Cómo ha cambiado el smartphone nuestros hábitos en el baño

El vídeo mató la radio, la prensa digital mató la impresa y los dispositivos móviles han acabado con la lectura de etiquetas de champú. Que smartphones y tablets (sobre todo los primeros) se han normalizado no es nada nuevo, y de hecho hace poco hablábamos de que nos lo llevamos hasta a la cama y de sus efectos. Pero lo que también ha cambiado desde esta extensión han sido nuestros hábitos a la hora de ir al baño, y no sólo en la lectura.

De hecho esto es casi lo más habitual cuando hablamos del uso del smartphone de puertas del baño para dentro. Si consultamos en el smartphone la actualidad, nuestras webs y blogs habituales y los distintos timelines de las redes sociales, lo lógico es que echemos mano de esta prolongación de nuestro cuerpo para entretenernos en los minutos que pasamos en nuestro trono de porcelana. Pero el uso de los dispositivos (y sus consecuencias) van mucho más allá de los mencionados.

Juegos de trono

No, no nos hemos equivocado con el número. La inversión de plural y singular es totalmente intencionada porque la fama que dicha serie ha alcanzado junto con el hecho de que haya ciertos juegos más habituales realizando ciertas necesidades fisiológicas ha dado lugar a esta categoría no oficial pero sí muy popular. Los juegos en el móvil son una distracción fácil y muchas veces gratuita, ¿qué más se puede pedir para “esos momentos”?

Según parece, las características que hacen de un juego el que sea más adecuado para nuestro bis a bis con el inodoro es que tenga partidas breves y que tengan una dinámica sencilla. Evidentemente influye el que seamos jugadores habituales, dado que se tratará simplemente de un rato más de los que dedicamos al juego en cuestión, como Candy Crush Saga, Angry Birds, Preguntados o Pou.

Pero si no es nuestro caso y no contamos con este tipo de apps en nuestro cajón, hay muchos de esos juegos disponibles en la actualidad. Por citar algunos, además de los más de moda en la actualidad, son buenos juegos de trono Fruit Ninja, una de tantas versionesDoodle Jump, Threes, SubaraCity o Fast like a fox. Además de éstos, en Yokorubu nos sugerían otros quizás menos extendidos y no tan sencillos como Canabalt y Super Hexagon.

Íntimamente social

La lista de juegos llega a ser interminable, no en vano la categoría Juegos en las distintas tiendas de apps es de las más amplias e in crescendo, pero no sólo de juegos vive el visitante del aseo. Leíamos en Daily Mail que en un estudio realizado en 2012 sobre los hábitos con el teléfono móvil, ya un 75% de la población afirmaba usarlo en el baño para responder correos, mensajes de texto e incluso atender llamadas (con la bochornosa situación de que se activar el vídeo por accidente).

De hecho, en una infografía que Inc publicaba a finales del 2014 veíamos que de las 400 personas que respondieron a una encuesta sobre este tema, casi la mitad (un 44%) admitía haber oído el sonido de la cisterna en alguna de las conversaciones telefónicas. Vemos también que un 49% destinaba estos momentos a leer y responder mensajes de texto y, como cabe pensar, lo más frecuente era atender a las redes sociales, lo cual ocurría en un 92% de los casos.

Hablando de esto pensamos en las más extendidas, como pueden ser Facebook, Instagram, Snapchat o Twitter; interrumpimos nuestra jornada laboral tras cierta alerta orgánica y aprovechamos ese momento de tranquilidad para ver los “Me gusta” y los comentarios que nos esperan en cada una. Pero no hay que olvidar que la creatividad de los desarrolladores no tiene límite, y como otros contextos de nuestro día a día también tienen en cuenta estos ratos a la hora de crear sus apps.

Nos referimos en este caso a algo de lo que ya os contamos aquí hace unos meses, sobre Pooductive, la red social pensada exclusivamente para que nos comuniquemos justo en esta situación de intimidad piel contra porcelana. Aunque hay que tener en cuenta que, como dijimos en su momento, el fin del proyecto va más allá de lo social y tiene un objetivo benéfico: mejorar las condiciones higiénicas en aquellos lugares donde éstas son deficientes.

