Ayer saltó el bombazo: Apple se vio obligada a detener las ventas de sus dos nuevos relojes de cara a las fechas navideñas. Se trata de uno de los momentos más importantes del año para cualquier empresa y los de Cupertino se han visto obligados a detener las ventas de los Apple Watch Series 9 y del Apple Watch Ultra 2.
¿El motivo? Una supuesta infracción de patentes en el sensor de medición de oxígeno en sangre -SpO2- que ha sido suficiente como para que la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos obligue a Apple a detener las ventas. Sin embargo, como leemos en Bloomberg, Apple está intentando revertir la situación para poder salvar la Navidad.
"Hasta la empresa más importante del mundo debe respetar la ley"
La campaña navideña es una de las más importantes del año y el Apple Watch es un dispositivo fundamental para Apple estas fechas. Los dos nuevos modelos no son los más revolucionarios (motivo por el que se espera un Apple Watch de 2024 mucho más interesante), pero está claro que son dos dispositivos candidatos a superventas en Navidad.
Sin embargo, la empresa de tecnología médica Masimo afirma que la tecnología del sensor que mide la saturación de oxígeno de los Apple Watch Series 9 y Apple Watch Ultra no pertenece a Apple, y el ITC -Comisión de Comercio Internacional- le ha dado la razón.
Debido a esta demanda por patentes, el ITC ha ordenado a Apple detener las ventas de sus dos últimos relojes en Estados Unidos: no pueden venderlos en la Apple Store a partir del 21 de diciembre y tampoco se podrá adquirir uno desde el 24 de diciembre en el resto de distribuidores.
Además, tampoco se pueden importar a Estados Unidos y, en definitiva, a partir del 25 de diciembre, los Apple Watch Series 9 y Apple Watch Ultra 2 desaparecerán de los almacenes estadounidenses. Apple tiene un periodo de réplica, pero está claro que la medida va a hacer daño a las ventas de los dos relojes y sólo quedaba el Apple Watch SE -sin este sensor- disponible para salvar las fiestas.
Ahora bien, como apuntan desde Bloomberg, Apple está trabajando a toda prisa en una solución. El objetivo es cambiar los algoritmos de los relojes para cambiar la forma en la que se mide el nivel de oxígeno en sangre. Ese sería el uno de los problemas y el conflicto con la tecnología de Masimo Corp.
Ahora bien, aunque fuentes dentro de Apple apuntan a un cambio de software que resolvería el conflicto, desde Masimo se afirma que "el hardware necesita cambiar". Esto ya es más difícil de gestionar y no bastaría con una simple actualización de software.
Parece que Apple está trabajando a contrarreloj porque debe retirar los dos modelos afectados de los 270 puntos de venta físicos antes del 24 de diciembre, algo que implica tanto la retirada como la gestión de la cartelería para no promocionar los Series 9 y Apple Watch Ultra 2.
Está claro que es un mazazo para la compañía en su mercado más fuerte y en el mayor periodo de ventas y puedes pensar que Apple podría llegar a un acuerdo con Masimo, pero las condiciones parece que no apuntan en esa dirección.
El motivo es que Apple suele trabajar en tecnologías propias y, además, desde Masimo se afirma que esta decisión de prohibir los relojes "demuestra que, incluso la empresa más poderosa del mundo debe respetar la ley".
Veremos qué ocurre, ya que es un tema que va a tener recorrido debido a que los nuevos ajustes de software deberán probarse y, posteriormente, ser evaluados para ver si cumplen las condiciones de la demanda por patentes. Y teniendo en cuenta que queda muy, muy poco para Navidad, el Apple Watch SE parece que tendrá que cargar con todo el peso de la campaña.
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