompañe a cada cámara. Empezamos.
Por qué es necesaria la estabilización en fotografía
Estamos en un teléfono móvil pero eso no implica que las fotografías no se hagan de igual forma que con cualquier otro dispositivo para el mismo fin. Por ejemplo, que las cámaras fotográficas tradicionales. Así que cuando pulsamos el botón para tomar la fotografía, el proceso es el mismo: el diafragma de la cámara se abre, toma la suficiente luz para hacer la fotografía y luego se cierra. Abrir, capturar luz, cerrar.
Dado que habitualmente hacemos fotografías sujetando el móvil con las manos y no con un trípode perfectamente fijado a una superficie estable, nuestro pulso tiene mucho que decir en la captura. Cualquier vibración que se produzca mientras el diafragma está abierto puede causar que la fotografía salga "movida" o "trepidada" y la captura se arruine. Y conforme la luz disminuye, el diafragma está más tiempo abierto por lo que se huele el desastre.
La estabilización en fotografía existe para poder reducir al mínimo estas vibraciones, para que la lente del objetivo esté todo lo quieta que sea posible durante el tiempo que el diafragma esté abierto y así no haya errores en la captura. Y si no podemos intervenir directamente sobre la lente, lo hacemos sobre el sensor. De ahí que existan dos tipos de estabilización: la óptica, con efecto directo sobre la lente, y la electrónica, con efecto sobre el sensor.
La estabilización óptica: fijemos la lente
Tal vez tu teléfono móvil cuente con estabilización óptica en alguna de sus cámaras y no lo sepas. Para saberlo con seguridad debes buscar las siglas OIS (Optical image stabilization) impresas junto a la cámara o en el listado de especificaciones del mismo. Si las siglas aparecen, al menos una de las lentes está estabilizada ópticamente y eso significa que junto a la lente hay al menos dos imanes.
Una de las características de la estabilización óptica es que la lente no está fijada a la cámara de forma directa sino que flota en el interior de ella. Esto se consigue gracias a la colocación de distintos imanes que, por el sencillo principio de atracción/repulsión, permiten que la lente no toque el módulo de cámara como tal. Este sistema, claro está, hace que el propio módulo sea necesariamente más grueso.
Con este sistema la lente literalmente suspendida en el aire en el interior de la cámara. La lente flota. Y en este estado, puede reaccionar de forma más lente ante las vibraciones de la cámara y, en este caso, del teléfono, compensando en buena parte las mismas. La lente no está 100% quieta si el teléfono sufre muchas vibraciones, pero su efecto se atenúa. Con este estado de calma en suspensión, el diafragma se abre y cierra recibiendo poco o ningún movimiento.
Pese a que la estabilización óptica es la misma para todos los fabricantes, cada uno monta sistemas más o menos complejos y se suelen clasificar por ejes. Cada pareja de imanes enfrentados entre sí configura un eje, y en el mercado encontramos estabilización óptica de uno, dos y hasta cuatro ejes. Ojo, hay incluso seis ejes ya en el mercado, aunque aún no han llegado en el interior de ningún teléfono. Pero existir, existen.
Como hemos dicho antes, en las fotografías con baja luz, el diafragma está más tiempo abierto de lo normal por lo que contar con un objetivo estabilizado ópticamente para estas fotografías resulta más que útil. Pero ojo, también aplica al vídeo pues aquí el diafragma está abierto segundos y hasta minutos. Esto es, en definitiva, la estabilización óptica. Un sistema de imanes que se aplica directamente sobre la lente. Pero en las cámaras hay otro sistema para estabilizar, el que aplica sobre el propio sensor. Vamos con la electrónica.
La estabilización electrónica: recortemos el sensor
Cuando por espacio, presupuesto o decisiones de diseño o comerciales, un fabricante decide que quiere estabilizar la cámara de un móvil pero no montar un sistema óptico, siempre se puede recurrir a la estabilización electrónica. Aquí jugamos con el espacio útil del sensor y en el caso de la fotografía perderemos resolución sí o sí. En el caso del vídeo puede que no, dependiendo del margen que nos permite la cámara y la resolución a la que estemos grabando.
En la estabilización electrónica no hay imanes. La lente está completamente fija al módulo de cámara y lo que toca es prescindir de los bordes del sensor fotográfico. La imagen se captura en la zona más centrada y lo que se hace es desplazarla arriba, abajo y hacia los lados para compensar, siempre por software, la vibración que esté el sensor recibiendo por múltiples motivos. Tal vez por nuestro propio pulso, o por la vibración del terreno, o porque usemos trípode pero estemos sobre un vehículo. Múltiples razones.
Como ya definimos en una ocasión, este tipo de fotografía sería como tener dos cuadrados. Uno grande, el del sensor fotográfico, y otro más pequeño, el de la fotografía que estamos tomando. A la hora de hacer la captura, el software de la cámara movería el recuadro más pequeño por el interior del mayor para compensar las vibraciones a la hora de capturar la imagen. La resolución perdida, por tanto, depende del margen que el desarrollador deje para que la fotografía pueda moverse por el sensor sin pasarse de los límites. Es decir, del borde del propio sensor.
Evidentemente, hablamos de un sistema menos eficiente que el óptico para estabilizar una cámara, pero fabricantes como Google llegaron a hacer un arte de él, y como ejemplo el funcionamiento de la cámara del Nexus 6P. Pero finalmente se pasaron al sistema óptico que es el que vemos, por ejemplo, en la cámara dual del Pixel 4 XL además de en muchos otros.
Éstos son, por el momento, los dos sistemas de estabilización en fotografía. A modo de resumen, los dos ejemplos que hemos usado anteriormente. La estabilización óptica es física y se aplica sobre la lente, la estabilización electrónica es por software y se aplica sobre el sensor. En la primera la lente flota, en la segunda el sensor fotográfico pierde resolución. Tanta como grueso sea el margen que se deje para poder compensar las vibraciones. No hay más que eso.
Imagen de portada | Jakob Owens en Unsplash
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