Hablando de E. coli

No se nos ocurre entrar con comida al baño pero sin embargo no ocurre lo mismo con el smartphone (claro que a éste no nos lo comemos). No obstante, puede que omitamos algo la higiene cuando se trata de esto dejándonos llevar por el juego o la app de turno, al menos eso parecían reflejar las conclusiones de un estudio realizado por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres junto con la Universidad Queen Mary que nos trasladó la BBC ya en 2011.

Este trabajo determinaron que en el 16% de los casos había presencia de Escherichia coli (E. coli) en la superficie de los teléfonos móviles, tratándose de las cepas no dañinas. Esto, traducido y dicho sutilmente, significa que en nuestras pantallas y/o teclados hay en cierto modo materia fecal, según explicaba el Dr. Val Curtis, y la explicación más sencilla es que se deba a un descuido de la higiene en cuanto al hábito de lavarse las manos (es decir, que no se haga o que no se haga bien).

Puede que motivado por estos hechos al diseñador Dominic Wilcox se le ocurriese su Nose Stylus, que literalmente es eso, un puntero para la nariz. De este modo el usuario puede usar su móvil sin tocarlo con la mano, como puede verse en las imágenes y en el vídeo. No parece que sea lo más práctico si hemos de escribir o para algunos juegos, pero desde luego que logra evitar el contacto de nuestros dedos con el teléfono.

El peor chapuzón de la historia

Quizás hayáis dibujado una mueca de grima al leer lo de las bacterias fecales, pero la cosa puede ser bastante más grave, y no parece algo demasiado aislado. El cuarto de baño probablemente sea uno de los ambientes más hostiles para lo eléctrico y electrónico en general ya sólo por la humedad que suele haber en esta habitación, cuyos indicadores se disparan especialmente si nos gusta crear ese microclima tropical a la hora de la ducha.

Pero más allá de empañar espejos, aquí lo nefasto es que inmersos en nuestra lectura o entretenimiento digital tengamos un descuido y por accidente el móvil acabe dándose posiblemente uno de los chapuzones más repulsivos existentes. Ya veíamos en la infografía de Inc que casi en un 10% de los casos el móvil se les había caído al inodoro (no vamos a entrar en si el líquido de la fosa séptica estaba renovado o no).

Ante esto lo mejor es llevarlo a un servicio técnico de reparación lo antes posible, pero no está de más (aparte de pasarle un algodón con alguna sustancia antiséptica como alcohol) en el caso que sea posible retirar la batería y la tarjeta SIM. Y sólo si se trata de un terminal con batería no extraíble comprobar si funciona pulsando algún botón y apagarlo al momento de ser así. Para secarlo del todo por último es recomendable sumergirlo en un recipiente con arroz, ya que éste actúa como absorbente de la humedad.

The smartphone is the new champoo label

Está claro que esto se está asentando como algo cada vez más habitual, sobre todo teniendo en cuenta que el uso del móvil se extiende a cada vez más ámbitos e incluso nos está haciendo prescindir de otros dispositivos domésticos como los tablets o incluso el televisor. Por ello debemos asumirlo y aplicar la estrategia de "unirse al enemigo" siendo algo más conscientes de lo que implica este uso tanto a nivel higiénico como tecnológico.

Podemos optar, no obstante, por tomarlo como una ocasión para despegarnos de ellos y entrar al baño a lo que hay que entrar. Sobre todo sabiendo que a veces permanecemos en el baño hasta acabar el juego o lo que estemos haciendo con el móvil, más allá de nuestro recado fisiológico, como veíamos en un 31% de los casos de la infografía de Inc.

Un descanso para nosotros y para el terminal que sería de hecho propicio para éstos mismos, a excepción de los Xperia y otros modelos con resistencia al agua y que cuyos fabricantes promocionan para que nos acompañe tanto a la piscina como a la ducha, durante la cual estos dispositivos suelen ser nuestros reproductores de audio de cabecera. Para todo lo demás, altavoces bluetooth o tener algo más de cuidado, pero sobre todo no olvidar la higiene.

Imagen | Framepool
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