Hace unas horas publicábamos los nuevos datos de cuotas de mercado de las diversas plataformas móviles. Las cifras de IDC permiten conocer la evolución de este segmento para las distintas plataformas móviles, y vuelven a confirmar un dato claro: el duopolio lo es cada vez con mayor fuerza.
De hecho, Android e iOS sumaban en 2013 un 92,8% de cuota de mercado, pero en 2014 ese porcentaje subió al 96,3%, dejando aún menos margen para los competidores. BlackBerry se ha hundido aún más durante el pasado año, pero quien ha sufrido a pesar de sus esfuerzos ha sido Windows Phone.
El duopolio lo es más que nunca
En los datos de IDC hay una única nota positiva para Microsoft: se han vendido distribuido un 4,2% más de terminales con Windows Phone durante 2014: 34,9 millones frente a los 33,5 millones del año anterior. Eso no ha sido suficiente para crecer en cuota, porque el crecimiento en ventas de Android (32%) y de iOS (25,6%) ha dejado muy atrás al experimentado por los dispositivos basados en Windows Phone.
En ese escenario que nos pintan esos crudos datos de IDC hay otras realidades como la citada caída de BlackBerry, que ha vendido casi un 70% menos de terminales (5,8 millones en todo el año, una cifra terrible), y que pasa del 1,9% de cuota de 2013 que ya era preocupante a un 0,4% que por primera vez la sitúa incluso por detrás de la categoría "otros" en la que IDC engloba a plataformas como Firefox OS, Symbian o Tizen.
Precisamente es interesante destacar que esa categoría es la que más ha crecido en porcentaje en unidades distribuidas. Lo ha hecho en un 234,8%, triplicando la cifra de 2013 (2,2 millones) y llegando a las 7,7 millones de unidades. Ese crecimiento ha sido interesante, pero sigue estando muy lejos de los actores principales, y será difícil que en 2015 se produzca un cambio significativo en esa categoría.
El marketing sigue siendo escaso
Hace mes y medio ya hacíamos un análisis de la situación de Windows Phone tras aparecer los datos de Kantar Worldpanel Comtech. En aquel momento se confirmaba que el éxito de los iPhone de Apple no solo había afectado a las ventas de Android, sino también a la del resto de competidores.
El problema es que el sistema operativo de Microsoft no logra posicionar una propuesta que logre convencer a los usuarios o que las operadoras y los fabricantes impulsen con las campañas de marketing que suelen dedicar a terminales de otras plataformas.
Es especialmente inquietante ver como en Redmond no parecen querer dedicar demasiados recursos a hacer marketing potente de sus terminales, cuando uno de los principales problemas es que el gran público parece conocer únicamente dos alternativas. Aquí el secreto para los pequeños está -triste pero cierto- en la inversión publicitaria y en marketing, y los responsables de Microsoft deberían tener en cuenta de que o dedican recursos económicos a dar a conocer su plataforma, u otros no lo harán por ellos.
La convergencia podría ser la clave
Tanto 2015 como 2016 se plantean como dos años absolutamente cruciales para el futuro de la plataforma móvil de Microsoft. El problema de los próximos meses es evidente: muchos usuarios podrían estar esperando a la llegada de Windows 10 para tomar una decisión de compra sobre estos dispositivos, y de hecho incluso los fabricantes y la propia Microsoft podrían estar reservando fuerzas para lanzamientos en los que ese nuevo sistema operativo pueda dar el do de pecho.
Y eso a pesar de que Microsoft ha asegurado que los actuales dispositivos Windows Phone 8.1 podrán actualizar a Windows 10, lo que no debería afectar demasiado al programa de lanzamientos hardware ni en el caso de Microsoft ni en el de sus socios.
La versión preliminar del sistema operativo que ya está disponible para algunos dispositivos de la familia Lumia -hay formas de probarlo en los no soportados oficialmente- no parece ofrecer diferencias significativas a la experiencia de uso que disfrutan actualmente los usuarios, pero eso en realidad no es un problema: más bien todo lo contrario.
Y lo es porque los usuarios de Windows 10 se encontrarán ante un paradigma que ha funcionado muy bien y que respeta esa interfaz de baldosas que es perfecta en dispositivos táctiles y que vuelve a demostrar su validez en esta versión de la plataforma móvil de Microsoft. Ahora bien, lo que tiene que ser un punto de inflexión es el funcionamiento de esa convergencia que ofrecerán las aplicaciones universales y esa filosofía "One Windows" que promete una experiencia unificada.
Esa será seguramente la característica diferencial que más podrá aportar a la hora de impulsar la plataforma móvil, que destacaría de sus competidoras por ser la que más fácilmente se integra en un ecosistema, el de Microsoft, que sigue siendo absoluto protagonista en la informática de escritorio y que al apoyarse en esa pata móvil debería hacer que ésta resulte más relevante que nunca. Es lo que esperamos todos los que consideramos que Windows Phone (y el futuro Windows 10) sigue teniendo muchas virtudes y muchísima proyección.
En Xataka Móvil | Windows Phone y la necesidad de mirar las cosas con otra perspectiva
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