El problema de la falta de privacidad con los AirTags está más que contrastado: por desgracia, las famosas etiquetas se utilizan con demasiada frecuencia para espiar a las personas. De lo que no teníamos constancia es que también se aprovechasen las cualidades del Apple Watch para lo mismo: un hombre fue arrestado en Nashville, Estados Unidos, por esconder un reloj de Apple en el coche de su expareja.
Un dispositivo electrónico capaz de situarse en el mapa gracias al GPS, y apto para enviar su situación precisa en cualquier momento mediante datos móviles, ofrece dos caras que son igualmente aprovechables: por un lado, permite a los padres asegurar el estado de sus hijos; por el otro lado, es una herramienta demasiado atractiva para las parejas controladoras.
Un Apple Watch que usaba como localizador de vehículos
Utilizar un viejo dispositivo para localizar vehículos es una gran idea en el caso de que el coche sea nuestro y sólo queramos asegurarlo contra robos. El problema surge cuando esta función se utiliza de manera ilícita para mantener localizadas a personas sin su estricto consentimiento. No sólo es denunciable como acoso, también puede ser motivo de cárcel; justo lo que ocurrió en Estados Unidos.
Tal y como referencia The Register, en la ciudad de Nashville detuvieron a un hombre que fue pillado espiando a su expareja con un Apple Watch. En concreto, el reloj se encontraba atado a una de las ruedas del coche de la mujer aprovechando el soporte que ofrecen los radios.
Gracias al citado Apple Watch el hombre podía realizar un seguimiento de su expareja usando las características de localización implícitas en el reloj. La policía de Nashville, en Tennessee, detuvo al hombre tras comprobar los hechos. La expareja había podido una orden de alejamiento por malos tratos e intentos de asesinato.
El peligro de los dispositivos electrónicos y permanentemente conectados es demasiado patente. Apple ha limitado las posibilidades de espionaje en las AirTags con la actualización a iOS 15.4, pero resulta mucho más complicado evitar que los usuarios puedan utilizar sus propios dispositivos para mantener localizadas a otras personas. Por desgracia, esta deleznable cara oculta de la tecnología es muy difícil de combatir.
Vía | The Register
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