Los buscapersonas, beepers, mensáfonos o, simplemente, buscas, no son un dispositivo habitual en nuestros días, aunque tuvieron su público antes de la popularización del smartphone. Admitían la recepción de mensajes, no el envío. Y ya desaparecieron de los operadores móviles; por más que continúen usándose en determinados escenarios, algunos muy polémicos.
Los buscapersonas parecían obsoletos y desaparecidos de nuestras vidas, pero recientemente hemos descubierto un uso que no conocíamos: los milicianos de Hezbolá los utilizaban para recibir órdenes a distancia. Mantenidos bajo una red privada de comunicaciones, todo indica que Israel fue capaz de infiltrarse en dicha red para detonar a distancia los buscas de la milicia, previamente modificados para introducirles explosivos.
Los beepers recuperan el protagonismo debido a las explosiones de El Líbano
Aspecto de los buscas utilizados por Hezbolá y estado tras la explosión. Imagen de Chay Bowes
Pese a que los buscapersonas llevan más de una década desaparecidos de los bolsillos particulares y de los operadores mayoritarios, eso no significa que dejaran de utilizarse. Entornos profesionales como los médicos mantienen redes privadas de comunicación dentro de algunos hospitales. Y, como se ha descubierto tras el ciberataque de Israel, Hezbolá utilizaba los beepers para evitar la posible geolocalización que habilitan los smartphones.
El dispositivo buscapersonas consta de una pantalla, normalmente de cristal líquido y con dos líneas de texto, que recibe mensajes de texto de manera inalámbrica tras haberse conectado a una red de radiofrecuencia compatible con la recepción del propio busca. Antiguamente los beepers se conectaban a las redes de los operadores móviles, hoy en día se conectan a redes privadas y, como ocurría en El Líbano, a menudo secretas.
Según se ha sabido, Israel interceptó una partida de buscas destinada a Hezbolá y los modificó introduciendo un explosivo. El Mosad y el ejército israelí se infiltraron en la red de telecomunicaciones que alimentaba los avisos de los buscas y emitió una señal que activó las detonaciones simultáneas de los miles de dispositivos buscapersonas modificados. Las explosiones provocaron 11 muertos e hirieron a 4.000 personas.
Historia de los beepers o buscapersonas
Imagen de Travers Scott
Muy usados en países avanzados tecnológicamente durante su auge, los mensáfonos parecían reservados a aquellos que necesitaban estar localizables a cada momento y, todo sea dicho, que podían permitírselo. Médicos, directivos, pilotos, operarios de mantenimiento, policías. Pronto se hicieron más populares, pero en sus inicios eran sólo para unos pocos.
Para conocer el origen de los beepers tenemos que remontarnos al año 1921. Fue el año en que se ideó y construyó un dispositivo que permitía a los miembros del Departamento de Policía de Detroit estar localizables en todo momento. Aunque no fue hasta 1949 cuando el gadget pasó a llamarse como tal: mensáfono o buscapersonas. Todo gracias a Al Gross, quien también inventó el walkie-talkie.
Tras el Departamento de Policía de Detroit, los buscapersonas saltaron de profesión: los hospitales se unieron al uso de estos dispositivos; que requerían unas frecuencias muy concretas para funcionar. Éstas se reservaron posteriormente por la FCC, las frecuencias de 152,0075 Mhz y 157.450 Mhz. Aunque éstas se usaron únicamente en Estados Unidos y cambiaban en función del sitio donde se empleaban.
Imagen de Wikimedia Commons
Los buscapersonas fueron evolucionando con el paso del tiempo. Al principio sólo transmitían una sencilla notificación y había que llamar a un número concreto para saber qué quería el remitente. Más adelante empezaron a transmitir el número de teléfono de quien enviaba el mensaje, ahorrando la llamada para conocer ese dato. Finalmente fueron capaces de transmitir mensajes de texto, similares a los SMS.
Los 90 llevaron los beepers a todos los usuarios
Beeper de Coca-Cola. Imagen de Todo Colección
Quienes nacieran al final del siglo XX, y más allá, seguramente desconozcan qué eran los dispositivos buscapersonas (al menos hasta la noticia reciente de El Líbano). Y fue durante los 90 cuando estos dispositivos vivieron su máximo esplendor. Incluso entre los jóvenes, ya que en España hubo una compañía que se encargó de popularizarlos: Coca-Cola.
Mediante un acuerdo con Mensatel, la operadora encargada de recibir las llamadas y transmitir los mensajes, y con Motorola, el fabricante de los dispositivos, Coca-Cola distribuyó en España unos buscas con pantalla LCD que permitían visualizar información en un par de líneas de texto. Vendieron 30.000 unidades.
Para conseguir el beeper había que reunir 15 puntos de las botellas de Coca-Cola y pagar 1.500 pesetas, unos 9 euros (sin tener en cuenta la inflación). La llamada para dejar un mensaje costaba aproximadamente 100 pesetas, 0,60 euros de hoy (sin inflación). Y se convirtió en una forma de tener móvil sin tenerlo. Fue también el principio de su fin.
No están desaparecidos, pero casi
A día de hoy aún se encuentran beepers de todo tipo en webs de venta de artículos de segunda mano, incluido el de Coca-Cola. Son completamente inútiles porque los servicios que permitían su funcionamiento quedaron clausurados, pero se sigue comerciando con ellos por su valor nostálgico. Aún mantienen cierto potencial para ámbitos muy concretos, pero resulta anecdótico.
Los buscas precedieron a los teléfonos móviles y murieron a causa de la popularización de éstos. Podríamos decir que los buscapersonas fueron los padres de los SMS, al igual que éstos lo fueron de la mensajería instantánea actual. El WhatsApp de hoy en día nació hace más de 100 años y lo usaban las fuerzas del orden. Curiosamente, el mismo nacimiento que el actual internet.
Imagen de portada | Wikimedia Commons
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