Hace tiempo que venimos hablando del fin de la "era notch": mientras que algunos (pocos) fabricantes están incorporando por primera vez este recurso, hay otros muchos que ya están buscando y probando soluciones para sustituirlo. Pantallas perforadas, paneles traseros, cámaras retráctiles, sistemas deslizantes... Todo vale con tal de conseguir un diseño "todo pantalla" sin muesca.
Vivo y Meizu son dos ejemplos de ello: ambos han prescindido del notch en sus últimos modelos, el Vivo APEX 2019 y el Meizu Zero, pero, además, han eliminado también todos los botones, ranuras y puertos. El resultado es un diseño completamente unibody que apuesta claramente por la tecnología inalámbrica, algo que, como todo en esta vida, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Veamos cuáles son.
Vivo APEX 2019: adiós a la cámara frontal
La obsesión de Vivo por lograr el máximo ratio pantalla/frontal es algo que queda patente en sus útlimos terminales: tras intentarlo con la cámara tipo periscopio del Vivo NEX, la compañía probó suerte con una pantalla secundaria en la parte posterior del Vivo NEX Dual Display, que permitía usar la cámara trasera para sacarse un selfie, de forma que podía prescindir de la frontal.
Esa idea de eliminar la cámara frontal es la que ha trasladado ahora al Vivo APEX 2019, un modelo en el que, además, ha integrado el altavoz y el sensor de huellas bajo la pantalla. Y ahí no acaba la historia, porque, como decíamos, también ha suprimido todos los botones y, en su lugar, ha apostado por integrar puntos de presión en el marco del teléfono.
Tampoco encontramos ni rastro del puerto para auriculares ni del conector USB de ningún tipo, de manera que la tecnología inalámbrica se vuelve indispensable, tanto para la carga como para conexión de accesorios, aunque sí que dispone de un puerto magnético en la parte posterior. Incluso la doble cámara trasera ha encogido para ocultar su protuberancia y no romper el diseño que Vivo denomina Super Unibody.
Meizu Zero: cerámico y sumergible
Aunque de momento se considera un prototipo, la propuesta de Meizu se llama Zero, presume de un cuerpo cerámico impermable (IP68) e incluye una pantalla OLED de 5,99 pulgadas con tecnología mSound para reproducir el sonido y "ahorrarse" así los altavoces. Esa misma pantalla lleva integrado el sensor de huellas dactilares y, a diferencia del Vivo APEX 2019, sí que cuenta con una diminuta cámara frontal incrustada en el marco superior.
Para prescindir del puerto físico de carga recurre a la carga inalámbrica, concretamente a la Super mCharge, que permite cargar el teléfono con hasta 18W de potencia. Tampoco hay jack de auriculares, así que todo queda reducido al Bluetooth 5.0.
En cuanto a la ausencia de botones físicos, la solventa integrando en los bordes sensores de presión con respuesta háptica (mEngine 2.0). ¿Y qué ocurre con la tarjeta SIM? Pues muy sencillo: la solución es una eSIM incrustada en la placa del teléfono.
Sin puertos ni botones: ventajas e inconvenientes
No cabe duda de que el diseño sin botones ni puertos proporciona, en primer lugar, un aspecto más homogéneo y estilizado. También evita los probremas y averías derivados de la entrada de agua o suciedad por los orificios, y nos permite olvidarnos en cierta medida de los cables.
Además, los pines que leen las SIM habituales son especialmente frágiles y difíciles de sustituir, por lo que, en este sentido, las eSIM suponen un riesgo menos. Eso por no hablar de la facilidad a la hora de hacer una portabilidad y de la posibilidad de asociarla a más de un operador de distintos países. ¿El problema de esto? Que no todos los operadores trabajan con ella, al menos de momento.
Una vez que tenemos claras las principales ventajas de este tipo de teléfonos, vamos a hablar ahora de las dudas que nos generan. Por ejemplo, ¿cómo se resetea un móvil que no tiene botones? Este problema, Meizu lo soluciona habilitando un pequeño orificio (similar al del micrófono) para hacer un hard reset.
El siguiente inconveniente que se nos presenta es la dependencia absoluta de la tecnología inalámbrica, tanto para recargar el smartphone como para escuchar música. Actualmente, tenemos la opción de elegir entre carga inalámbrica o por cable, y entre auriculares bluetooth o analógicos (aunque sea con un adaptador), pero en los nuevos modelos de Meizu y de Vivo, solo podremos optar por la alternativa wireless.
Meizu asegura que la velocidad de carga no es un problema porque la tecnología Super mCharge permite cargar el teléfono con hasta 18W de potencia, pero sí que encontramos dos grandes inconvenientes: no podremos hacer una recarga de urgencia si no disponemos del pad inalámbrico y no podremos recurrir a "cualquier cable" de un conocido.
Otra preocupación que se nos plantea con este tipo de diseños es la importancia cada vez mayor de la pantalla. Si se te rompe (algo que, por desgracia, es muy habitual), es probable que el daño afecte a todos los componentes y tecnologías integrados en ella (véase altavoces y lector de huellas), por lo que su reparación será mucho más difícil y costosa.
Así pues, nos encontramos con un nuevo giro de tuerca en el diseño de los smartphones que, al igual que sucede siempre con los grandes cambios, lleva aparejadas una serie de ventajas y desventajas. No sabemos si será un moda pasajera, pero si finalmente se convierte en una tendencia, imaginamos que los fabricantes tratarán de poner solución a todos los inconvenientes que hemos comentado.
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