Hace dos días escribía sobre el anuncio de Orange en Francia, donde los clientes con ADSL podían conectarse por WiFi al ADSL de otros clientes de la compañía. Fue muy fácil darse cuenta de que, aunque a priori puede parecer una ventaja, a muchos de los usuarios no les gustó lo más mínimo. Pero ¿es correcta tener una visión negativa sobre estas alternativas?
Algunos dieron a entender que la compañía hacía esto para reducir la congestión de las redes móviles, y que lo hacía a costa del servicio ofrecido a los clientes. Y es que, aunque es muy cierto que todas las compañías se preocupan únicamente de su beneficio propio, estas nuevas medidas podrían beneficiarnos mucho a los demás. De hecho, si todas las operadoras hicieran lo mismo con todas sus tarifas, esto supondría el fin de muchos contratos de Internet móvil.
Demos un pequeño repaso por las ventajas y las desventajas de compartir nuestra conexión a Internet con los demás.
¿Por qué no compartimos nuestra conexión?
El primer obstáculo son las condiciones de uso de las propias operadoras, la mayoría de las cuales expresa que dos núcleos familiares, o dos residencias, no puede compartir la misma línea, sino contratar dos líneas distintas. Una medida que busca explotar al máximo los beneficios obtenidos con las líneas de Internet.
El segundo obstáculo, y no menos importante, es la avaricia humana. Cada vez son más los usuarios que harían todo lo posible por disponer de ciertos servicios sin pagar como puede ser el propio Internet. Si yo contrato Internet y dejo abierta la red para que alguna vez la pueda usar alguien, lo más probable es que el vecino de arriba, el de al lado y el de abajo se conecten permanentemente a mi red. Uno paga, cuatro se benefician. La avaricia del ser humano es el obstáculo.
Es necesario el cambio de mentalidad
Surgen dos necesidades importantísimas en este caso. Por un lado, todos deberíamos concienciarnos de que Internet cuesta dinero, de que usar el del vecino no es moralmente correcto, y de que así solo salimos todos perdiendo. Hacernos a la idea de que debemos pagar nuestra conexión para usar Internet sería algo vital.
La segunda necesidad viene del lado del cliente que paga. Tendemos a razonar que lo que pagamos es nuestro y que solo lo podemos usar nosotros, ya que si lo usan los demás de algún modo salimos perdiendo. Nada más lejos de la realidad. En un mundo ideal, todos compartiríamos Internet y saldríamos ganando.
Ventajas de compartir Internet
Los beneficios para los usuarios serían inmensos. Para empezar, aunque todos pagaríamos lo mismo, la cobertura de acceso no se limitaría solo a nuestra casa, sino que además podríamos usarlo allá donde vayamos y haya una casa con conexión a Internet. Con esto, no solo tendríamos Internet allá donde vayamos, sino que además nos ahorraríamos nuestra tarifa de datos móviles, si es que la tenemos contratada. Y esto sin hablar de que seria una solución a la congestión de las redes 3G.
Eso sí, es bastante improbable que esto pueda a llegar a pasar a este nivel, nunca nos encontraremos con la situación ideal. Así que, lejos de que este artículo sea una moralina, sí que es importante que empecemos a cambiar nuestra mentalidad poco a poco. Servicios como el de Orange en Francia no son negativos, al contrario, serían muy beneficiosos para todos, aunque en nuestro país todavía necesitaríamos una pequeña mejora en la velocidad de conexión.
Las operadoras también tienen que cambiar
Y es que, aunque es cierto que la mayor parte de la responsabilidad la tienen los usuarios, y son los que deberían tomar la iniciativa. Las operadoras deberían tomar medidas y empezar a aceptar esta situación. En principio, las infraestructuras tienen que mejorar para ofrecer una mayor velocidad, que permita compartir una parte con otros usuarios.
En segundo lugar, ellas deberían ser las primeras que obligaran a los usuarios a ofrecer su red, al igual que hace Orange en Francia. Esto haría que la gente empezara a acostumbrarse a la situación de compartir Internet.
Por otro lado, ellas mismas serían las que perderían, ya que la gente empezaría a utilizar menos sus redes móviles. Por ello, deberían centrarse en conseguir más líneas fijas. Una de las formas de hacer esto sería firmando un acuerdo entre todas las compañías, en el cual los usuarios que tengan contratado Internet con alguna de ellas, puedan hacer uso de la red de cualquier usuario, sea de la misma compañía o de otra, de tal manera que se premie contratar Internet.
Parece obvio que esto es difícil que pase, pero ya se están dando pasos en otros países, y podemos esperar que en cuestión de tiempo, acaben llegando a España. Aunque como suele suceder siempre, con importantes limitaciones.
En Xataka On | En Francia los clientes de ADSL de Orange podrán conectarse al WiFi de otros Orange