Esta semana han sido presentados los resultados financieros de Telefónica y Orange correspondientes al primer trimestre de 2020, con una caída de los ingresos en España con respecto al año anterior del 1,6% y 2,4% respectivamente, en los que la crisis provocada por el coronavirus tuvo un impacto parcial ya que tan sólo sufrieron los primeros 15 días de confinamiento.
A pesar de la caída de ingresos, éstos han sido menores que los últimos datos conocidos por Vodafone, correspondientes al último trimestre de 2019, donde el operador se dejaba un 6,5% de sus ingresos. Habrá que esperar algunos días más para conocer los datos correspondientes al primer trimestre de 2020, pero no auguran mejores cifras que las conseguidas por sus rivales en caída.
Con estos datos, y unos efectos de la crisis que es de suponer que se hagan notar con mayor crudeza el próximo trimestre, los operadores deberán perfilar sus estrategias para los próximos meses teniendo en cuenta la situación de "nueva normalidad" que ya está trastocando los planes a corto plazo, aunque las consecuencias pueden ser de lo más diversas.
Aumenta el riesgo de saturar las redes debido a los datos ilimitados
Pese a que Movistar y Orange se mostraron abiertamente reacios a introducir los datos ilimitados en su oferta como respuesta la disponibilidad en Vodafone desde hace ya un año por considerar que no se trataba de una demanda real del mercado, finalmente Movistar ha sucumbido a los mismos con una oferta de lo más competitiva.
Como aseguraron durante la presentación de resultados, debido a que el consumo se ha disparado durante la crisis, desde Telefónica consideraron oportuno lanzarlas en este momento, haciendo que Orange también precipitase su llegada a las tarifas de sólo móvil.
Aunque la estancia en los hogares inevitablemente ha aumentado durante el confinamiento, no sólo el tráfico de internet en redes fijas ha crecido enormemente sino que el consumo desde las redes móviles también ha supuesto un aumento notable, y a pesar de que la tendencia sigue a la baja desde la primera semana de aislamiento, se mantiene por encima de lo habitual.
Y la llegada de las tarifas con gigas ilimitados, muchas de ellas de manera automática para los que ya eran clientes, provocará que el consumo en movilidad siga en aumento, sobre todo a medida que el desecalamiento continúa produciéndose.
Los operadores tendrán que incrementar, por tanto, la capacidad de sus redes si no quieren sufrir los efectos de la saturación, y el 5G puede ser un buen aliado, aunque las inversiones estarán más comprometidas si los ingresos continúan decreciendo.
Anticipar o no las inversiones en 5G
Vodafone es el único operador que ha comenzado a desplegar 5G de manera comercial, pero se mantiene estancado en 15 ciudades desde que se anunció hace ya un año. El cambio de rumbo tras el abandono del fútbol, parece estar mostrando efectos positivos en las cuentas del operador, que han ralentizado su caída. Si los datos ilimitados y el 5G, entre otros, han ayudado a esta mejora, no parece que paralizar las inversiones para soportar el aumento de tráfico sea una buena idea.
Movistar y Orange ya han mostrado su disposición a anticipar los datos ilimitados pero ahora la duda es qué hacer con el 5G. Uno de los motivos para no iniciar el despliegue comercial por estos operadores ha sido la limitada oferta de teléfonos 5G disponibles, que aunque son algo más baratos que hace un año, su disponibilidad se enmarca principalmente en modelos de gama alta más caros.
La no disponibilidad de espectro en la banda de los 700 MHz que ayude a mejorar la extensión y cobertura en interiores ha sido otro de los motivos por los que Movistar y Orange se han resistido al encendido del 5G, pero con la subasta ahora paralizada, esperar a la banda más baja puede hacerse eterna si el tráfico empieza a aumentar de manera preocupante.
La disponibilidad de la banda en 3,5 GHz podría ser suficiente para comenzar a descongestionar las redes 4G, de manera que los usuarios puedan conectarse al 5G cuando se encuentren fuera de casa o la oficina.
A todo esto se suma que, con una recesión en ciernes, los usuarios no serán tan propensos a renovar sus teléfonos por uno 5G, y probablemente, el low cost seguirá atrayendo mayor atención que las tarifas más caras y completas. Así que tampoco resulta extraño las marcas premium de los operadores, con Movistar a la cabeza, haya establecido el precio de su ilimitada a un precio inferior al que hace pocos meses, el mismo operador se limitaba a una tarifa máxima con 20 GB.
Refuerzo del low cost y fidelidad al fútbol
Con los ingresos a la baja y un 5G que, en una primera fase, puede resultar más apremiante para operadores que para usuarios por ayudar a dotar de mayor capacidad las redes, en el corto plazo no sería de extrañar que los despliegues se ralenticen. Pero los operadores tendrán prepararse en el medio plazo para ofrecer 5G y las inversiones serán igualmente necesarias. No llegar a tiempo al 5G puede ser más perjudicial para el crecimiento futuro que el esfuerzo que supone mantener las inversiones en un momento en el que los ingresos no acompañan.
Los primeros indicios, en palabras de Laurent Paillassot (CEO de Orange España), afirman estar más interesados en priorizar el refuerzo del low cost antes que anticipar la llegada del 5G. En Telefónica se muestran más discretos al respecto, pero desde Vodafone apuntan tanto al low cost como a las inversiones en 5G para encauzar el crecimiento del operador en el futuro pese a ser quienes más han sufrido la caída de ingresos.
Movistar y Orange siguen apuntando al fútbol como apuesta imprescindible para mantener su liderazgo futuro, pero todo podría variar en función de cómo vayan aconteciendo los efectos de la crisis.
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