Samsung Galaxy Note 10 vs Galaxy Note 9, esto es todo lo que ha cambiado

Tras multitud de filtraciones con mayor o menor peso, y de predicciones de analistas para todos los gustos, Samsung finalmente ha desvelado su siguiente gran terminal. El Samsung Galaxy Note 10 ya está entre nosotros, puntual el 7 de agosto tal y como su fabricante había anunciado, e incorpora diversas novedades que los coreanos han ido fraguando a fuego lento para su nueva perla. Entre otras, un hermano Plus.

Y como con todas las llegadas de peso, toca evaluar qué es lo que ha cambiado en el último año. Qué diferencia a estos nuevos Galaxy Note 10 y Note 10+ del Galaxy Note 9 que aterrizó en el mismo capítulo de agosto pero de la temporada pasada. Porque ahora la familia se desdobla pero se mantiene parte del ADN original. Veamos en qué ha consistido esa evolución.

Potencia actualizada y adiós a la microSD

Hablamos de un salto de generación con la presentación de estos nuevos Note 10 y Note 10+, así que lo lógico es contemplar que habrá un salto en potencia. Y lo hay. Concretamente, pasamos del Exynos 9810 del pasado año a un nuevo Exynos 9825 que aterriza ahora, y que supone un salto de 10 a 7 nanómetros, y que dejamos atrás el Exynos 9820 de los S10 de principio de temporada.

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Con este cambio de procesador ganamos en potencia, eficiencia energética y también en potencia gráfica, pero también lo hacemos en cuanto a las memorias, también renovadas. Si en el Note 9 teníamos 6 u 8GB de RAM a elegir, ahora todo parte de los 8GB del Samsung Galaxy Note 10 y salta hasta los 12GB del Samsung Galaxy Note 10+. El primero, con 256GB de base. El segundo, con 256GB o 512GB, según gustos. Eso sí, adiós a la microSD en ambos modelos, al igual que decimos adiós al jack de auriculares.

Con los nuevos Note 10 nos olvidamos de poder ampliar la memoria, así que es de agradecer que el modelo más básico ya parta de los 256GB, pero seguramente haya muchos usuarios decepcionados con este cambio. Como con el hecho de que los Note 10 apuesten ya por el audio Bluetooth o el físico extraído a través del puerto USB tipo C. Ya no hay jack de auriculares, amigos, lo sentimos mucho.

Con la nueva generación también se actualizan las baterías, y aquí tenemos un paso atrás y uno adelante. El paso atrás es para el Note 10 normal, que reduce de 4.000 mAh a 3.500 mAh en un año. El paso adelante, para el Note 10+ que crece hasta los 4.300 mAh y añade la carga rápida de 45W de Samsung, aunque el cargador incluido en la caja no soportará esta potencia y habrá que hacerse con él aparte.

Nos saltamos la ceja y pasamos directamente a la perforadora

Otro de los grandes cambios que introducen los nuevos Galaxy Note 10 es relativo a la pantalla. En la pasada generación teníamos un panel de 6,4 pulgadas que aún mantenía el formato rectangular y sin cortes. Samsung no llegaba aún al notch en su modelo de gama alta para el último tramo del año y ofrecía un ratio 19:9 con QHD+. Para este año hay novedades, y una de ellas es que hablamos de pantallas perforadas.

Ahora ya no tenemos Super AMOLED sino Dynamic AMOLED, una tecnología que ya conocíamos desde los S10, y tenemos entre manos dos paneles perforados. El primero, el del Note 10, es de 6,3 pulgadas y llega con resolución FullHD+. El segundo, el del Note 10+, estira hasta las 6,8 pulgadas y sí ofrece el QHD+ que vimos el pasado ejercicio.

Además, ahora tenemos compatibilidad con HDR+. Y para completar la pantalla, el lector de huellas se incrusta en ambas y llega con tecnología ultrasónica, por lo que debe ser más veloz y preciso que los lectores ópticos. El cuerpo, recubierto de cristal Gorilla Glass, tiene además la certificación IP68 contra polvo y agua por lo que es virtualmente, y muy probablemente de forma literal aunque Samsung no lo va a recomendar, sumergible.

Dos cámaras, tres cámaras, cuatro cámaras

El otro gran salto de Samsung en esta generación de los Note 10 es que pasamos a cámaras triples y cuádruples, tras la doble exhibida por el Galaxy Note 9 del pasado año. En 2018 tuvimos una pareja de 12 megapíxeles formando en la espalda del Note 9, una con lente gran angular y otra con lente telefoto para ofrecer zoom óptico de doble aumento.

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El Samsung Galaxy Note 10, el 'pequeño', nos ofrece ahora tres cámaras mientras que el Note 10+ sube la apuesta hasta los cuatro sensores añadiendo un TOF 3D con resolución VGA para lecturas de profundidad. Pero los otros tres, idénticos. 16 megapíxeles f/2.2 con lente de 123º ultra gran angular, 12 megapíxeles con lente gran angular y apertura variable f/1.5-2.4, y un último sensor de 12 megapíxeles con lente telefoto y apertura f/2.1. El segundo y el tercero, estabilizados ópticamente.

Y como hemos dicho, el cuarto sensor TOF 3D con resolución VGA para el Note 10+. Pero en el frontal, dos gotas de agua. Una lente de 10 megapíxeles incrustada en el panel, con lente f/2.2 y 80º de campo de visión. Para el software, de todo. Live Focus en fotografía y vídeo, nuevo Super Steady con estabilición mejorada y también desenfoque apoyado por inteligencia artificial. Además, Adobe Rush llega instalado en el teléfono y está especialmente optimizado, además de ser compatible con DeX, el modo de escritorio de Samsung que repite aparición en los dos nuevos hermanos.

Como podemos ver, dos bestias convertidas en teléfonos móviles. Uno de ellos algo más pequeño que el Note 9 y otro algo mayor, pero ganando en cuanto al aprovechamiento del frontal gracias a los paneles perforados. Dos nuevos teléfonos que ahora tienen 5G en algunos mercados, que tienen WiFi 6 y que llegan con NFC para aprovechar Samsung Pay o cualquier otro sistema que instalemos en el teléfono. Y ya que hemos llegado a este punto, ¿os parece que resumamos?

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