El NFC -Near Field Communication- no ha tenido una aceptación tan amplia como se esperaba, al menos en los comercios españoles. De todas formas su implantación va creciendo poco a poco y sigue en su lucha para conseguir posicionarse como el medio mayoritario de los pagos electrónicos pese a la cantidad de competidores que le han salido.
El NFC es una herramienta que nos permite pagar por contacto, haciendo que la transacción sea mucho más rápida y eficaz, pero a su vez, para muchos usuarios todavía existen algunas dudas sobre la seguridad de los pagos con el móvil -no sólo con el NFC, sino con todos los modelos de pago existentes hasta el momento-, y añadir un pin o contraseña le resta esa rapidez por la que es tan interesante. Así pues, la aceptación del móvil como monedero está siendo más lenta de lo esperado. De todos modos, es probable que, a medida que los usuarios vayan asimilando el móvil como ese lugar en el que sucede todo, le acaben perdiendo el miedo a hacer pequeñas transacciones con NFC.
En realidad, los pagos con el móvil cada vez son más frecuentes. Según estudios realizados por Visa en Estados Unidos los jovenes entre 18 y 34 años son cuatro veces más proclives a llevar el móvil encima que dinero en efectivo. Además, dado que entre 2012 y 2013 los pagos con el móvil se duplicaron llegando a sumar 1.000 millones de dólares han llegado a predecir que para 2017 esa misma cifra será de 58.000 millones de dólares.
El NFC más allá de las transacciones económicas
También hay que tener en cuenta que el NFC tiene múltiples utilidades más allá pagos y cada vez aparecen más formas interesantes de aprovechar la incorporación del NFC en los smartphones. Y si a esto le sumamos que el NFC se puede añadir a todo tipo de objetos, incluso complementos de vestir, las posibilidades aumentan exponencialmente.
La tecnología NFC actualmente se está utilizando para cosas tan interesantes como emitir música de forma inalámbrica desde el smartphone hasta unos altavoces o para leer etiquetas de una forma más simple que con los lectores QR. Esto último empieza a ser común en eventos para hacer likes o check ins automáticos.
Además algunas empresas y universidades han integrado el NFC en sus puertas de acceso convirtiendo los móviles de sus trabajadores o estudiantes en la tarjeta de acceso. Un ejemplo de esto es la Universidad de San Francisco que tiene habilitados los accesos a la universidad, las cafeterías y los dormitorios de los estudiantes a través de NFC, y además, estos pueden pagar los servicios de lavanderías o sus gastos en la cafetería a través del mismo método.
Otro ejemplo son las compañías aéreas y aeropuertos que empiezan a adoptar el NFC como forma de gestionar los billetes de los pasajeros. Un caso es el de Alaska Airlines que permite el acceso al avión y el paso a través de los arcos de seguridad con billetes emitidos para NFC.
Por otro lado se está utilizando el NFC para permitir que las máquinas se comuniquen entre ellas mientras que el resultado de estas comunicaciones puede ser gestionado a través de una tablet o un móvil.
Todavía quedan muchos usos por explorar de la tecnología NFC pero lo bueno es que de momento cada cual puede adaptarlos como necesite gracias a etiquetas como las Xperia Smart Tags que permiten la gestión de nuestro smartphon en diferentes situaciones con sólo acercar el móvil a la etiqueta.
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