La palabra notificación tiene un punto serio. No obstante, es un término jurídico que hace referencia a una comunicación legal. Así, cuando recibes una notificación de tráfico o de Hacienda, lo normal es que cunda el pánico un poquito. En el mundo de las telecomunicaciones puedes recibir una notificación de tu teleco y que haya nervios, y si hablamos del móvil, se presupone que una notificación es un sinónimo de aviso. La importancia es relativa, en tanto en cuanto que no es lo mismo que sea por una llamada de teléfono, que un email o de Fortnite. Pero hay aplicaciones a las que las notificaciones se les han ido tanto de las manos que se han convertido en una alegoría al cuento de Pedro y el lobo. Y eso se paga.
Una historia real. Juego a padel. Mucho, casi a diario. Buena parte de culpa la tiene la aplicación Playtomic (gratis para iOS en App Store y para Android en Google Play) y lo grande que es Madrid. La idea es que cualquiera que tenga una cuenta en la aplicación pueda abrir o unirse a partidos en los clubes disponibles.
Cuando las aplicaciones pierden el norte...
Y tiene unas notificaciones útiles y otras menos útiles (aunque esto es personal): me parece importante que avise cuando alguien escribe en el chat de un partido o cuando faltan dos horas para que empiece un partido (a modo de recordatorio), pero que por defecto recibas una notificación cuando "tus amigos" (gente que sigues en la app) se unan a un partido es demasiado. ¿El resultado? Un montón de notificaciones al día.
Y una consecuencia: que vaya a los ajustes de mi móvil y desactive las notificaciones de la aplicación del tirón. El problema está en que estoy perdiendo las notificaciones importantes. Así que ayer pensaba que tenía partido a las 21 horas, cuando mi amiga y compañera de partido me escribió para decirme que llegaba justa. Eran las 19:58 horas y yo estaba en el sofá, pensando que el partido era en una hora. Llegué casi 15 minutos tarde. Al terminar el partido, volví a activar las notificaciones, dispuesta a tragar con el bombardeo.
Wallapop y su interpretación de las notificaciones
Las notificaciones de Playtomic son excesivas pero tienen cierto sentido. Otras aplicaciones son directamente deshonestas y hacen uso de esta herramienta para llamar la atención descaradamente. Es el caso por ejemplo de Wallapop. He usado la aplicación de compraventa, pero cuando hace unas semanas me topé con algo así, directamente la borré de mi móvil: a grandes males, grandes remedios. Cuando la necesite, la volveré a instalar. Es lo que tiene utilizar las notificaciones mal.
Al tuit de Javier Lacort alguien responde que dentro de la configuración de Wallapop puede desactivarse los toggles de 'promociones y nuevas funciones' y el de 'consejos y sugerencias'. Y si entras en tu perfil en Playtomic, en 'Ajustes' > 'Notificaciones' también puedes desactivar estas opciones y crear tus propias alertas. ¿El problema? Que tenemos más de 50 aplicaciones instaladas en el móvil, cada una con su diseño e interfaz y que las notificaciones vienen deliberadamente activadas por defecto. Más avisos, más atención, más uso. No es casualidad.
Interfaz de Playtomic
Así que lo normal, especialmente cuando es una app secundaria (vamos, que no es el correo o WhatsApp), es que dejes la configuración por defecto y a lo sumo recurras a los ajustes generales para configurarla. Me niego a tener que conocer la interfaz al dedillo de todas las aplicaciones que instalo, y eso que yo me desenvuelvo con el móvil, porque mi padre o el tuyo se volverían locos. Que las opciones personalizadas de cada aplicación estén presentes y aglutinadas dentro de los Ajustes generales del móvil es misión imposible, pero lo que tendría más sentido es que los equipos de desarrollo de las aplicaciones definieran las notificaciones con sentido común y pensando en quien las usa.
Allá cada cual, pero engañar a tus clientes con una notificación que no lo es o avasallarle a notificaciones irrelevantes activadas por defecto no parece una buena estrategia a largo plazo para generar confianza y adherencia.
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