Por fortuna para los ciudadanos (en la mayoría de los casos), la Administración cuenta cada vez con más apps que nos permiten realizar trámites y consultar información oficial directamente desde el móvil, sin necesidad de hacer desplazamientos ni llamadas.
Dos ejemplos muy positivos a nivel nacional son 'Mi Carpeta Ciudadana' y la app de Hacienda para hacer la declaración de la renta. Pero no todo iba a ser bueno, también tenemos ejemplos que dejan bastante que desear. Personalmente, a nivel autonómico, tengo que lidiar con una app a la que le tengo mucha manía: la app Roble, de la Comunidad de Madrid.
Un diseño recién actualizado, pero una funcionalidad igual de inútil
Según la define la propia Comunidad de Madrid en su pdf de presentación, "ROBLE es una aplicación móvil destinada a familias de alumnos, cuya finalidad es la de proporcionarles acceso a la información educativa que a lo largo del curso es publicada por los docentes y el centro, sirviendo además de plataforma de interacción entre el centro y las familias".
Dicho en otras palabras, es una herramienta que tenemos los padres para hacer el seguimiento educativo de los alumnos y comunicarnos con el centro y los profesores. Es la app de los colegios públicos de la Comunidad de Madrid (aclaro), donde este curso, hay 684.627 alumnos matriculados, así que decenas de miles de padres nos vemos obligados a usarla.
Una app que usa tanta gente debería ser práctica, intuitiva y fluida. Pues nada más lejos de la realidad. Sólo tienes que mirar sus valoraciones en las tiendas oficiales de apps y puedes hacerte una idea de su calidad y utilidad: 1,9 en Google Play y 1,7 en App Store.
Para empezar, las credenciales de acceso se las proporciona el centro a los tutores legales del alumno. El usuario no es un correo electrónico, es una mezcla de letras y cifras del nombre, apellidos y DNI del padre o la madre (son diferentes para ambos).
Más vale que te lo apuntes, igual que la contraseña, porque no dispone de acceso por huella o reconocimiento facial, y con cada gran actualización, te "desloguea". Otro consejo: marca la opción de "Recordar contraseña" porque cierra sesión constantemente, incluso aunque la dejes unos minutos en segundo plano.
El diseño, hasta hace dos o tres semanas que se actualizó, no podía ser más arcaico. Recordaba a 2018, 2019, que es cuando se creó la app. De hecho, es probable que no lo hayan cambiado hasta ahora. Con la nueva actualización, es mucho más atractivo visualmente y algo más intuitivo, pero no lo suficiente.
Se supone que esta nueva actualización trae también las siguientes mejoras:
- Más canales de notificaciones, aviso de mensajes, faltas de asistencias, tablón de anuncios, actividades.
- Mejoras en la mensajería interna.
- Mejor gestión de los alumnos de forma diferenciada.
Pues bien. Las notificaciones siguen llegando duplicadas, triplicadas o incluso cuadriplicadas. Eso cuando llegan. El envío y recepción de mensajes continúa siendo pésimo. El calendario y la agenda siguen siendo inútiles, y el tablón de anuncios está vacío. Incluso la carga de los boletines de notas les suele dar problemas a los profesores. En definitiva, no vale para nada.
Al final, tanto los colegios y los profesores como los tutores legales de los alumnos nos vemos empujados a usar el correo electrónico, el teléfono o, directamente, el canal verbal para comunicarnos entre nosotros. Es una pena que, en pleno año 2024, una app que utiliza tantísima gente y que podría ser tan práctica, sea tan lamentable.
Imagen de portada | Montaje con Smartmockups
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