La jugada del Gobierno con la nueva Ley de Conservación de Datos le saldrá al final medio torcida. Y es que conocer los datos de los titulares de las tarjetas prepago será obligatorio pero finalmente solo con los nuevos clientes. Quedan por lo tanto 21 millones de tarjetas anónimas en su mayoría, ya que la medida no tendrá carácter retroactivo.
Además, los clientes a los que no afecta esta Ley no tendrán que identificarse cuando realicen una recarga, momento en el que hubiera sido posible sin demasiado gasto, recabar sus datos personales.
Imaginamos que desde las compañías de telefonía se habrá recibido esta noticia con alegría, pues les supone un dolor de cabeza menos y suaviza el impacto económico de esta medida.
Vía | Elpais.