Cuándo es el momento de renovar tu móvil es algo entre tú, tu cartera y tus preferencias personales, pero si estás buscando una señal del cielo para tomar la decisión, aquí tienes siete indicios de que el momento ha llegado. O, al menos, está muy cerca.
Hay quien cambia de móvil cada año y quien sigue con el mismo móvil aunque casi se le cae a trozos de la mano mientras lo usa, pero sin llegar a ese extremo hay otros indicios de que tu móvil actual está llegando al fin de su vida como móvil principal y es un buen momento de ir mirando nuevos móviles.
La batería dura un suspiro
Mientras esperamos si prospera la idea de la batería nuclear que dura 50 años, la batería de nuestros móviles empieza muy bien cuando lo sacamos de la caja y desde ahí es todo cuesta abajo por la degradación que ocurre durante el uso normal. Algunos malos hábitos, como el sobrecalentamiento excesivo rutinario, pueden hacer que esta degradación se acelere.
Así, mientras que recién comprado el móvil te duraba más de un día sin pasar por un enchufe, según pasan los años dependerás más del cargador hasta tal punto que apenas puedas usar tu móvil de forma... móvil. Antiguamente podíamos comprarle una batería nueva y cambiarla, pero hoy en día cambiar la batería implica un coste (de la batería en sí y el servicio) que en algunos casos no va a merecer la pena.
No hay manera de sacar espacio
Un buen indicio de que ha llegado la hora de cambiar el móvil es cuando te pasas más tiempo jugando al tetris moviendo, borrando y gestionando de almacenamiento del móvil del que te gustaría. Y seguramente el que te gustaría sea exactamente cero.
A pesar de que todavía hoy en día algunos móviles admiten usar una MicroSD, si compraste un móvil con el espacio de almacenamiento justo, la mejor forma de dejar de sufrir el acoso del espacio lleno sin tener que hacer limpiezas continuas es comprar un móvil nuevo que vaya más holgado de almacenamiento. Si bien hace unos años con 32 GB de almacenamiento teníamos de sobra, hoy en día con vídeos y fotos a mayor calidad y aplicaciones y juegos más complejos, no cuesta llenar hasta 128 GB.
Se sobrecalienta y va lento para hacer cualquier cosa
Un buen indicio de que a tu móvil actual le ha llegado la hora es cuando todo parece costarle demasiado: va lento y se sobrecaliente con tareas que en su momento no le costaban. No es que se haya podrido, es que el tiempo no pasa en balde para nadie y sus especificaciones técnicas pueden ir hoy algo justas para los juegos y aplicaciones actuales.
El hardware avanza y las aplicaciones y juegos hacen lo mismo para exprimir dicho hardware, en ocasiones olvidándose de la optimización para terminales que tienen un tiempo. Las aplicaciones que usas hoy en día requieren más potencia que las versiones que tenían cuando compraste el móvil y, además, el uso continuado de un móvil hace que vaya más lento por varios motivos como que simplemente está lleno de archivos hasta arriba. Restaurarlo de fábrica es un pequeño parche, pero sólo parcial.
Muchas aplicaciones ni siquiera te funcionan
Con el tiempo tu móvil se va a quedar sin actualizaciones del sistema operativo, lo cual no es un gran problema de por sí. Lo puedes seguir usando, sí, pero antes o después tus aplicaciones favoritas dejarán de ser compatibles. Por ejemplo, hace poco WhatsApp dijo adiós a los móviles que seguían con Android KitKat.
La buena noticia es que las aplicaciones suelen mantener la compatibilidad con versiones del sistema que tengan unos cuantos años, aunque en algunos casos estos cortes de soporte pueden afectar versiones relativamente modernas. Por ejemplo, Android Auto requiere de Android Oreo para funcionar. Actualizar la versión del sistema de un móvil que ya tiene soporte es complicado y en ocasiones te saldrá más a cuenta comprar un nuevo móvil.
Está físicamente dañado
Que tengas el móvil dañado no significa que lo tengas que tirar a la basura y comprarte otro ni mucho menos, pero si está lleno de arañazos, la pantalla está rota, la batería está hinchada y los botones se caen, es bastante posible que te sea más barato comprarte un móvil nuevo que arreglarlo.
Si el móvil es casi nuevo pero está dañado por un accidente, entonces repararlo te puede salir a cuenta, pero si ya está viejo y acarrea heridas de múltiples batallas, quizá haya llegado el momento de que se tome su merecido descanso.
No encuentras fundas ni de segunda mano
Otro indicio de que se acerca el momento de comprar un nuevo móvil es cuando no encuentras ya fundas ni en tiendas ni en Internet. Hay miles de modelos de móviles distintos, de modo que los fabricantes de carcasas y los vendedores deben hacer limpieza de vez en cuando y los modelos más anticuados y menos populares son los primeros en quedarse fuera.
Por supuesto, si el móvil funciona perfectamente puedes seguir usando con la misma funda amarillenta de siempre (o sin ella), pero el hecho de que no encuentres fundas es un recordatorio adicional de que tu móvil actual tiene ya una edad. Un pequeño consejo: si tienes pensado usar tu móvil por muchos años, compra carcasas extra mientras sigan existiendo, pues más tarde sólo encontrarás a la venta los diseños más feos.
Su conectividad está desfasada
Hace ya tiempo comenzó el boom de los pagos contactless usando el NFC del móvil, por lo que quienes acabaran de comprarse un móvil sin NFC se quedaron con la miel en los labios y ganas de cambiar rápido de móvil. Lo mismo pasó con el Wi-Fi ac de doble banda y quienes tenían un móvil que solo puede conectarse a redes de 2.4 GHz.
La tecnología avanza y antes o después la conectividad de tu móvil se quedará anticuada con respecto a lo que existe en ese momento, como nuevas versiones de Bluetooth, Wi-Fi o hasta el próximo 6G. Cuando te ves cada vez con más frecuencia "conformándote" con usar versiones antiguas de cada protocolo y sin poder acceder a las ventajas de rendimiento, uso de batería y demás de las nuevas versiones, puedes tener un buen impulso para comprarte un nuevo móvil.
Imagen de portada | Generada con IA
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