Reduciéndolo mucho, desde nuestro teléfono podemos realizar todo tipo de tareas pero hay dos (tres, contando los mensajes) para las que ha de intervenir si o sí un operador de telefonía. Una de ellas es la de realizar llamadas de teléfono y la otra es la de poder conectarnos a Internet desde el dispositivo que tenemos en la mano.
Estas dos funciones tienen reservados dos canales a la hora de gestionar el tráfico del operador. Las llamadas van por un camino mientras que el tráfico de datos va por otro, aunque en ocasiones podemos "fusionar" los dos servicios. Es decir, realizar llamadas de teléfono empleando el canal de datos y aquí es cuando tenemos que hablar del VoIP ó Voice over Internet protocol ó Voz sobre un protocolo de Internet. Pero hasta esta función tiene sus propias divisiones.
Empezando por el VoIP
En el momento en que estamos realizando llamadas de voz pero usando únicamente una línea de datos, estamos echando mano de lo que ya hemos denominado VoIP. Lo que ocurre es que este protocolo abarca diversos funcionamientos. Por ejemplo, VoIP sería una llamada de teléfono entre dos móviles que usan Skype, por citar una de las apps más populares para realizar esto. Podríamos, por tanto, realizar una llamada usando un teléfono cuya tarifa haya agotado los minutos pero a la que aún le resten datos.
Sin embargo, este uso no es el único que podemos darle. Una comunicación por voz entre dos teléfonos que usan una misma aplicación es VoIP, pero también podemos realizar llamadas de voz desde una aplicación hacia un número de teléfono de forma directa. Aquí la llamada ha de convertirse, de forma que el teléfono receptor pueda identificarla sin contar con la misma aplicación instalada. La comunicación a través del canal de datos salta al canal de llamadas, y aquí es donde los servicios como Skype y similares suelen cobrarnos como si de una operadora normal se tratase: en función de los minutos consumidos.
El mismo caso que el uso de Skype o app similares es el de los operadores que permiten, de forma nativa, el uso del canal de datos para enviar llamadas de voz. Aquí también hace falta que nuestro propio teléfono sea compatible con el sistema, y simplemente haríamos una llamada eligiendo el canal (voz o datos) y contactaríamos con el otro extremo de la llamada. Una función muy útil, por ejemplo, si nos encontramos en una zona sin cobertura de red o con una calidad mala, pues también bajaría la calidad de la propia llamada.
En definitiva, esto son las llamadas VoIP, aquellas que se realizan intercambiando el canal habitual. Pero antes os comentábamos que existe una diferenciación en este tipo de llamadas, y esa diferenciación no es otra que el método de conexión que estemos empleando en el momento de la llamada. Aquí hablaríamos ya de VoWiFi o de VoLTE.
VoWiFi y VoLTE
Cuando empleamos una conexión WiFi para realizar nuestra llamada telefónica (reconvertida convenientemente para pasar al canal de datos) estamos hablando de una llamada VoWiFi. Podríamos decir que se trata de una versión específica de las llamadas VoIP, aunque se diferencia de éste en una premisa bastante sencilla: una llamada VoWiFi no emplea aplicaciones específicas. Simplemente se realiza de teléfono a teléfono.
Una llamada de Skype, por ejemplo, y siguiendo con la app que estamos empleando para las explicaciones, no se convertiría en una llamada VoWiFi si estuviésemos conectado a una conexión WiFi en vez de estar usando la conexión de datos. Aquí hablaríamos de funciones específicas de apps y, por tanto, nos seguiríamos moviendo en el terreno de las llamadas VoIP, sin especialización.
Llamadas a través de conexiones WiFi o conexiones de datos móviles, pero sin apps intermediarias
Y ya que existe un tipo de llamadas específico cuando empleamos conexiones WiFi, ¿ocurre lo mismo cuando usamos redes móviles? En efecto, esto es lo que se conoce como VoLTE (un nombre poco apropiado, ya que hereda el apellido LTE que le viene del 4G y parece restringirlo). El VoLTE es, por tanto, aquella llamada de teléfono que se realiza empleando el canal de datos en lugar del canal de llamadas cuando estamos operando bajo datos móviles, sin conexiones WiFi activas.
Al igual que en el caso del VoWiFi, en las llamadas VoLTE no entrarían aquellas realizadas con aplicaciones específicas. Sólo serían VoLTE aquellas llamadas realizadas de forma nativa, por lo que se repetiría la escena: necesitaríamos un teléfono compatible con este tipo de llamadas y también estar usando un operador móvil compatible con llamadas VoLTE.
Por cierto, algo que no hemos comentado anteriormente y que resulta adecuado para cerrar es que cuando hablamos de VoIP, VoWiFi o VoLTE no nos referimos únicamente a teléfonos móviles. También hay teléfonos fijos que emplean la tecnología VoIP, siempre que contemos con un router compatible con los mismos y que permita conectar uno. Y, por supuesto, llamadas usando VoIP pueden realizarse también a través de ordenadores personales, ya sean fijos o portátiles.
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