No se si ocurre en otros lugares, pero por donde yo vivo, es costumbre anunciar que algún vecino ha fallecido. En los pueblos y algunas ciudades, se avisa del deceso normalmente mediante carteles situados en zonas de mucho paso, aunque conozco un sitio en que lo hacían mediante un coche con megafonía. Esta costumbre, heredera del antiguo repicar de las campanas, sirve para avisar a los vecinos y conocidos para que acudan al entierro.
En la población alicantina de Callosa d'en Sarrià, la empresa Tanatorio Mediterraneo ha adaptado esta idea a los nuevos tiempos y comunica mediante mensajes SMS "quien se ha muerto". Mediante una página web se publican las esquelas, pudiendo recibir por correo electrónico o SMS la información de quien ha fallecido y de su entierro. Según el gerente de la empresa, el servicio esta pensado para gente que vive o trabaja fuera del pueblo.
Dejando de lado el valor añadido de este servicio, me ha sorprendido mucho que se aplica una tecnología nueva como los SMS a una costumbre centenaria y, posiblemente, típica de nuestro país. La innovación no es solo copiar ideas que funcionan bien en el extranjero. Aunque sea algo muy repetido: "piensa localmente y actúa globalmente".
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