Acostumbrados a prácticamente haber visto nacer, crecer y madurar (¿seguro?) a la industria del videojuego, los que hemos sido más afines a ese medio que a otros nos hemos habituado a unos plazos de evolución muy concretos. Ha resultado curioso ver cómo todos esos cambios, ese pasar del píxel de la niñez a los polígonos de la adolescencia se han perpetrado en el mundo del móvil en poco más de diez años.
Ahora nuestro pequeño Cocoliso, amado y odiado a partes iguales por la comunidad de jugadores, está en esa etapa en la que quiere ir más allá de lo impuesto, demostrar que puede ser como los mayores y acercarse a metas tan complicadas como la del juego online en móviles. Lo hace a su estilo, claro está, y (a menudo) consciente de sus limitaciones, pero eso no le resta mérito.
El móvil como plataforma de juego
Los primeros pasos fueron comedidos, acercándose al juego asíncrono, a las listas de puntuación y los vehículos fantasma, permitiendo que jugásemos con otros usuarios aunque ellos no estuviesen conectados y ciñéndose a la idea de que puede ser una opción, pero un móvil no está hecho para jugar.
Puede que lo fuese hasta hace un tiempo, que lo principal a la hora de cambiar de teléfono haya sido otra cosa y ese panorama fuese algo que mirábamos desde una colina bastante alejada, pero tampoco sería completamente acertado decir que esa es la opinión de todos.
Lo digo precisamente porque no es la mía y el ejemplo más claro está en mi bolsillo: un iPhone 4S que lleva pidiendo pista desde hace varios meses y que está lo suficientemente cascado para que apagar la pantalla sea un laborioso proceso que antes se reducía a pulsar un botón.
Podría darle matarile hoy mismo y saltar a un terminal Android que me cueste cuatro duros, pero no estoy aquí por las aplicaciones, por el sistema operativo, por la potencia o por el diseño, estoy aquí por los juegos.
Mi móvil es una plataforma más para jugar desde la que, además, puedo comunicarme
Sí, ya sé que es un tema controvertido, que el catálogo de iOS blablabla y que el de Android tres cuartos de lo mismo (imagino que estamos todos de acuerdo en que incluir el de Windows Phone en la ecuación no viene al caso), pero cuando se trata de juegos estamos obligados a pasar por el aro sí o sí.
De un tiempo a esta parte mi móvil es una plataforma más para jugar desde la que, además, puedo comunicarme. Sé que esa lista de prioridades no es la habitual, pero quería dejar claro que ahí fuera hay gente como yo que ven en los juegos para móviles un complemento indispensable más de nuestra vida como aficionados al medio.
El camino hacia el juego online
Visto desde esa óptica, la de jugador empedernido ¿qué narices pasa con el online de los juegos? Pasa que estamos limitados por tres factores: modelo de negocio actual, limitaciones propias de la plataforma y competencia. Las dos primeras pueden ser fácilmente esquivadas, va a ser cuestión de paciencia, pero con la tercera la situación es mucho más complicada.
Digamos que siempre va a ser más cómodo jugar a según que títulos en PC o consola que desde el teléfono. Hablaba del teléfono como complemento de juego porque para un aficionado el combo no se entiende sin los demás factores, así que una compañía debe buscar alternativas viables en vez de encarar a la “competencia” con propuestas idénticas.
Precisamente por eso el panorama online de los juegos se ha visto reducido a un modelo de negocio muy básico y la mayoría de juegos llegan al mercado con el mismo objetivo en mente, el de aprovechar la moda del free-to-play y los micropagos al máximo antes de que desaparezca, como cocinar lince ibérico para desayunar, comer y cenar porque, eh, hay que aprovechar antes de que se extinga.
Eso provoca locuras como la del Call of Duty Heroes (en iOS y Android) de Activision, otro Clash of Clans en el que el componente multijugador es anecdótico mientras que la competencia entrega experiencias similares a las de la saga en consolas como el caso de Modern Combat 5.
¿No sería más lógico aprovechar el modelo del Call of Duty Online chino, un free-to-play que recopila mapas de diferentes entregas de la franquicia en un multijugador online, y quedarse con parte de ese pastel en vez de lanzar la enésima copia evolucionada de Farmville? Lógico puede ser. ¿Rentable? Eso ya es otro cantar.
No es rentable porque no es cómodo, y ahí saltamos al último factor, porque jugar desde un dispositivo táctil no es jugar desde la comodidad del sofá con un pad en las manos y con una pantalla enorme a un par de metros de distancia. Es posible, entre conectividad inalámbrica para transmisión de contenidos y pads bluetooth, pero desde luego no lo habitual, y hasta que llegue ese momento el juego online en móviles no terminará de despegar.
Lo que es y será el juego en móviles
Por suerte sí hay colocadas las primeras piedras para que, llegado el momento, el cambio no nos pille por sorpresa. Ahí están los juegos de coches como Real Racing 3 (en iOS y Android) , con un control mucho más adecuado para la plataforma que el de un FPS, la tímida pero contundente llegada de los MOBA como Vainglory por aquello de cambiar el ratón por la yema del dedo y, ante todo, la muestra del potencial del juego online en móviles con Hearthstone como principal bandera.
Con el juego de Blizzard estamos ante un sistema que, no sólo es mucho más cómodo desde una pantalla táctil, también permite que la adicción al juego de cartas salte de la pantalla del PC sobre la mesa a la tablet en el sofá y, más pronto que tarde, al móvil desde el transporte público.
Pese a que parezca surrealista desde un punto de vista ajeno al medio, hay hueco para el juego online en móviles, pero por ahora no es ni el que nos quieren vender gran parte de las compañías ni al que estamos acostumbrados. Simplemente recordad la evolución que comentábamos al principio, lo rápido que está creciendo el medio en general y los pasos agigantados que año tras año sigue dando el juego en móviles.
Volved aquí dentro de 10 años. Os sorprenderá lo mucho que ha cambiado la película
Siguen llamándome loco cuando hablo del siguiente paso del juego en la nube de Microsoft o lo que será el futuro de ideas como la de la conectividad entre PS4 y el Xperia Z3. Dicen que es absurdo pensar que el día de mañana nuestra consola preferida no ocupará espacio en el salón, sino en nuestro bolsillo, y que jugar a ella será tan fácil como pulsar un botón y que la experiencia se traslade al televisor con un pad colocado en el hueco de los mandos.
Os invito a que guardéis el link a este texto en vuestro calendario para dentro de 10 años. Quedamos aquí entonces para ver en qué se ha convertido no sólo el juego online en móviles, sino el juego en móviles en general.
En Xataka Móvil | Juegos que en PC son una pasada y que en el móvil son una patata
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