Continúa la caza de brujas en los Estados Unidos. Ya son muchos los movimientos del país norteamericano contra productos chinos como para no verlo de otro modo: el gobierno de Donald Trump no confía en la tecnología China y tanto Huawei, investigada y bloqueada, como ZTE, con sentencia y castigos aplicados, ya están pagando las consecuencias.
En esta ocasión la acusación y movimiento en contra de los dispositivos de estas dos empresas viene del Departamento de Defensa de los E.E.U.U. que ha decidido ordenar parar las ventas de dispositivos chinos en las tiendas de las bases norteamericanas en todo el mundo.
Un portavoz del Pentágono ha confirmado la decisión del Departamento de Defensa a The Wall Street Journal porque estos dispositivos chinos suponen "un riesgo inaceptable" tanto para su personal, como para su información y misión.
La consecuencia del temor norteamericano es que las tiendas que se encuentren dentro de una de sus bases militares ya no venderán dispositivos de Huawei ni de ZTE. Eso sí, los militares que trabajen en ellas podrán seguir usando los modelos chinos a modo personal si así lo desean, comprando los terminales fuera de las bases, al menos hasta que el Pentágono no decida prohibir su uso también.
Los militares de las bases seguirán pudiendo usar sus teléfonos Huawei y ZTE a modo personal.
En los últimos meses hemos visto movimientos parecidos contra estas dos marcas y esta decisión viene a ser un desenlace inevitable. Al fin y a cabo, los Servicios de Inteligencia de los Estados Unidos ya se habían expresado al respecto (recomendando evitar el uso de dispositivos de las marcas mencionadas) y era inevitable que llegaran acciones concretas que respondieran esa recomendación.
Huawei ha sido el primero en responder a esa información en un comunicado enviado a The Verge:
"Seguimos comprometidos con la apertura y la transparencia en todo lo que hacemos y queremos dejar claro que ningún gobierno nos ha pedido que comprometamos la seguridad o la integridad de ninguna de nuestras redes o dispositivos".
Otro tipo de respuesta del fabricante chino hubiera sido toda una sorpresa y de hecho va en la línea del comunicado que publicó ZTE hace unos días. Será interesante ver si en algún momento alguien del Departamento de Defensa norteamericano puede llegar a probar cualquiera de las acusaciones que estan vertiendo hacia las empresas chinas.
El temor de los gobiernos de países occidentales (E.E.U.U. no están solos en estos recelos) es que el gobierno de China llegase a colocar puertas traseras secretas en dispositivos tan capaces de revelar información sensible como los teléfonos móviles. Nadie quiere que se revelen sus secretos militares, especialmente si se trata de la posición geolocalizada de soldados.
Vía | The Verge
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