Si andas buscando comprar un nuevo smartphone, puedes dejarte llevar por tu gusto, acompañarlo por los análisis medianamente objetivos que se hacen de los dispositivos, y por último, si lo que buscas es vacilar de potencia, echar un vistazo a los benchmarks, o pruebas de rendimiento. A raíz de las últimas noticias que se mueven por la red, alguno diría que mejor no.
Pasó con el Samsung Galaxy S4, volvió a ocurrir con el Galaxy Note 3, por lo que culpamos a la empresa coreana de manipular sus teléfonos para que sus teléfonos fueran a tope en las pruebas de benchmarks. AnandTech nos descubre que la práctica es generalizada entre los fabricantes Android, así que vamos a repartir la culpa como corresponde.
La mayoría de fabricantes que juegan con Android toman medidas para inflar sus resultados. Entre los nombres descubiertos tenemos a ASUS, LG y HTC, que incorporan mecanismos con los que reaccionar ante la presencia de benchmarks como AnTuTu, Quadrant o Geekbench.
Entre los protagonistas no manchados con las malas prácticas tenemos a Motorola y sus nuevos teléfonos, o los dispositivos Nexus de Google. Saliéndonos de teléfonos, el Project Shield de Nvidia tampoco quiere metese en líos, y eso que viene de una empresa con bastante experiencia a enfrentarse con benchmarks, en el mundo de los ordenadores.
Situémonos, estamos ante pruebas de rendimiento, en la mayoría de los casos no orientadas a un uso normal de los teléfonos, así que deberíamos darle menos importancia de la que tienen. Los principales damnificados de la historia, además de los fabricantes señalados, son los desarrolladores de las pruebas, que pierden credibilidad sin comerlo ni beberlo.
Vía | AnandTech
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