Viajar por Europa (y fuera de sus fronteras también) puede ser una pesadilla si no tomamos medidas preventivas para evitar que nuestra factura del móvil se dispare. Salvo casos muy puntuales de tarifas en las que se ofrece cierta cantidad de minutos y/o megas en roaming europeo incluido, llamar o navegar desde el móvil cuando viajamos puede salirnos un pico.
Y para que ese pico no sea tan alto algunos operadores ofrecen a sus clientes la posibilidad de acogerse a tarifas o bonos específicos para viajeros, pero parece que esas opciones no son tan interesantes. Si hacemos caso al informe de la CNMC, las tarifas de roaming alternativas que ofrecen los operadores son un 53% más caras que la eurotarifa.
A la espera del ansiado fin del roaming (prometido para el verano de 2017) cuando viajamos por Europa nuestro operador no nos puede cobrar más de 23 céntimos por minuto de llamada emitida, 6 céntimos por minuto de llamada recibida y 24 céntimos por cada mega consumido. Pero además de esa tarifa regulada, llamada eurotarifa, Movistar, Vodafone, Orange y MÁSMÓVIL cuentan con otras opciones de ahorro, ahorro puesto en entredicho por el regulador.
No es problema de los bonos, es el uso que se les da
Según la CNMC con datos del primer trimestre de 2014 las opciones de estos operadores hacen que los usuarios que las eligen paguen 36.4 céntimos por cada minuto de llamada hecha (53% más del precio regulado) y 19 céntimos por minuto de llamada recibida (171% de sobrecoste), por lo que para nada estarían siendo una buena opción para los usuarios.
Viendo los bonos que ofrecen los distintos operadores solo hay una explicación: que los usuarios que contratan esos bonos o tarifas no los usan lo suficiente para rentabilizarlos. Un claro ejemplo de que esa tiene que ser la razón es el bono de datos para roaming de Orange. Éste ofrece 100 megas por un euro, céntimo el mega si se consume al completo, pero si no se consumen al menos cinco megas en el día (su periodo de validez) no es rentable.
Por lo tanto, tiene que haber mucho usuario que contrata bonos sin necesitarlos o que los activan y luego se olvidan de desactivarlos, para justificar las cifras que da la CNMC. No es entonces que los bonos no sean recomendables, sino que muchos usuarios no les están dando el uso necesario para rentabilizarlos.
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