El mercado de los móviles es un mundo de cambio continuo, pero aún así existen tradiciones. Pocas, cortas y de cuna reciente, pero haberlas haylas y una es divagar sobre cómo será un móvil cuando su fecha de presentación se aproxima. Con un enero ya casi finalizado viene febrero y el MWC, y la agenda se nos llena de citas anuales, pero puede que este año HTC rompa alguna de estas tradiciones con su One M10.
Hace unas semanas hablábamos de este evento anual de referencia mundial en cuanto a los cambios que algunos fabricantes parecen estar haciendo en su agenda en base a aprovecharlo o más bien todo lo contrario. Una valiente LG se anticipa con su tope de gama para mirar cara a cara a Samsung haciendo coincidir día de presentación, mientras HTC y Microsoft habrían preferido huir para no quedarse sólo con unas migas de protagonismo.
El año pasado, además, estas migas no fueron nada alentadoras para la compañía taiwanesa, con un HTC One M9 quizás demasiado conservador más allá de mantener las señas de identidad y que era criticado en sus primeras tomas de contacto sin apenas haberse quitado el cable de seguridad del stand, casi recién nacido. ¿Romperá con todo esto también HTC? Así lo indican los rumores que recopila Venture Beat y que Evan Blass compartió (y ya se sabe si Evan habla), aunque con cierto fantasma del pasado.
¿Renovarse o morir?
Cuando se repite durante años no es por casualidad, y en HTC han sido conscientes de que uno de sus principales reclamo era su construcción: una nota discordante entre una abrumadora mayoría policarbonatada. No obstante, desde que el HTC One M7 el fabricante ha sido constante en bastantes más aspectos, como contenerse en tamaño con respecto a los rivales o el hecho de mantener altavoces, logo en el frontal y unos considerables marcos que representan unos centímetros muy apetitosos para la pantalla.
¿Y si el HTC One M10 acabase con todo esto? Según lo que se especula para el próximo terminal de HTC, de nombre en clave "Perfume", lo que vamos a ver es un giro radical en torno a estas características, un adiós (parcial) a las tradiciones de diseño y construcción. La pantalla, que sería AMOLED como la de su predecesor y no SuperLCD como también se ha comentado, tendría una diagonal de 5,1 pulgadas y se subiría al tren del QHD en cuanto a resolución, con una densidad de píxeles de 576 ppp equivalente al Samsung Galaxy S6.
Se toca poco el diseño en las informaciones, pero si es cierto el hecho de que no monte los altavoces en la parte frontal probablemente los bordes podrían ser algo más finos. Lo que también perderíamos es el logotipo en pro de aprovechar esa superficie para un lector de huellas. De estos dos cambios cabría pensar que el terminal ganará en ratio pantalla-frontal y alcanzar el 70%.
Por otra parte, en cuanto al procesador se habla de dos versiones. El Snapdragon 820, el que aspira a ser el procesador estrella de Qualcomm y el 810 que tuvo que haber sido (y montó el desafortunado M9), ya hace tiempo que suena para el próximo buque insignia de HTC, pero se apunta también a que habrá una versión con chip MediaTek para el mercado asiático. Así esperan 4 GB de RAM y 32 GB de almacenamiento con posibilidad de añadir micro-SD.
Vuelta a las andadas
En plena guerra del megapíxel HTC apostó por desmarcarse con un prefijo con más impacto. Pero en la práctica el ruido fueron pocas nueces y la jugada de los ultrapíxeles no salió como esperaba. Tras aguantarlos hasta el One M8 en la cámara trasera, éstos pasaron a la delantera en el One M9, pero parece que vuelven a la cámara principal en el "Perfume".
Al parecer la compañía ha conseguido sobrepasar la barrera de los 4 megapíxeles y lograr un sensor Ultrapixel de 12 megapíxeles. De modo que promete obtener una resolución mayor y además incorporar enfoque láser. Sobre la cámara secundaria no se sabe este dato, pero se habla de que tanto ésta como la principal incluirán estabilizador de imagen (OIS), por lo que en este sentido su cámara frontal lograría diferenciarse de la del resto.
¿Habrá roto HTC con sus propias tradiciones y sorprenderá con un tope de gama renovado? Desde luego lo que parece evidente es que algo necesita cambiar para que sus flagships, de precio nada modesto, hagan una aportación positiva en tirar de un carro que lleva pesando a la empresa años desmarcándose de sus rivales y acumulando cifras preocupantes. Veremos (algo más tarde que de costumbre, eso sí) si los taiwaneses se han librado de unas señas de identidad que podrían haber sido un lastre más que un aliciente.
Vía | Venture Beat
En Xataka Móvil | El MWC y las presentaciones de los tope de gama: ¿un evento a perseguir o evitar?
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