Una de las desventajas de la industrialización y posteriormente de la globalización ha sido la contaminación generalizada del aire que todos respiramos. El año pasado la Agencia Europea de Medio Ambiente nos dejaba unas cifras alarmantes: el 21% de la población europea está expuesta anualmente a más partículas finas perjudiciales de las que se consideran seguras y el 8% a más NO2 del máximo permitido.
Se trata de un serio problema que no podemos ignorar y contra el que es muy difícil luchar a nivel particular, aunque sí hay algo que podemos hacer para empezar a concienciarnos y evitar zonas de riesgo con mayor contaminación: conocer en cada momento la calidad del aire que estamos respirando.¿Cómo?
Pues utilizando a nuestro querido amigo el teléfono móvil y sus múltiples posibilidades de acceso a información. Tres son las tendencias que ya están sobre la mesa y que probablemente cobrarán mayor importancia en los próximos años:
Información procedente de la nube...de datos
La conectividad permanente a Internet desde el móvil nos permite acceder a multitud de información y datos en tiempo real sobre diferentes aspectos del entorno. Ya es más que habitual consultar el estado del tráfico en nuestra localidad o la previsión meteorológica, y pronto lo será también la calidad del aire que respiramos o que vamos a respirar al viajar a un lugar concreto.
Para ello se suelen utilizar los datos generados por diferentes estaciones de medición (habitualmente públicas) colocadas en lugares estratégicos de las ciudades, que posteriormente se cuelgan en la Red y que son accedidos, organizados y presentados al usuario de forma sencilla a través de una aplicación.
En España no tenemos mucha costumbre de utilizar este tipo de aplicaciones, pero en países con índices de contaminación muy superiores, como China, son extremadamente populares. ¿Algunos ejemplo? Pues tenemos apps como "Índice de la Calidad del Aire", "Aire! Calidad del Aire Mundial" o "Weather forecast".
También podemos acceder a bases de datos online con información relevante sobre la contaminación del aire en el mundo como la recientemente presentada por Air Quality Index China (AQIC) y que se accede directamente desde el navegador web (consume bastante CPU al hacer zoom, así que cuidado con las baterías si entráis con frecuencia).
Aunque esta forma de conocer la calidad del aire puede servir para hacernos una idea aproximada, no es del todo precisa, ya que no podemos saber si ese "tiempo real" que se publicita lo es de verdad y no solemos tener datos de localidades secundarias más allá de las grandes ciudades importantes.
El móvil como interfaz de mini-estaciones domésticas
La siguiente gran tendencia pasa por convertir al teléfono en una interfaz inteligente y sencilla de pequeñas estaciones domésticas que son capaces de recolectar información sobre el aire que respiramos a nuestro alrededor. La principal ventaja de estos sistemas es que podemos colocar la estación en casa o el trabajo y conocer con exactitud cómo es el aire que nos rodea.
Productos como "Awair" o "Airboxlab" se han lanzado en los últimos años con la intención de facilitarnos la tarea de medición en tiempo real de los contaminantes más comunes y/o perjudiciales para la salud, como CO2, NO2, el monóxido de carbono y varias partículas VOC (Compuestos Orgánicos Volátiles)
Otra de las ventajas de estos sistemas es que con la información recogida y presentada en el móvil son capaces de analizar y proponer soluciones que nos ayuden a mitigar la contaminación en casa, incluso si tenemos conectados a la red inalámbrica otros elementos como termostatos, humidificadores, ventiladores, etc., nos permiten desde el teléfono gestionarlos al mismo tiempo para minimizar la presencia de partículas perjudiciales (por ejemplo activando la extracción de aire hacia el exterior o incrementando la humedad ambiental para que precipiten los contaminantes).
El principal inconveniente que tienen es que necesitamos comprar e instalar un nuevo aparato en casa, algo que no gusta a muchos usuarios, ya que los precios no suelen ser baratos e incluso a veces se requiere de algún tipo de suscripción mensual para el análisis de datos en la nube.
Sensores integrados en el teléfono
La tercera gran opción pasa por la integración directa de sensores capaces de medir la contaminación del aire en el móvil, ya sea por medio de accesorios que podamos extraer cuando no los usemos o bien introduciendo algún sensor en el cuerpo del terminal.
La modalidad basada en accesorios será la más común en el medio plazo. De hecho, ya hemos visto algunos proyectos como este de Barcelona en el que los propios usuarios se encargan de medir la contaminación de la ciudad utilizando un aplique especial para el móvil que hace las veces de medidor. Sin embargo, el verdadero potencial de estos sistemas lo disfrutaremos cuando tengamos sensores integrados, como si de un acelerómetro más se tratase, en el interior del móvil.
El principal problema hasta ahora ha sido el excesivo tamaño y consumo de los mismos, pero hace unos días la universidad australiana RMIT anunciaba un nuevo sistema de medición de partículas de NO2 que podría introducirse en un terminal móvil, abriendo así las puertas a un futuro en el que podamos llevar una estación personal de medición en el bolsillo.
Foto portada | Damián Bakarcic
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