Se supone que en 2012 acabaron las subvenciones. Movistar fue el primer operador que consideró que era insostenible mantener el ritmo de subvenciones que se llevaba hasta entonces, en el que los operadores "regalaban" un móvil a cambio de una permanencia. Los móviles ya no costaban 100 o 200 euros, ya se empezaban a ver teléfonos de 600 euros, y ese regalo ya no era tan fácil de rentabilizar.
Y aunque las subvenciones siguen estando ahí, aunque con más disimulo, parece que su supuesta desaparición no ha hecho que las permanencias desaparezcan. Según los datos del panel de hogares de la CNMC, casi la mitad de los españoles tienen su línea móvil atada por una permanencia, aunque podrían ser más, ya que 13.2% desconocen si tienen una permanencia o no. ¿Las razones para esa permanencia? Igual os suenan.
Aunque hemos pasado de las subvenciones al pago a plazos, la permanencia no ha desaparecido. Aunque el móvil se pague mes a mes, la gran mayoría de los operadores exige una permanencia. Y ello se ve reflejado en que la mayor razón por la que muchos usuarios siguen teniendo permanencia es el acceso un nuevo terminal.
El 57.8% de los usuarios atados a su operador lo están por haber accedido a un teléfono con descuento. Lejos de esa razón está un descuento o condiciones especiales en tarifa (29.3%) o contar con un paquete convergente (22.6%). No podemos comparar los datos con los del boom del teléfono gratis (no hay datos oficiales de la CNMC), aunque podemos imaginar que serían más las líneas atadas por una permanencia. Pero igualmente, vemos claro que el fin de las subvenciones no nos ha traído el fin de las permanencias.
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