Hoy en día, acceder al porno a través de Internet es algo relativamente sencillo, y es precisamente este hecho el que ha motivado al Reino Unido a tomar medidas para evitar que los niños británicos puedan acceder a este tipo de contenidos fácilmente.
Así, el Reino Unido va a solicitar a los proveedores de acceso a Internet a habilitar filtros parentales en todas las conexiones de manera perdeterminada, requiriendo pues a los usuarios que quieran acceder a este tipo de contenidos que tengan que solicitarlo previamente a su ISP.
Se espera que a finales de este mismo año todas las conexiones a Internet del Reino Unido tengan ya activo este filtro, aunque no se aplicará ninguna ley ya que estamos ante una actuación voluntaria por parte de los proveedores de acceso a Internet británicos.
Los consumidores se quedan en este caso sin protección alguna, ya que además, el gobierno y los ISPs se escudan en la pornografía infantil evitando el debate, pues oponerse a prohibir este tipo de pornografía estaría mal visto y nadie quiere meterse en un jardín semejante ante la opinión pública.
Un movimiento peligroso, pues sienta un precedente tras el cual el acceso a Internet deja de ser completamente libre y a través de dumb pipes - tuberías tontas -, que a partir de ahora serán menos tontas y se dedicarán a filtrar el acceso según los contenidos que se soliciten.
Y si ahora se filtra el porno, ¿quien asegura que mañana no se solicite filtrar otro tipo de contenidos?. Llegaríamos entonces a un escenario muy parecido a la censura. Además, tendrá que ponerse especial atención en la difícil tarea de asegurar que dichos filtros funcionan correctamente y son desactivables por los propios menores.
Un paso más en el intento de poner puertas al campo de Internet, y otro paso para limitar el acceso libre de los internautas y la sociedad del conocimiento a la información que se almacena en la red.
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