De cuando en cuando XatakaMóvil da la oportunidad de enfrentar posturas entre editores del equipo, y es lo que ha ocurrido con el artículo que mi compañero Juan Carlos López publicó ayer, titulado "Decididamente en contra de los móviles con carcasa de plástico".
En ese artículo Juan Carlos defendía las virtudes del metal frente al plástico aunque también concedía sus méritos a este último. Y sin embargo, dejó algún que otro fleco (seguro que adrede, para ganar el debate) que yo creo que es crucial para valorar al plástico como se merece.
El plástico también puede ser Premium (o parecerlo)
Empezamos mal con la afirmación de mi querido compañero de que no está dispuesto a gastarse 600 euros o más en un móvil premium con una carcasa de plástico. En su artículo afirma que "percepción de calidad que me transmite un móvil con una carcasa de cristal o aluminio es mucho mayor que la de un teléfono con recinto de policarbonato". El problema es en mi opinión el uso de dos palabras que dan pie a un airado debate. "Percepción" y el pronombre personal átono "me".
En la primera de ellas queda claro que ese artículo es básicamente un artículo de opinión como este, y que aquí manda aquello de "para gustos los colores". Una idea que se refuerza con el "me" al que aludía y que precisamente refleja que es una opinión tan personal como la mía. Juan Carlos puede tener esa sensación con móviles acabados con metales, pero personalmente no comparto esa percepción y creo que un móvil que hace uso del plástico puede ser tan premium como cualquier otro.
Aun concediendo que efectivamente hay una inequívoca relación entre lo que calificamos como terminal premium con los materiales metálicos, entra en juego un factor clave como el del diseño, que también es un concepto altamente subjetivo. Un móvil que use el metal puede acabar siendo tan tosco y vulgar como uno de plástico, mientras que uno fabricado con policarbonato puede ser tan bonito y elegante como un terminal de última generación que presuma de esa circunstancia.
Es esta una cuestión demasiado subjetiva y que en mi opinión hace que sus argumentos se tambaleen (round uno para mi, Juanky), porque aun cuando el artículo sea una reflexión personal y esa sensación premium del metal sea compartida por otros muchos usuarios -vosotros, los lectores, lo habéis dejado patente en muchas ocasiones- no es un argumento demostrable empíricamente.
¿Quién quiere echar una miradita al interior de mi smartphone?
Me sorprendió especialmente también que Juan Carlos no tuviera demasiado en cuenta una de las que a mi juicio es clara ventaja de los terminales fabricados con policarbonatos: la posibilidad de acceder al interior de estos dispositivos para acceder a tarjetas SIM -difícil encontrar modelos con Dual SIM que usen metal-, ranuras microSD o, por supuesto, a la batería. Por no mencionar la simple opción de contar con carcasas intercambiables para personalizar el aspecto del terminal sin que su peso y volumen aumente de forma sensible.
La posibilidad de abrir la carcasa y hurgar (con cuidado, claro) entre esas opciones es siempre muy apreciada por usuarios que quieran más opciones y "libertad" (más o menos) a la hora de sacar partido a sus dispositivos. El uso del metal va a menudo asociado a diseños unibody que no dan acceso al interior del teléfono, y esa puede ser una ventaja que atraiga a cierto sector de usuarios.
Evidentemente los diseños unibody favorecen otros apartados como el diseño (de nuevo, muy subjetivo) o la protección frente al agua o al polvo que es más fácil conseguir si esa carcasa está sellada y los conectores también están protegidos ante esos elementos. Aquí entran en juego las prioridades de cada uno, pero esa característica de los móviles con carcasa de plástico es en mi opinión muy interesante.
Propiedades físicas, de todo para todos
Juan Carlos hizo un buen resumen de los puntos a favor y en contra de ambos tipos de material: el policarbonato ofrece una opción ligera, con alta resistencia a los impactos y que además cuenta con una buena resistencia a la temperatura o lo que es lo mismo, una reducida conductividad térmica. Este último apartado podría ser susceptible de un nuevo debate, ya que la mayor conductividad térmica del metal podría ser vista como algo bueno o algo malo.
En AnandTech hacía hace unos meses un análisis más técnico de estos detalles y hablaban de los aspectos relacionados con esa conductividad térmica: en el aluminio es de 205 W/mK (vatio por metro por Kelvin), 156 W/mK para el magnesio, 0,8 W/mK para el cristal y 0,22 W/mK para el policabonato.
La conclusión era obvia: "en los teléfonos y tabletas actuales, uno hecho con plástico correrá generalmente más lento en juegos intensivos que uno hecho de metal o de cristal si el resto de las condiciones son idénticas". La mala conductividad del calor hace que en productos tan compactos y con tantos componentes aglutinados la frecuencia de reloj nominal tanto de la CPU como de la GPU sea menor (o deba serlo) que la de un dispositivo con metal para no tener problemas en la temperatura del interior de esos móviles. Aquí cada fabricante hace sus pruebas y sabe sus limitaciones, y lo cierto es que a pesar de esa teoría hemos visto cómo no parece que el metal o el plástico jueguen un papel decisivo a la hora de limitar al fabricante en qué procesador elegir para sus productos.
Una ventaja evidente del plástico que tampoco se mencionó en el artículo de mi compañero -qué cuco- es el impacto que las carcasas de materiales metálicos imponen a la recepción de las señales de radio. Aquí de nuevo solo soy un mero transmisor de conocimientos ya adquiridos, y debo citar este estudio de propagación de distintas frecuencias de radio a través de varios materiales (página 38 de este PDF para todos los públicos) al que también aluden en el artículo de Ars. En ese documento se deja claro que el policarbonato no atenúa esas señales de radio, algo que suele constituir un problema (cough, antennagate, cough) en los dispositivos con carcasa de metal.
Poderoso caballero es don dinero
Termino mi reflexión aludiendo a un tema que también debería ser fundamental en este tipo de cuestiones. El metal es un material que limita la elección. Y lo hace por una sencilla razón: su coste. La producción de terminales con metales como aluminio o magnesio es claramente más costosa que la de terminales que usan el policarbonato, pero es que además esos primeros materiales son en sí mismos más costosos que los policarbonatos que se usan tradicionalmente en los móviles.
Así pues, esa elección entre dispositivos que utilizan metales o no suele quedar fuera de ámbito para aquellos usuarios que no buscan un terminal de gama alta. Eso refuerza directamente el argumento de que el metal es un material "Premium", desde luego, y hace que solo por usarlo un fabricante ya pueda vender en ese segmento algo que puede que por otras especificaciones no responda a esa definición.
Y por esa misma razón el uso de los policarbonatos da mucha más versatilidad a los fabricantes, permitiendo ofrecer terminales tanto en gama de entrada como en esa gama media en tierra de nadie y, desde luego, también en una gama alta en la que hay diseños muy destacables (de nuevo, es mi opinión) con este material.
No estoy "decididamente en contra" de los móviles con carcasa de metal, desde luego, pero creo que sus virtudes son perfectamente equiparables a las que podemos encontrar en terminales que hagan uso de policarbonatos. Afortunadamente hay opciones para todos los gustos, pero yo diría que el uso de carcasas en las que los plásticos son protagonista son perfectamente razonables. ¿Y vosotros?
En Xataka Móvil | Decididamente en contra de los móviles con carcasa de plástico
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