China es una cosa y Shenzhen es otra historia: centros comerciales por doquier con concesionarios de coches eléctricos como si fueran un Zara, rascacielos y un tejido industrial circundante donde pueden encontrarse los cuarteles de OPPO, Honor, Vivo, entre otros. He estado una semana en la ciudad tecnológica china por excelencia y aunque he quedado sorprendida por lo que allí me he encontrado, al final la diferencia la marcan las cosas pequeñas: lo que más me ha impactado han sido los WC. Y más concretamente, un detalle que occidente debería importar y popularizar desde ya.
Shenzhen de noche
Impacta bastante pasear por una ciudad que de noche se da un aire a Blade Runner City y que al entrar a los servicios de cualquier lugar, lo que te encuentras mayoritariamente es un agujero en el suelo. Vamos, una letrina. Con el tiempo aprendí que si rebuscas entre las cabinas, encuentras un váter clásico. De hecho, paradójicamente me he llegado a encontrar letrinas conviviendo con váteres inteligentes en algunos recintos. Desde luego, este es un país de contrastes donde tradición y modernidad se dan la mano.
Consola de control de un WC inteligente
La solución definitiva a la pregunta: ¿dónde dejo mi móvil?
Pero al final servidora se conformaba con una taza al uso y algo que descubrí en la vasta mayoría de urinarios que visité: la balda para para el móvil. Una de las grandes problemáticas cuando vas a un WC público (o susceptible de ser utilizado por cualquiera) es la de descubrir dónde demonios dejas tus cosas intentando que toquen lo menos posible cualquier cosa.
Así, los ganchitos de las puertas se han convertido en un salvavidas para dejar la chaqueta, mochila y similar, pero ojito con el móvil: no será ni la primera ni la última vez que alguien que lleva el teléfono en el bolsillo acaba con su terminal en el suelo o peor aún, dentro del váter.
Así que para dejar el móvil a buen recaudo, a la vista para evitar olvidos y que además no toque nada potencialmente poco higiénico, me he encontrado con una gran cantidad de cabinas de WC con una pequeña repisa donde poder dejar el teléfono. Como curiosidad, normalmente tienen limitaciones de peso de algo más de 300 gramos, suficiente para dejar incluso los plegables. Bienvenidas sean.
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