Si no has visto la serie o la película, Sexo en Nueva York cuenta las aventuras sexuales y amorosas de un grupo de amigas que vive en esta ciudad norteamericana. El tremendo impacto que ha supuesto el móvil en la sociedad se refleja en las historias de la gran pantalla, por lo que fabricantes de móviles ya hace tiempo que usan las películas como medio de posicionar sus productos, asociando a los personajes a un modelo concreto de móvil.
En Sexo en Nueva York, Carrie, la protagonista, utiliza dos modelos de tipo concha o "clamshell" de gama media, básicamente para llamar. Uno es un modelo de Samsung decorado con cinta adhesiva y cristales rosa de Swarosky, y el otro un móvil LG del mismo tipo. Carrie es tecnofoba, rechaza la tecnología, por lo que un móvil sin muchas pretensiones casa perfectamente con su personalidad.
Miranda, madre y abogada de profesión utiliza una solución práctica, una BlackBerry 8700 que sabe usar perfectamente, incluso para captar conexiones WiFi. Un personaje nuevo, la veinteañera Louise, usa un Sidekick de Danger, muy popular entre los adolescentes norteamericanos por sus funciones de mensajería.
Pero si hay un personaje al que le gusta lo moderno y llamar la atención esa es Samantha. Quizá por que en la película se mueve entre Los Ángeles y Nueva York, esta devoradora de hombres y amante del lujo tiene un iPhone de Apple. De hecho, es el único teléfono que aparece en primer plano. En una de las escenas clave de la película, Carrie tiene que hacer una llamada y cuando mira la pantalla del iPhone exclama: "¡No sé como funciona esto!", sustituyéndolo por un sencillo Motorola Razr.
Yo, sinceramente, no entendí esa escena. ¿Es Carrie tan anti-tecnológica? ¿Se considera el iPhone un teléfono masculino en los USA? ¿No pagó Apple lo suficiente para que Carrie sepa usar un iPhone?
Vía | Darla Mack, Geeksugar
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