Con frecuencia hablamos acerca de todo tipo de timos y estafas que circulan a través de mensajes de texto o vía telefónica, como los mensajes fraudulentos de Hacienda o las falsas estafas de trabajo que una locución nos ofrece por teléfono. Por supuesto, no todas las estafas tienen lugar a través de Internet o vía telefónica.
Hace tan solo unos días hablábamos acerca de un intento de estafa que circulaba por correo postal y hoy conocemos otro intento de estafa dirigido a los comercios físicos. En esta ocasión, la estafa implica el uso de un billete con una anotación en una de sus caras y puede ser fácil caer si no conocemos exactamente el modus operandi de los estafadores.
El engaño se desarrolla en dos partes con un billete en el que se ha anotado un número de teléfono
Gracias a un vídeo publicado en la cuenta de TikTok del propietario de un restaurante de Sevilla hemos podido saber cómo funciona exactamente este engaño. Tal y como el protagonista de la historia explica en el vídeo del que hablamos, hace tan solo unas semanas intentaron engañarle usando un billete de 50 euros en el que previamente habían anotado un número de teléfono y un nombre.
Al parecer, la estafa de desarrolla en dos partes. En primer lugar, una persona pagó su consumición utilizando el billete de 50 euros que hemos mencionado. Poco después, el segundo de los estafadores pagó una consumición distinta utilizando un billete de 20 euros en el que no se había realizado ningún tipo de anotación.
Nada más salir del local, la persona que pagó la segunda consumición volvió a entrar afirmando que le habían entregado el cambio equivocado: aseguraba que entregó un billete de 50 euros y el cambio era de 20. Para convencer al propietario del restaurante le pidió que comprobase la caja, donde debería encontrar el billete de 50 euros que supuestamente le había entregado momentos antes.
Es aquí donde entra en juego la anotación realizada en el billete, ya que el estafador afirmaba que había un número de teléfono y un nombre anotado en el billete de 50 euros que había utilizado para pagar su consumición. Al comprobarlo, el propietario del restaurante pudo comprobar que era cierto. Ante esta situación es fácil dudar y pensar que hemos cometido en un error, pero se trata de un intento de estafa.
Por suerte para el propietario del restaurante del que hablamos, tenía colocada una cámara de seguridad justo encima de la caja. Con el objetivo de aclarar la situación le dijo a la persona que podían comprobarlo y se dispuso a recuperar la grabación del momento. Fue entonces cuando el estafador se marchó del local sin mediar palabra.
Vía | La Razón
Imagen de portada | Jakub Zerdzicki (Pexels)
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