Esta es una de esas ocasiones en las que podríamos citar ese refrán que dice "Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar". Y es que el caso que nos atañe ha ocurrido en la cercana Bélgica. Allí, en 2004, se inició una disputa legal entre la sociedad de gestión de derechos de autor belga (SABAM, que es el equivalente a nuestra SGAE) y Scarlet, una de las operadoras de acceso a Internet del país.
El conflicto se centraba en la imposición o no de la instalación de un filtro del tráfico P2P en la red de Scarlet, algo que los llevó a los tribunales años más tarde, en 2007. El Tribunal belga falló en su momento a favor de SABAM, decisión que fue recurrida por Scarlet y cuya apelación fue elevada al Tribunal Europeo a fin de poner paz entre las partes. Pues bien, ahora ha llegado la resolución del Tribunal Europeo y no suena muy bien para el P2P.
Según la respuesta del Tribunal de Justicia de la Unión Europea la justicia belga es competente a la hora de ordenar la instalación de un servicio, y cito:
[...]destinado a identificar en su red la circulación de archivos electrónicos relativos a una obra musical, cinematográfica o audiovisual sobre la que el demandante aduce tener los derechos y bloquear la transmisión de los mismos sea a nivel de la petición o con ocasión de su envío[...]
Y añade que debe ser una medida proporcional al objetivo perseguido y a los diferentes derechos en juego, algo totalmente inviable al ser imposible discernir el material sujeto a derechos de autor del que no. A no ser, evidentemente, que se filtre todo el tráfico P2P de raíz, lo cual contradiría la resolución del Tribunal Europeo.
Además, existe otro problema adicional para aquellos que desean filtrar el tráfico P2P. La disputa comenzó hace casi siete años, tiempo en el que la tecnología ha cambiado más de lo que parece, y en lo que respecta al P2P, se han creado algoritmos de ofuscación de protocolo que hacen indetectable el tráfico P2P. Por lo tanto, todo queda potencialmente en una idea futil fruto de un conflicto que no está en consonancia con el escenario del P2P actual.
Así que, aunque reconozco que he sido algo dramático con el refrán del principio, no creo que sea motivo para activar las alarmas. El problema vendrá, cuando las entidades de gestión vengan enarbolando esta decisión judicial en la mano, reclamando cortes, cierres y filtrados. Esperemos que entonces recuerden otras decisiones europeas como las que liberaban a las empresas del cánon digital, algo que creo están ignorando deliberadamente.