Si por algo será recordado el verano de 2016 en el mundo tecnológico, será sin duda por el fenómeno Pokémon Go. El juego basado en la popular saga de Nintendo llevaba un tiempo amenazando con llegar a nuestros móviles y, finalmente, el pasado 6 de julio Niantic, la compañía encargada del desarrollo del juego, lo liberó en iOS y Android.
Lo que vino después ya lo sabemos de sobra. Millones de descargas, récords de ingresos, acciones subiendo como la espuma y, sobre todo, gente como loca cazando Pokémons, entre los que por supuesto me incluyo. Desde entonces ha pasado más de mes y medio, un tiempo en el que he ido subiendo de nivel poco a poco y ampliando mi Pokédex con criaturas de las que, por qué no decirlo, me siento bastante orgullosa. Pero ahora, 53 días después de que lo instalara en mi móvil cada día tengo más claro que es cuestión de tiempo hasta que acabe desinstalándolo. Sí, me estoy cansando de Pokémon Go.
La ilusión del principio
Antes de nada quiero dejar claro que nunca he sido fan de la saga Pokémon. Conocía a los clásicos Pikachu, Squirtle y Bulbasaur, pero más allá de ahí nunca me interesé por aquellas criaturas de los dibujos animados, quizás porque la fiebre Pokémon me pilló ya un poco mayor o porque nadie de mi entorno me instruyó en el noble arte de capturar Pokémons. Sea como fuere, la inminente llegada de Pokémon Go me producía el mismo interés que la serie, es decir, ninguno.
Sin embargo, mi trabajo me exige conocer infinidad de apps y juegos a los que de otro modo no prestaría atención, así que el día 6 de julio me descargué el juego del que todo el mundo hablaba y salí a la calle para probarlo. Para mi sorpresa, el juego no sólo me pareció curioso, sino que me encantó - tanto como para jugar a diario y acabar conociendo casi toda la Pokédex al completo.
Eso de que la calle sea el escenario del juego me pareció de lo más interesante, una propuesta disruptiva que podía iniciar una nueva era en los juegos móviles, algo que a día de hoy sigo pensando, pero la ilusión del principio está menguando a una velocidad galopante y cada vez que abro el juego termino por cerrarlo a los pocos minutos. Os explico mis motivos.
Bugs y actualizaciones
Creo que todos estamos de acuerdo en que, al principio, el funcionamiento del juego dejaba bastante que desear. Los 'cuelgues' eran el pan de cada día y lo de reiniciar la app se convirtió en algo que, al menos en mi caso, hacíamos por inercia.
Pero me daba igual. También me daba igual cuando el juego se quedaba congelado tras haber capturado un nuevo Pokémon y lo acababa perdiendo, o cuando había problemas para hacer login -eso por no hablar de aquel sistema de huellas que más que indicar dónde había un Pokémon terminaba por confundirnos todavía más. Pokémon Go compensaba todos estos bugs con una dinámica de juego muy innovadora y, sobre todo, la posibilidad de avanzar con relativa facilidad.
Niantic ha mejorado bastante el funcionamiento y rara es la ocasión en la que el juego se queda bloqueado. Ya no hay tantos problemas para hacer login ni perdemos capturas con tanta facilidad, pero todavía queda mucho por mejorar y, como no se den prisa, el interés por Pokémon Go seguirá decayendo como ya muestran los números de usuarios activos.
La gestión de Niantic ha provocado bastante polémica en las semanas posteriores al lanzamiento. Aunque han mejorado la experiencia de uso, las actualizaciones lanzadas por la compañía no han introducido cambios que enriquezcan la dinámica del juego. No han llegado nuevas criaturas, tampoco han incluido la posibilidad de intercambiar Pokémon con otros entrenadores como se rumoreó hace semanas y del nuevo modo 'cerca' mejor ni hablamos.
Como decía, lo positivo de estas actualizaciones es que al menos han acabado con la mayoría de fallos, aunque no todos. Ahora que ya voy por el nivel 20, los bugs empiezan a minarme la moral. El otro día, para mi deleite, capturé un Golem de 870 PC, pero la alegría me duró poco, y es que mis más de 130 Pokébolas desaparecieron de un plumazo.
Tras consultar la web y comprobar que este fallo había afectado a más usuarios, me puse en contacto con Niantic y, como era de esperar, obtuve la clásica respuesta automática que no soluciona nada, así que me tocó volver a visitar decenas de Poképaradas para volver a recargar mi mochila.
Pokémon Go es un juego frustrante y repetitivo: trampas y baneos
Ya desde los primeros días, los Pidgey, Zubat, Ekans y Spearow empezaron a cabrearnos con su insistencia, pero no pasaba nada porque capturarlos era relativamente sencillo y subir de nivel no resultaba demasiado complicado. Sin embargo, Pokémon Go es un juego que se va complicando conforme avanzamos, algo normal, pero que en el caso de un juego que te obliga a salir de casa y patear las calles, es bastante frustrante.
Por ejemplo, una de las maneras más efectivas para subir de nivel fácilmente es capturar muchos Pidgeys e ir evolucionándolos. He llegado a acumular más de 150 caramelos Pidgeys en unos pocos días y gracias a ellos pude avanzar varios niveles, pero ahora lo de capturar pajaritos se complica y cuando me encuentro un Pidgey de 200 o 300 PC muchas veces pasó de él -no sería la primera vez que gasto seis o siete Pokébolas para capturar uno y no me apetece malgastarlas.
Con un mundo lleno de las mismas criaturas y un radar que deja mucho que desear, lo de hacer trampas es casi una necesidad, pero Niantic no lo ve así. Los baneos permanentes para jugadores que usan apps que falsean la localización GPS o servicios que nos dicen dónde aparecerá el próximo Pokémon ya son una realidad y, aunque es comprensible, no es menos cierto que hay muchos aspectos mejorables.
Niantic debería centrarse, no sólo en banear, sino en mejorar el juego para que tengamos menos motivos para querer hacer trampas. En mi caso jugué limpio al principio, pero servicios como Pokévision o Pokémesh son demasiado tentadores como para ignorarlos.
¿Podrá Niantic mantener el interés?
No hay duda de que Niantic tiene posibilidades de frenar el descenso que vemos en el gráfico. Tampoco hay que olvidar el componente novedad del juego, por lo que es normal que haya una bajada en el número de usuarios, pero la compañía no puede dormirse en los laureles si quieren mantener el interés de los usuarios.
Ya hace varias semanas desde que se habló del intercambio de Pokémon entre usuarios y también de ese modo de radar que nos permitiría localizar los Pokémon cercanos más fácilmente, pero a día de hoy seguimos esperando y, cuánto más tarden, más afectará a las cifras. Otro aspecto para volver a despertar el interés sería añadir nuevos Pokémon a la colección, aunque para eso parece que todavía queda bastante.
La verdad es que a estas alturas, al menos en mi caso, mucho tendría que mejorar el juego para recuperar el interés del principio. Con más de 100 kilómetros recorridos, 619 Pokémon capturados y 76 registrados en la Pokédex, todavía no quiero darme por vencida, pero la verdad es que el juego no me resulta tan divertido como las primeras semanas.
Puede que pienses que me estoy cansando porque en realidad no soy fan leal de Pokémon, soy una outsider y por eso el juego me aburre. Quizás tengas razón, o quizás no, lo que está claro es que sólo Niantic puede mantener el éxito de Pokémon Go.
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