Los wearables están en boca de todos. Se espera que sean la próxima revolución tecnológica y no es de extrañar. Por ahora los wearables más comunes son los que nos permiten cuantificarnos y toman la forma de pulseras o de relojes, aunque en realidad puede ser cualquier prenda que llevamos habitualmente, incluso el propio smartphone, capaz de recoger datos sobre nosotros mismos.
Lo que hacen estos wearables es recoger datos sobre nuestra actividad, lo que hacemos, cómo y cuando. Puede parecer algo banal pero estos aparatos pueden tener un impacto importante sobre nuestra salud.
¿La cuantificación es sólo para deportistas?
Los primeros en adoptar este tipo de wearabes, fueron los deportistas, muchos de ellos ya estaban acostumbrados a llevar el pulsómetro en el pecho y comprendieron rápidamente las bondades de este tipo de aparatos.
Gracias a pulseras como la Smartband, un deportista es capaz de comprobar no sólo la efectividad y la dureza de un entrenamiento, sino también la actividad física realizada durante el resto del día, entrando así en un espacio en el que todo cuenta, no sólo los entrenamientos, sino también los pequeños trayectos diarios como puede ser el camino hasta el transporte publico, o subir a casa por las escaleras en vez de coger el ascensor.
El poder tener en cuenta toda la actividad diaria ha conseguido que dejen de ser un objeto sólo para deportistas y que lleguen a la población general. Para los que deseamos llevar una vida sana pese a tener trabajos sedentarios, es importante saber si en tu día a día te mueves lo suficiente para mantener un estado óptimo de salud o si debes hacer más. Aprender cosas como que ir al trabajo a pié marca una diferencia muy importante en tu estado físico, y por lo tanto en tu salud, son cosas determinantes para cualquiera.
¿Qué información podemos obtener?
Pero esto no es lo único que los wearables pueden hacer hoy en día. La cuantificación personal hoy toca otros aspectos de nuestra vida como la calidad del sueño, el control del peso o lo que comemos. Todos aspectos importantes para nuestra salud.
Todos sabemos lo importante que es dormir bien para rendir. Estas pulseras son capaces no sólo de detectar la cantidad de horas que dormimos, sino que además pueden cuantificar la calidad de nuestro sueño ayudándonos a comprender y mejorar nuestro descanso. Si además introducimos lo que comemos a diario podemos tener una imagen clara de cuales son nuestros hábitos y cómo mejorar nuestra salud haciendo pequeñas modificaciones.
Además estos dispositivos están pensados para que te pongas retos e intentes superarlos. La fórmula perfecta de conseguir mejorar tu salud modificando lo necesario para llegar estar en mejor forma y sentirnos mejor, que en definitiva es lo importante.
¿Qué más podremos medir en el futuro?
La evolución de la cuantificación personal pasa por poder medir otros factores como el pulso, la presión sanguínea o incluso los niveles de insulina en sangre entre otros parámetros más ‘médicos’, que permitirían prevenir, predecir y controlar varias enfermedades de una manera bastante sencilla para el usuario.
Es probable que en algún momento la gente los lleve por recomendación médica, o simplemente por precaución, pero mi experiencia personal con estas pulseras me ha hecho entender que es muy diferente saber que, como mínimo, debes dar un paseo diario, a que aparezca un número que te diga que no has hecho suficiente ese día, o peor, los tres últimos días.
Las pulseras como la Smartband son los dispositivos que captan todos estos datos, pero es el smartphone el que los recibe y nos muestra los gráficos, nuestra evolución, los retos conseguidos y nuestros puntos flojos, para que así podamos tomar cartas en el asunto y mejorar.
Podríamos resumir que la cuantificación personal es simplemente recoger datos sobre nuestra vida y nuestros hábitos, pero en realidad es mucho más que eso. La cuantificación personal nos da las herramientas para saber qué estamos haciendo mal y qué podemos hacer para mejorar nuestra calidad de vida. Todos sabemos que es bueno hacer deporte o que deberíamos comer sano, pero la cuantificación nos da los datos para que sepamos el efecto real de nuestros hábitos sobre nuestro organismo.
¿Quieres vivir una vida más sana? ¿Batir tus marcas deportivas? ¿O simplemente sentirte mejor? Todo ello es mucho más fácil si te cuantificas.
Imagen | Josiah Mackenzie | Rama V
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