Imaginad que vais a una tienda a comprar vuestro futuro nuevo móvil de última generación y al entrar veis un cartel enorme en el que se advierte sobre posibles riesgos que la telefonía móvil y las radiaciones de los terminales pueden causar a los seres humanos.
Esto es lo que pretendía el año pasado la ciudad de Berkeley en California, cuando presentó una ordenanza para que los distribuidores de terminales móviles pusieran bien claro en sus tiendas el siguiente mensaje:
Para garantizar la seguridad, el Gobierno Federal requiere que los teléfonos móviles cumplan una normativa de exposición a radiofrecuencias (RF). Si llevas o utilizas tu teléfono en los pantalones, el bolsillo de la camisa o el sujetador cuando el teléfono está encendido y conectado a una red inalámbrica, podrías estar excediendo las directrices federales en cuanto a exposición a radiación por RF. Este riesgo potencial es mayor para los niños. Refiérase a las instrucciones en el teléfono o manual de usuario para conocer más información sobre cómo utilizar el teléfono de forma segura. Berkeley Municipal Code § 9.96.030(A)
Como os podéis imaginar, las asociaciones de operadoras y vendedores de productos de telefonía móvil, con la CTIA a la cabeza, protestaron sobre el asunto y demandaron a la ciudad por tal requerimiento alegando que iba contra la Primera Enmienda y que no hay estudios concluyentes que demuestren esos posibles efectos negativos de usar el móvil y llevarlo pegado al cuerpo.
Ahora, casi un año después, la Ley ha hablado y ha dado la razón en una primera instancia a Berkeley, con lo que las tiendas de la ciudad que vendan productos de telefonía móvil (y especialmente terminales) deberán colocar el cartel que comentábamos anteriormente (o uno equivalente).
La eterna polémica
La colocación del cartel, ¿es una medida demasiado exagerada? Probablemente. Aunque para ser justos, no dice explícitamente nada sobre que llevar el teléfono pegado al cuerpo cause una enfermedad, solo que se exceden las recomendaciones de exposición a radiofrecuencia y que esto podría suponer un riesgo futuro potencial.
¿Produce realmente algún efecto el uso continuado del móvil cerca nuestro cuerpo? Está claro que sí. Al sostener el terminal junto a la cabeza para hablar, una parte de las ondas electromagnéticas no ionizantes producen cierto calor sobre los tejidos corporales, aunque rápidamente se disipa y no está probado que produzca efectos acumulativos como sí lo hacen otras radiaciones ionizantes como los rayos X o los ultravioletas.
Nos encontramos ante un caso más de la eterna y cíclica polémica que rodea a la telefonía móvil y a sus invisibles canales de información que ya hemos tratado en otras ocasiones con mayor profundidad. Sea como fuere, el caso es que a partir del 22 de marzo las tiendas de Berkeley tendrán que colocar el cartel informativo, si no se apela la sentencia.
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