Cuando nos disponemos a comprar un nuevo móvil, surge el dilema de toda la vida: gastar más o gastar menos. Y lo cierto es que hoy en día es más sencillo tomar esta decisión, pues el mercado nos da diversas opciones dentro de cada rango de precios. Los móviles baratos cumplen sobradamente su función, siempre y cuando no les pidamos más de lo que pueden dar.
En los últimos meses, he tenido la suerte de analizar varios móviles económicos con diferentes procesadores, cantidades de memoria, y un sinfín de especificaciones reducidas con el fin de abaratar el precio. Estos son los puntos clave que considero importantes a la hora de hacerse con uno.
Un software limpio, con la potencia en segundo plano
Uno de los últimos que he revisado es el Realme C51, cuyo análisis fue publicado precisamente ayer. Pero no es el único, otros de diferentes marcas como Honor o TCL también me han enseñado qué aspectos son determinantes cuando adquirimos un terminal económico.
Para empezar, diría que el apartado más importante es el software. Un Android limpio, cercano a stock, sin demasiado bloatware y con las funciones justas es lo ideal para un móvil barato. Teniendo en cuenta que la potencia bruta pasa a un segundo plano en estos móviles, debemos buscar un sistema operativo lo más aligerado posible.
Lo mismo sucede con la memoria RAM, que normalmente se situará en torno a los 4 GB. Es una cantidad algo paupérrima, pero suficiente para un uso básico del móvil. No, no necesitas 12 GB de RAM para abrir WhatsApp e Instagram. Pero sí nos vendrá bien en alguna ocasión disponer de la memoria RAM virtual para incrementar la cantidad de la física.
Pero volviendo al sistema, lo verdaderamente importante es que todos sus componentes estén bien optimizados para el móvil en cuestión. Aquí entra en juego el kernel, parte crítica de Android (y cualquier sistema operativo que se precie), donde se encuentran los drivers que median entre el hardware y el software.
En este sentido, Android Go es un fortín más que apto para móviles económicos, y aquí coincido con mi compañero Álvaro. No sólo tenemos un apartado estético simple y funcional, sino que es un sistema libre de "cargas innecesarias". Con este término me refiero a esa cantidad de funciones que añaden las capas de personalización, y que en ocasiones no hacen más que ralentizar el funcionamiento.
Paneles con resolución FullHD+, sí o sí
Volver al 720p es un dolor de ojos, nunca mejor dicho. Lo positivo es que las pantallas con resolución FullHD están muy extendidas desde hace años, y por eso te diría de evitar resoluciones más pequeñas.
Precisamente algunos de estos móviles económicos que he trasteado volvían a la resolución 720p, o mejor dicho, HD+ por la relación aspecto del panel. Y vaya que si se nota. Si vamos a usar el móviles para navegar por la red o ver el feed de las redes sociales, el FullHD+ es un mínimo para mí.
Y no, no hablo de pantallas AMOLED, pues se reservan para gamas superiores, pero sí un decente panel LCD con esta resolución. De lo contrario, además de ver los píxeles, veremos menos elementos en pantalla, y con una definición peor.
En relación con la tasa de refresco, no debemos darle muchas vueltas. El estándar de los 60 hercios ha virado, subiendo la apuesta a 90 hercios, y esto ocurre también en la gama de entrada. Por tanto, no tendremos problemas, pero sí, lo suyo es elegir un móvil barato que incluya la tasa de refresco elevada.
La batería ya no es un problema, la carga rápida sí
Atrás quedan los tiempos en los que los móviles baratos palidecían frente a modelos superiores en lo que se refiere a autonomía. De hecho, ahora suelen incluir baterías más grandes que en la gama alta, por lo que el foco cambia a la carga rápida.
Teniendo en cuenta que la autonomía mínima seguramente se sitúe por encima de la jornada completa, sí conviene un móvil con carga rápida que nos permita darle un toque extra de vida. En mi travesía por terminales económicos, el máximo que he encontrado corresponde a los 33 vatios, aunque no es lo normal.
No obstante, debemos sopesar bien este aspecto, porque el día menos pensado nos sacará de un apuro dotando al móvil de unas horas de más. De nada sirve una batería de 5.000 mAh si tarda dos horas en rellenarla, y digo que se nota sobremanera.
Sea como sea, esta es mi opinión tras trastear con móviles baratos de varios fabricantes. En este rango de precios, estamos limitados en relación con los componentes, pero estos consejos te ayudarán a realizar la mejor elección. Siempre dentro de sus posibilidades, claro está.
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