Probablemente todos soltamos algún que otro "¿¡Comorl!?" al más puro estilo Chiquito de la Calzada cuando descubrimos que Google y Motorola estaban planteándose lanzar el Nexus 6 con una pantalla de 5,9 pulgadas. La familia de dispositivos Nexus se renovará este mismo mes según los últimos indicios, pero lo hará con un tamaño que a muchos nos parece exagerado.
Y sin embargo, puede que tanto Google como Motorola (fabricante de un terminal al que también conocemos por su nombre en clave, 'Shamu') no estén realizando una apuesta por el presente, sino por el futuro. Porque aunque ahora vemos esas casi seis pulgadas como insondables, nos ocurría lo mismo con las cinco pulgadas no hace mucho. Miradnos ahora.
Los phablets vencen y convencen
Cuando Samsung presentó su Samsung Galaxy Note en septiembre de 2011 muchos dudaron de si un dispositivo con esas dimensiones tenía sentido. Aquel terminal se convertiría no obstante en una revolución dentro de la revolución móvil, y supuso el inicio de la era phablet.
Desde entonces el interés por los smartphones con pantallas de mayor tamaño no ha hecho más que acrecentarse, y las dimensiones del phablet medio también lo han hecho. Hoy en día el criterio popular sitúa a estos dispositivos en diagonales que parten de las 5,5 pulgadas, y todos los fabricantes han acabado apostando por esa tendencia tarde o temprano.
Apple ha sido el ejemplo más reciente: la empresa de Cupertino se había resistido durante años a lanzar un producto de estas características, pero sus diseñadores e ingenieros han acabado desarrollando el iPhone 6 Plus, que con sus 5,5 pulgadas se convierte en el primer phablet de Apple.
El mercado demanda más pantalla
Para el resto de fabricantes en plataformas como Android o Windows Phone ese paso ya estaba consolidado hace tiempo, y las ventajas parecen evidentes para quienes los prueban. Los teléfonos han evolucionado y ya no importa tanto hacer llamadas como contar con dispositivos que nos permitan ser más productivos y creativos o disfrutar con más garantías de contenidos multimedia o de la navegación web.
Esa evolución en el tamaño de pantalla no solo parece natural, sino casi obligatoria. Y esa es la razón de que el Nexus 6 tenga más sentido del que pensábamos: En The Wall Street Journal citaban las cifras de un estudio de Strategy Analytics en el que se comparaba la cuota de mercado de los phablets en los últimos años.
Mientras que en 2011 estos dispositivos fueron responsables del 1% de todos los terminales distribuidos, se estima que este año esa cuota subirá hasta el 24%. La cosa podría ser aún más pronunciada en países asiáticos, donde la 'fiebre phablet' es algo asumido y ya en el segundo trimestre de 2014 estos dispositivos ya representaban el 25% de todos los dispositivos móviles distribuidos según IDC.
El phablet como ordenador personal
Más interesante es el papel que el phablet está asumiendo para cierto sector de usuarios y sobre todo para ciertas regiones de nuestro planeta. Los países emergentes están esperando como agua de mayo el desembarco de smartphones que les conecten a un mundo que les tenía algo olvidado, pero además de esa avalancha de dispositivos de bajo coste la otra gran revolución la podrían protagonizar los phablets.
Así lo indican los comentarios de Neil Mawston, analista de Strategy Analitics qu eafirmaba que "un montón de gente que compra su primer teléfono en países emergentes tiende a usarlos como ordenadores de bolsillo, eliminando la necesidad de tener PCs de escritorios o portátiles". Esa realidad es patente y permite que estos productos satisfagan las necesidades de estos nuevos usuarios de Internet.
Los grandes perjudicados en este sentido serían no solo esos portátiles y PCs que ya no serán tan importantes en esos mercados, sino también unos tablets que desde hace algunos meses están sufriendo una clara desaceleración en sus ventas. El hecho de que la diferencia en tamaño de pantalla ya no sea tan significativa podría acabar con esa otra fiebre que Apple inició en 2010 con esa categoría de productos a la que sucumbieron industria y usuarios durante los últimos años.
El reto, por supuesto, es el de ofrecer phablets de bajo coste, algo que por ahora parece complicado pero que no debería tardar en llegar. Los phablets de fabricantes chinos son un buen ejemplo de esa buena relación precio/prestaciones, y aunque por ahora el argumento de los fabricantes con respecto a los phablets es claro -todos los grandes los dirigen a sus gamas altas- el Nexus 6 demostrará que este tipo de productos también puede ser competitivo en precio.
Puede que esta primera generación siga siendo inaccesible para esos mercados emergentes, pero al igual que hicieron los primeros Nexus, supondrá un referente para una industria que está asumiendo que ése es indiscutiblemente el próximo paso de unos dispositivos que ya han cambiado la vida de millones de personas y que seguirán cambiando aún más vidas en los próximos años.
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