El jueves 21 de marzo se ha convertido en un día histórico en el mundo de la tecnología, ya que ha sido la fecha en la que ha iniciado una importante demanda antimonopolios por parte de la Justicia de Estados Unidos, esta vez en contra de Apple.
El Departamento de Justicia de EEUU ha presentado una demanda en contra de la compañía liderada por Tim Cook, acusando a Apple de ejercer un poder de monopolio para obtener beneficios a costa de los consumidores y los desarrolladores. Es un caso que tardará mucho tiempo en resolverse, y que sin duda nos recuerda en muchos aspectos a lo que ha sucedido en Europa con Apple en los últimos años.
La Unión Europea fue primero, ahora parece ser el turno de Estados Unidos de buscar regular algunas prácticas de Apple (y también de otros gigantes tecnológicos).
Apple promete defenderse de esta demanda que "podría resultar en un precedente peligroso”
En la demanda, detallada en un documento de 88 páginas, el Departamento de Justicia estadounidense asegura que Apple ejerce un poder de monopolio ilegal para obtener más dinero de los consumidores, desarrolladores, artistas y pequeñas empresas, imponiendo tasas elevadas y condiciones restrictivas. El ecosistema de Apple sería demasiado cerrado.
La Justicia pone como ejemplo que algunas aplicaciones importantes y populares sólo están disponibles en iOS, lo que provocaría que los usuarios se queden en la plataforma ya que no pueden acceder a ellas en otros sistemas. También mencionan el tan sonado caso de iMessage, que no está disponible en Android y es uno de los medios más populares para comunicarse en los Estados Unidos.
Que el ecosistema de Apple sea cerrado es algo que le ha traído muchos beneficios. Sí, beneficios económicos, pero también les permite contar con sistemas más estables y sobre todo más seguros. Es por eso que la compañía durante muchos años no permitió la instalación de aplicaciones desde fuera de la App Store.
O mejor dicho, no lo permitía hasta ahora. Apple se vio obligada a abrir las puertas al sideloading de aplicaciones en el iPhone para cumplir con las normativas de la Ley de Mercados Digitales en la Unión Europea (DMA). La compañía ya se ha visto obligada a realizar algunos cambios en su estrategia por normativas en Europa (como cambiar el puerto Lightning por USB-C en el iPhone), y ahora es el turno de Estados Unidos de cuestionar las prácticas de Apple.
La compañía, por su parte, planea defenderse. Así lo han afirmado, en declaraciones enviadas a Xataka:
Esta demanda amenaza lo que somos y los principios que distinguen a los productos de Apple en mercados ferozmente competitivos. De prosperar, obstaculizaría nuestra capacidad para crear el tipo de tecnología que la gente espera de Apple, en la que se entrecruzan hardware, software y servicios. También sentaría un peligroso precedente, al facultar al gobierno para intervenir de forma contundente en el diseño de la tecnología de los ciudadanos.
Recientemente Apple fue demandada por una compañía llamada Masimo por el Apple Watch, una demanda que paralizó las ventas de los relojes inteligentes más nuevos de Apple durante la temporada navideña. Pero este caso es mucho más importante, ya que involucra directamente a la Justicia de los Estados Unidos. Las consecuencias podrían ser muy grandes para la compañía y sus estrategias para el iPhone y iOS. Por otro lado, también podría finalizar con una victoria de Apple.
Es muy probable que pasen años antes de que conozcamos cómo termina todo esto, pero no puedo evitar recordar aquella histórica demanda del Departamento de Justicia estadounidense a Microsoft a finales de la década de los 90 por prácticas monopólicas. La demanda contra Apple no es la primera vez que la Justicia de EEUU se enfrenta a las empresas más importantes de tecnología, ni será la última.
Foto de portada | Xataka
Más información | Departamento de Justicia de Estados Unidos
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