Con Huawei nos encontramos ante un caso parecido al de Apple y Samsung, pero con sus matices. Diriase que es más una mezcla de ambos, pues tenemos a un fabricante de procesadores que controla el diseño pero que no fabrica, que no usa su propio sistema operativo (al menos por ahora) pero que nunca ha vendido chips al exterior. Algo que sí ha hecho Samsung en alguna que otra ocasión, aparte de su propia faceta de constructor para terceros.
Si habéis usado un teléfono de Huawei, es probable que hayáis catado uno de sus Kirin, la marca con la que el fabricante chino imprime cada uno de los procesadores que sale de HiSilicon, la compañía que emplea para estos menesteres. Una compañía nacida en el año 2004 y cuya sede se encuentra en Shenzhen, el actual “Silicon Valley” chino, una ciudad construida prácticamente de la nada, que se convirtió en ciudad en 1979 y que hoy es la duodécima potencia económica del planeta.
HiSilicon, 2004
Para llegar al nacimiento de Huawei tenemos que remontarnos hasta el año 1987, momento en el que Ren Zhengfei, ex-ingeniero del Ejército de Liberación Popular de China, decidió fundar la empresa. Por aquel entonces únicamente dedicada al desarrollo de tecnología para telecomunicaciones, pero posteriormente con más ramas de actuación. Como los dispositivos.
Fue en el año 2003 cuando Huawei creó su división de hardware para movilidad, su rama destinada a la fabricación de teléfonos. El Huawei C300 fue su primera creación un año más tarde, y se unió al universo Android en el año 2009. Poco tiempo después de la creación del sistema operativo, ya en manos de Google, el fabricante chino vendió el Huawei U8820, un teléfono que se conoció como T-Mobile Pulse.
Huawei crea su primer teléfono en el año 2004, el mismo año en que funda HiSilicon, su empresa de semiconductores.
La llegada de su primer teléfono, en el año 2004, coincidió también con la de la creación de su empresa de semiconductores HiSilicon, enteramente participada por Huawei y que se dedicó al diseño de circuitos integrados y otros semiconductores para la división de electrónica de consumo de Huawei. Entre estos semiconductores se encontraban los procesadores y chips para módems y routers comercializados por la empresa.
Desde su nacimiento, HiSilicon ha estado fabricando procesadores para Huawei, aunque su primera incursión en el mundo de los smartphones no llegó hasta mucho más tarde, ya con Richard Yu al frente de la compañía, puesto que alcanzó en el año 2011. Un año después, en el año 2012, Huawei presentaba su serie K3 para móviles con su modelo K3V2, conocido también como Hi3620. Un procesador basado en litografías de ARM, fabricado con tecnología de 40 nanómetros y con cuatro núcleos a bordo.
Y en 2014, Kirin
No sería hasta dos años más tarde, con otro procesador más de la línea K3 en circulación (K3V2E de 28 nanómetros), cuando Huawei decidió renombrar su familia de procesadores para móviles. En el año 2014 nacía el primer procesador denominado Kirin. Concretamente, hablamos del Kirin 910, que llegó en la primera mitad del año, construido en 28 nanómetros, cuatro núcleos y con una gráfica Mali-450 MP4. Esta línea de gráficas de ARM, las Mali, han seguido con Huawei hasta nuestros días.
Tras el Kirin 910 llegaría el 920 sólo unos meses después, siendo el lanzamiento de procesadores de gama alta cada medio año una costumbre que no duró demasiado en el seno de Huawei. Concretamente, hasta la llegada del Kirin 960. Dicho procesador fue el último líder de catálogo de Huawei en contar con tan poco tiempo de espera con respecto a su predecesor. El 970, primero con una NPU a bordo, llegaría en el cuarto trimestre de 2017, un año después del 960.
Con el Kirin 970, Huawei ya diseñaba procesadores para ser fabricados con procesos de 10 nanómetros, siempre fieles a las líneas de producción de TSMC, fabricante que también sirve a parte de su competencia. El 970, con ocho núcleos big.LITTLE y la Mali-G72 de doce núcleos, fue un importante salto para el constructor chino. En él llegó el primer chip destinado exclusivamente para la ejecución de código de inteligencia artificial, su NPU. Fue un chip muy alabado en este sentido, y el software incluido en sus teléfonos aprovechó muy bien su potencia en el apartado fotográfico. Fue el chip de los Huawei Mate 10 y Huawei P20 y P20 Pro. El gran salto fotográfico de Huawei.
Un año más tarde llegaría el actual líder de catálogo del fabricante, el Kirin 980. Ya construido en 7 nanómetros, de nuevo con ocho núcleos pero con la estructura DynamIQ de Huawei y con una Mali-G76 de diez núcleos. Pero más importante que todo esto, con una NPU dual. Un chip para inteligencia artificial con doble potencia, incrustado en el SoC y encargado de proveer de una ejecución más rápida de código de machine learning y deep learning para los Mate 20 y Mate 20 Pro, y también para la futura línea Huawei P30.
No cabe duda de que la evolución de Huawei en el apartado de los procesadores ha sido notable. El constructor fabricaba chips de segunda fila hasta hace bien poco tiempo, pero ahora rivaliza en algunos aspectos con los líderes del mercado. No sólo sus gamas altas, sino también sus procesadores destinados a líneas medias. Aún así, Huawei sigue empleando chips de Qualcomm en algunos de sus modelos pero no ceja en su empeño de llevar los Kirin a lo más alto. El futuro luce brillante para un Huawei que crece a alta velocidad. ¿Será el Kirin 990 el procesador destinado a liderar Android?
Ver 2 comentarios