Creo firmemente que los móviles plegables son el futuro. Llevar un móvil de esta clase, del formato que sea, cambia la manera de interactuar con el dispositivo. Acaban de llegar cuatro plegables muy diferentes (los Galaxy Z Flip5 y Fold5 de Samsung y los Razr 40 Ultra y Razr 40 de Motorola) y cada vez hay más en el mercado.
Aunque haya dos compañías, sobre todo, que están intentando marcar la pauta de cómo deben ser los plegables, hay retos que resolver. Y ya no me refiero a las pantallas externas -más que dominado con esta nueva generación-, sino a los problemas debido al uso intensivo: throttling y resistencia al paso del tiempo.
Samsung y Motorola son la punta de lanza de esta tecnología
Si no has probado nunca un móvil plegable, te puedo asegurar que la primera vez que tienes uno entre manos pueden pasar dos cosas: que te enamore al instante el formato o que pienses "para qué quiero esto". Eso último me ocurrió con el Galaxy Flip3, pero a lo largo de los días, su formato me conquistó.
Me gustaba llevar un móvil con unas dimensiones estándar, pero que ocupaba la mitad en el bolsillo. Sin embargo, su pantalla externa es diminuta, prácticamente no puedes interactuar con ella y es, básicamente, como la de un Galaxy Watch.
Con los Galaxy Fold, Samsung parece que lo tenía mucho más claro. Acabamos de analizar el Samsung Galaxy Z Fold 5 en Xataka y aquí tenemos un móvil funcional sin abrirlo, pero una tablet con una genial pantalla interna al abrirlo que se aprovecha de un software muy bien medido. La multitarea es genial, el dock que aparece facilita abrir muchas apps y Samsung domina como nadie este tipo de plegables.
Por otro lado, Motorola llevaba años ofreciendo plegables tipo Flip con una pantalla externa útil mediante sus Razr y, con el reciente Razr 40 Ultra, se han pasado el juego al permitir utilizar el móvil sin abrirlo. Todo lo que se puede hacer en la pantalla interna se puede hacer en la externa.
Samsung debía hacer algo y ahí está un Galaxy Z Flip5 con una genial pantalla frontal en la que puedes abrir aplicaciones de forma nativa gracias a Labs, tienes widgets muy bien diseñados y, además, gracias a un truquito puedes abrir cualquier app instalada en el móvil.
Aunque Motorola lleva algunas generaciones permitiendo esto, considero que era necesario que Samsung diera el paso y ofreciera una pantalla externa realmente útil porque, al final, Samsung... es Samsung y su influencia puede hacer que otros plegables Flip se pongan al día en este aspecto.
OPPO presentó con el N2 Flip una gran pantalla externa, pero seguía reproduciendo widgets y, de hecho, en su día comenté que no compraría un plegable así, aunque el resto del terminal me encante, precisamente, por eso, por no tener una pantalla frontal perfectamente funcional.
Sin embargo, creo que en un N3 Flip o en un plegable de este estilo de otras marcas (¿en un nuevo Pocket de Huawei?) veremos pantallas externas del estilo de las de Samsung y Motorola. Al final, son dos marcas extremadamente potentes, de renombre y peso en la industria y se han convertido en el faro de esta tecnología.
Google quiere marcar unas líneas para los plegables, aunque parecen de broma
Está claro que, como cada vez que hay una nueva tecnología, tendencia o tipo de dispositivo, todos quieren estar ahí. Sólo hay que ver lo que consigue una marca con un nombre tan potente como Apple (y sí, considero que Samsung tiene nombre de sobra).
Sea con elementos que ellos 'inventan' o que lanzan, consiguen que el resto del mercado los siga. Ahí tienes la invasión de pantallas curvas que Samsung tanto se empezó en introducir en sus dispositivos (y que poco a poco ellos mismos van disimulando, como hemos visto con los Galaxy S23 -pantallas planas- o con un S23 Ultra con una curvatura menor).
Y creo que no tengo que decir nada de Apple y su notch, Apple Watch y AirPods. Ahora todas las compañías tienen un watch y unos auriculares true wireless. De nuevo, aunque no lo inventen ellos, son lo suficientemente potentes como para generar que el resto de la industria vaya detrás.
Con los plegables pasa lo mismo. Que Royole tenga un móvil plegable es algo que no agitó la industria. Que Samsung o Motorola lo tengan, sí. Y Google, que hasta ahora estaba mirando despreocupada este segmento, lanzó hace poco en algunos mercados el Pixel Fold y, además, parece que quiere definir las líneas a seguir por el mercado.
A través de una filtración, descubrimos que Google quiere imponer una serie de mínimos tanto de hardware como de software a los fabricantes. En el terreno del hardware, bisagras que resistan 200.000 plegados y una torsión igual o superior al 80%. En el software, dos años mínimo de actualizaciones de sistema y otros dos de parches de seguridad.
Casi parece de broma porque dos años es poquísimo (y la propia Samsung y otras marcas ya ofrecen hasta cinco años) y con la bisagra, más de lo mismo. Pero bueno, es una muestra de que Google quiere que no cualquiera fabrique un plegable y lo que busca es que estos dispositivos se popularicen.
¿Precio? No importa tanto cuando la durabilidad es una incógnita
Ahora bien, por mucho que me gusten las pantallas externas tanto del Flip5 como del Razr 40 Ultra, hay dos puntos importantísimos en esta ecuación que son los que impulsarán esa popularización del plegable: precio y durabilidad.
Samsung se está manteniendo en una línea demasiado continuista en lo que al precio se refiere. Sus Flip siguen costando más de 1.000 euros y, de hecho, el Flip5 ha salido a un precio superior al de la anterior generación en su día, por encima de los 1.200 euros.
Así que, Samsung está empujando la tecnología, pero no el precio hacia abajo, cosa que sí está haciendo, curiosamente, Motorola. La compañía cuenta con el Razr 40 Ultra por unos 1.200 euros, pero tienen un modelo más modesto que, por 900 euros, permite experimentar lo que es un plegable de este tipo.
El Motorola Razr 40 sigue sin ser barato, desde luego, pero por lo menos vamos viendo movimientos para que la tecnología se haga más accesible. Ahora bien, incluso más importante que el precio, creo que la principal barrera de entrada es la percepción de la durabilidad.
No es extraño ver en aplicaciones de segunda mano modelos de plegable con seis meses a sus espaldas y protectores de pantalla (los que no se deben quitar) despegados por la zona de la arruga. Esto es un problema porque el móvil suele estar impoluto, pero está claro que la tecnología de protección de pantalla sigue sin ser óptima.
Veremos cómo envejecen los últimos plegables lanzados, pero aunque haya política de recambio de esta lámina, está claro que no es agradable gastar un dineral en un teléfono y ver que a los seis meses o al año, la pantalla no está en perfectas condiciones aunque hayas cuidado el terminal.
Pasos adelante para hacer que la bisagra sea resistente al polvo (en el caso de Motorola) o al agua (en el caso de Samsung) están genial, pero en nuestros análisis de los plegables (y en la red en general), siempre hay comentarios que aluden a ese estado de la pantalla tras unos meses de uso.
Veremos qué soluciones aportan los plegables a corto plazo, ya que despejar la incógnita de la durabilidad considero que es la clave para que estos móviles calen en el mercado.
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