Es obvio que las cabinas telefónicas han pasado a convertirse en una reliquia con la que tomarse un selfie para subir a Instagram. Lejos quedaron aquellos tiempos en los que eran elementos de comunicación útiles per se y parece que su fin está cada vez más cerca.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha publicado recientemente un informe sobre la modificación del servicio universal de telecomunicaciones en el que el Ministerio de Economía y Empresa informa tanto sobre sus intenciones para el futuro de las cabinas como para el de las guías telefónicas y el servicio de información sobre números de abonado.
Adiós a finales de año
El informe de la CNMC contempla la convicción del Ministerio sobre la eliminación de obligatoriedad en este tipo de servicios, debido a su poca utilización hoy en día. Hablamos de servicios como la guía general de números de abonados (las guías de teléfono de toda la vida) a las que Telefónica está obligada a proveer hasta el 31 de diciembre de 2018.
En cuanto a los servicios de consulta sobre números de abonado, Telefónica también está obligada a prestarlo, pero del mismo modo que las guías, solo hasta el 31 de diciembre de 2018. La CNMC asegura que no existen ya razones de mercado para seguir garantizando la prestación de estos tres servicios como parte del servicio universal, ya que en el caso de las guía ya existen en formato electrónico o con los propios buscadores de Internet, algo que también se aplica a la consulta de los números de abonados.
Pero dejar de emitir guías o facilitar números por vía telefónica es sencillo, la verdadera pregunta es ¿qué sucederá con las cabinas telefónicas cuando éstas dejen de contemplarse como parte del servicio universal?
¿Qué pasará con las cabinas?
La CNMC contempla la posibilidad de que una vez finalice la obligatoriedad del servicio y no se haya procedido a su desinstalación por parte de Telefónica o la Administración, se busque una segunda vida para ellas como han hecho otros países o incluso en España, concretamente en Andalucía donde algunas se han reconvertido en puntos de carga para móviles.
Es posible que también se mantengan algunas en lugares emblemáticos como la Puerta del Sol en Madrid, pero lo que está claro es que su extinción comienza a ser una realidad que no tardaremos en presenciar.
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