Huawei se encuentra ahora mismo en una situación delicada. Estados Unidos acusa a la empresa china de varios cargos, a saber fraude bancario, conspiración, blanqueo de capitales y espionaje y afirma que "empresas como Huawei representan una doble amenaza" para la seguridad nacional y económica del país. Huawei, por supuesto, lo niega todo, a lo que se suma que esta confrontación data de 2012 y ninguno de los países que han acusado a la compañía han aportado pruebas concluyentes de dichas actividades.
El campo de juego está claramente dividido. Estados Unidos y algunos países aliados como Australia han dejado a Huawei y ZTE fuera de la infraestructura del 5G, pero hay voces a favor de la empresa que afirman que no hay motivos para ello. Primero fue Alemania y ahora dos más se suman al "bando de los aliados", Italia y Francia. Ninguno de ellos tiene planes de excluir a Huawei del 5G.
Sin evidencias no hay razón para tal movimiento
Por un lado tenemos a Francia, que el pasado 6 de febrero rechazó la legislación que buscaba endurecer los controles a los equipos de telecomunicaciones, una legislación, apuntan desde Reuters, puesta sobre la mesa tras las acusaciones por parte de Estados Unidos. Dicha ley proponía la "aprobación formal para el uso de ciertos equipos" considerados "particularmente sensibles" a los riesgos de espionaje y sabotaje.
El motivo, esgrimen algunos ministros franceses, es que la legislación fue una adición de última hora por parte del gobierno, por lo que, como afirma la senadora y vicepresidenta del comité de asuntos económicos de la Cámara Alta Elisabeth Lamure, "no hemos podido hacer nuestro trabajo como miembros del parlamento". En pocas palabras, no han tenido tiempo para investigar a fondo el asunto.
Según Bruno Le Maire, ministro de Finanzas francés, “el cambio de 4G a 5G cambia muchas cosas a nivel técnico. Significa que la información más confidencial no solo se encuentra en las redes centrales, sino también en las antenas", por lo que "debemos proteger esa información sensible". Que esta ley no se apruebe supone que el proceso se alargará algunos meses más, por lo que no es un apoyo incondicional hacia Huawei, aunque tampoco un rechazo expreso.
Moviéndonos hacia la península apenina tenemos a Italia, cuyo Ministerio de Industria confirmó en un comunicado que "no tenemos intenciones de adoptar ninguna de estas iniciativas", refiriéndose a una publicación del diario La Stampa que citaba a fuentes gubernamentales que advertían estar preparadas para romper los contratos con los fabricantes chinos.
Si bien Italia considera "la seguridad nacional como una prioridad", el ministerio evaluaría la necesidad de tomar o no medidas "si surgieran problemas críticos, que hasta la fecha no lo han hecho". Telecom Italia, uno de los operadores nacionales, usa tecnología de Huawei en su infraestructura y ya ha dicho que lo seguirá haciendo hasta que el gobierno diga lo contrario.
Alemania se reafirma
Alemania es, posiblemente, una de las voces más a favor de Huawei. El BSI alemán (Oficina Federal para la Seguridad de la Información) confirmó que no hay motivos para extremas las precauciones con Huawei o ZTE, afirmando que "para decisiones tan serias como una prohibición se necesitan pruebas".
Poco después, la BDI (Asociación de la Industria Alemana) se sumó a las declaraciones del BSI, diciendo que "ningún fabricante debe ser excluido de la red móvil 5G en Alemania sin pruebas" y que "es necesario demostrar las acusaciones de que Huawei estaba poniendo en riesgo la seguridad nacional".
Alemania no quiere dejar fuera del 5G a Huawei, aunque pide garantías de que los datos estarán seguros
Ahora, una publicación del diario Handelsblatt publicada el jueves 7 de febrero, citando a Helge Braun, jefe de la Cancillería Federal y Ministro Federal de Asuntos Especiales de Alemania, afirma que el gobierno alemán quiere "evitar excluir los productos ofrecidos por Huawei". Esta decisión habría sido alcanzada después de que Braun llegase a un acuerdo con varios ministerios, como el de asuntos interiores o economía.
Angela Merkel también se pronunció al respecto durante una visita a Japón, diciendo que Alemania necesita garantías de que "la compañía, simplemente, no le envía datos al gobierno [chino]". En ese sentido, Huawei anunció un plan de inversiones de 2.000 millones de dólares para reforzar la seguridad de las comunicaciones a implantar a lo largo de cinco años. La empresa también ha establecido un laboratorio de ciberseguridad en Alemania, cuyo fin no es otro que demostrar que sus equipos no tienen "puertas traseras". Hay otro en Reino Unido y quieren abrir uno más en Polonia.
Huawei tiene una cuota de mercado en Europa del 35% y, en palabras de Vodafone (que recientemente anunció que congelaba el despliegue de equipos de Huawei en el núcleo de su red en Europa), "es uno de los tres únicos proveedores de calidad de equipos de red". A esto añadían que "todos los operadores europeos sufrirían las consecuencias de no desplegar equipos de Huawei en la parte radio de la red".
El fabricante chino se encuentra, como decíamos al principio, en una posición delicada. Las acusaciones de Estados Unidos han hecho mella en la reputación de la firma y, aunque no hay pruebas, han conseguido sembrar la semilla de la duda en varios países. El escrutinio sigue, y conocer los resultados es algo que se nos antoja lejano.
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