Qué sensación más desagradable la de descubrir que una de tus cuentas en redes sociales ha sido hackeada, aunque no seas influencer ni una empresa. Además, es que la información a la que pueden acceder puede llevar a algo todavía peor, como fraudes, robos y otros delitos. Aunque no hay nada totalmente seguro e infranqueable, aquí van algunos de los mejores consejos para proteger tus cuentas en redes sociales de ataques de hackers.
Usa siempre contraseñas robustas
Aunque este consejo no es nuevo, desgraciadamente sigue repitiéndose lo de usar contraseñas que nos resultan cómodas de escribir y memorizar y que además hemos repetido en varios lugares. Craso error: la contraseña es la forma más fácil de hackear tu cuenta, por lo que poner una clave fácil de adivinar es exponerse.
Entre los errores a la hora de elegir una contraseña se encuentra la de usar información común como tu fecha de nacimiento, tu nombre, patrones obvios como '123456' o similares. Una buena contraseña debe ser alfanumérica, incluir mayúsculas y minúsculas y caracteres especiales que no se repitan.
Activa la autenticación de doble factor
Si bien no es infalible, la autenticación de doble factor añade una capa de seguridad extra al acceso a tus cuentas ya que no solo basta con escribir la contraseña, sino que tendrás que verificar tu identidad desde otro de tus dispositivos valiéndote de códigos de acceso únicos o sistemas biométricos.
Así, si alguien descubriera tu contraseña y tratase de acceder a tu cuenta, recibirías el aviso de la segunda fase para poder entrar, lo que haría que saltasen todas las alarmas si no lo has solicitado tú. Así que si la red social así lo permite (y hoy en día, Twitter, Instagram, TikTok o Facebook sí que lo hacen), mejor dedicar tiempo a pasarse por el apartado de privacidad de los ajustes para activarla.
Crea contraseñas individuales para todas tus cuentas
Habida cuenta de la cantidad de servicios, plataformas y aplicaciones que hay disponibles, es fácil que alguna que otra contraseña se te olvide. Así, que lo de repetir claves parece una buena idea, pero no lo es: aumenta la vulnerabilidad de estas.
Imagina que todas las cerraduras de tus posesiones (tu casa, la taquilla del gimnasio, el coche) fueran la misma: si alguien consigue la llave de una, podría entrar en todas. Lo mismo pasa repitiendo contraseñas.
Sin ir más lejos, algo así se hace cuando se expone una serie de contraseñas de un servicio: hay quien las aprovecha para intentar acceder a otros servicios y como puedes imaginar, surte efecto. Con contraseñas individuales, si alguien accede a una de tus cuentas, el resto de tus redes seguirán seguras.
Usa un gestor de contraseñas
Ya hemos dicho que lo ideal es tener contraseñas robustas, complejas y largas y que además estas sean únicas, lo que dificulta enormemente el proceso de memorización y aplicación de estas.
Afortunadamente siempre puedes usar un gestor de contraseñas, una herramienta que almacena en una base de datos encriptada tus claves y que además te ayuda a generar nuevas contraseñas.
Cambia tus contraseñas con frecuencia
Puede que suene a rizar más el rizo, pero en materia de seguridad, las contraseñas 100% infranqueables no existen y aunque añadir la autenticación de doble factor y usar un gestor de contraseñas añaden más barreras, nunca se sabe.
Modificar tus contraseñas periódicamente resulta útil no solo si descubres que ha habido una filtración de claves, sino también si recibes mensajes o tentativas de phising o simplemente, si accedes desde un dispositivo que no sea de confianza. Por supuesto, asegúrate de que tu nueva contraseña sea al menos tan segura como la anterior.
Activa las notificaciones de inicio de sesión
Parece una tontería, pero las notificaciones de acceso a una red social nos avisan de cuando intentamos entrar, ofreciendo datos como fecha y hora, localización y sistema operativo, entre otros. Normalmente seremos nosotros, así que tranquilidad.
¿Pero y si no lo somos? Si alguien intenta acceder a tu cuenta y no eres tú, entonces tienes cierto margen para cambiar tu contraseña cuanto antes. Lo normal es que esta función esté disponible dentro de los ajustes de las aplicaciones, en las opciones de privacidad.
Evita entrar a tus cuentas en dispositivos públicos o redes abiertas
Un ordenador de una biblioteca o de un salón de un hotel pueden ser un salvavidas para gestiones puntuales, pero si quieres usarlo para entrar a tu perfil de Twitter o Instagram, mejor extremar todas las precauciones, ya que quizás el equipo no esté convenientemente protegido o directamente, no cierres sesión.
Lo mismo sucede con redes abiertas en las que no sabes quién está conectado y qué está haciendo, ya que un hacker podría estar monitorizando lo que sucede y accediendo a la información.
Ignora enlaces y mensajes sospechosos
Quien más quien menos recibe de vez en cuando un mensaje con enlaces o se encuentra con ellos mientras navega por internet. Algunos son obvios, pero otros pueden resultar lo suficientemente interesantes y a priori inocuos como para que sientas la tentación de hacer click.
Esos enlaces pueden contener archivos maliciosos o abrir las puertas a un ataque de phishing donde facilitemos información personal o que nos insten a iniciar sesión en una plataforma que dice ser lo que no es. Por ejemplo, una página que emule la interfaz de entrada a tu Twitter donde piques y metas tu usuario y contraseña.
Ante la duda, mejor desconfiar y no seguir esos enlaces. Y si quieres entrar a un servicio determinado, asegúrate de estar en la web original: una buena forma de hacerlo es simplemente introduciendo la dirección en la barra del navegador.
Portada | Foto de Solen Feyissa en Unsplash
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