Que la pantalla de tu móvil tenga más nits es bueno, pero yo sigo prefiriendo un mejor brillo adaptativo

Iphone 14 Pro
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En la Keynote de los iPhone 14 Pro y Pro Max, Apple presumía de contar con el pico de brillo más alto de cualquier smartphone... aunque esto tiene letra pequeña. Cupertino lanzaba un guante a modo de desafío. Samsung hacía oídos sordos con su Samsung Galaxy S23 Ultra, pero OPPO parece haber aceptado el envido:  se rumorea que el X6 Pro montará un panel capaz de llegar a los 2.500 nits. Que los mejores teléfonos tengan los brillos más altos está muy bien, pero la mejora más importante que podrían hacer los fabricantes en este apartado es en el brillo adaptativo.

Una verdad a medias. Greg Joswiak declaraba durante la Keynote del pasado mes de septiembre que los iPhone 14 Pro y 14 Pro Max son capaces de aumentar aún más el brillo para alcanzar un máximo de 2.000 nits, "el doble de brillante que antes y el brillo máximo más alto de cualquier teléfono inteligente", algo que matizaban en la nota de prensa diciendo que:

La pantalla avanzada también ofrece el mismo pico de brillo HDR que el Pro Display XDR, y el brillo máximo en exteriores de un smartphone: hasta 2.000 nits, es decir, el doble que el iPhone 13 Pro.

Aunque es cierto que ese título actualmente lo ostentan los buques insignia de Apple, la realidad es que no fue el primero (y de hecho Apple no presume de ello) . Sin ir más lejos, antes ya hubo otros terminales que llegaron a ese pico: el Sharp Aquos R7 , que salió a la venta en Japón en verano del pasado año,  ya alcanzaba los 2.000 nits. También lo hacía su antecesor, el Aquos R6. Otra cosa es en el mercado occidental.

Samsung Pantalla del Samsung Galaxy S23 Ultra. Foto: Análisis Xataka

Aquí llamó la atención el conservadurismo de Samsung, que con su flagship repetía brillo máximo de 1.750, el mismo pico que su predecesor. Esto es un hecho doblemente curioso, tanto porque Samsung siempre ha destacado por ofrecer el mayor brillo frente al resto como porque  tanto los paneles de Apple como los de Samsung proceden de Samsung Display (que formó parte de Samsung, pero que lleva más de una década siendo independiente).

¿Alcanzarán los brillos máximos de pantalla un pico? Si lo hace, estamos lejos de verlo. La "batalla" por tener la pantalla con el máximo brillo no ha hecho más que comenzar y el límite lo marcarán más las tecnologías y compromisos inherentes al dispositivo (principalmente el consumo energético y la disipación del calor) que la necesidad.

Porque sí: para leer correctamente a pleno sol necesitamos mucho más brillo en nuestras pantallas. Y como apunta mi compañero Antonio Sabán, "hacen falta pantallas de 4.000 nits para reproducir HDR como se debe". Las pantallas de los teléfonos ya han mejorado en aspectos como la tecnología del panel, la resolución o la tasa de refresco, pero como dispositivo para consumo de contenido esta mejora es necesaria para una mejor experiencia.


Cuando más brillo máximo no es suficiente

Con lo anterior en mente, pienso en que la realidad es mucho más que una ficha técnica con especificaciones de relumbrón. ¿Hace falta más brillo? Sí. Pero la gran mejora de la deberían beneficiarse tanto los buques insignia como la gama media es darle una vuelta de tuerca al brillo adaptativo, la otra asignatura pendiente si hablamos de brillo. Porque el brillo adaptativo tiene un amplio margen de mejora, especialmente en Android.

Algunos apuntes sobre su funcionamiento y evolución. De la sensórica integrada en un teléfono, el responsable de esta labor es el sensor de luz ambiental. Este instrumento es un tipo de fotodetector (funciona de forma similar a una cámara) que mide la cantidad de luz ambiental. A partir de aquí y acorde a lo medido, ajusta el brillo de la pantalla. Así, es capaz de interpretar cuando estás en exteriores bajo la luz solar directa o tumbada en la cama con las luces apagadas.

Desde que esta función existe ha ido evolucionando integrando inteligencia artificial (es el caso de los Pixel y los Samsung), de modo que además aprende tus gustos y preferencias cuando ajustas el brillo manualmente para hacerlo por ti. En el caso de los iPhone, su True Tone no se limita a ajustar el brillo, si no también la temperatura de color, para que los tonos cromáticos se correspondan mejor con el entorno.

Así que, en esencia, tú lo activas esperando que suba el brillo cuando hay una luz ambiental alta y eso no siempre sucede o no lo hace adecuadamente. A continuación, un par de ejemplos en los que todavía el brillo adaptativo no está a la altura de la situación.

Como persona que gusta hacer deporte en exteriores e irse de acampada con el buen tiempo, esto lo he sufrido en mis carnes. Un escenario particularmente problemático es el de estar un día de verano al aire libre cuando hay sol y nubes. Aquí es bastante común que el brillo adaptativo falle, viéndote reflejada (o el cielo, si apuntas con la pantalla hacia arriba), que veas el teclado a duras penas y que si estás utilizando una aplicación con tema oscuro, apenas aprecies detalles. El quid de la cuestión está en cuando hay bastante luz pero esta es difusa, es decir, que no cae directamente sobre la pantalla, aunque también lo he llegado a ver con luz directa.

De poco sirve tener un pico máximo de brillo altísimo si en la práctica no lo vas a poner en acción automáticamente

El segundo tiene que ver con el brillo máximo de marras: ¿en qué momento interpretan los sensores que el escenario de luminosidad es tal que tienen que llevar el brillo al máximo? Diría que las únicas veces que he visto mis pantallas a tope ha sido cuando lo he puesto yo manualmente. Quizás es una cuestión de optimización de batería, pero la realidad es que de poco sirve tener un pico máximo de brillo altísimo si en la práctica no lo vas a poner en acción automáticamente.

El brillo adaptativo es una gran característica cuando funciona correctamente, lo que te permite olvidarte de ajustar la iluminación de la pantalla cuando estás en exteriores en un día soleado o cuando desbloqueas tu teléfono en tu habitación en plena noche. Pero  si no funciona como debe, la experiencia se empaña y lo del pico de brillo máximo pasa a un segundo plano. Y no lo hace:  a estas alturas de la película todavía me veo acudiendo a los ajustes para regularlo yo misma, lo que significa que queda camino por recorrer.

Aunque esto lo he observado en teléfonos de gama media Android de mi entorno de forma bastante evidente, también me ha pasado a mí con mi con gamas altas como mi iPhone 13 Pro o el iPhone 11 Pro que tuve antes. Es esperable que los teléfonos más premium sigan sumando nits, pero para la experiencia del día a día ganaremos todos si lo que mejora es el brillo adaptativo.

En Xataka Móvil | Qué son los nits y cómo impactan en la calidad de las pantallas de los móviles

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