Desde hace un tiempo, hay empresas que quieren cambiar la forma de interactuar con la tecnología del día a día. El móvil es el rey indiscutible porque es nuestro ordenador, nuestro centro de entretenimiento, nuestra cámara y hasta nuestra herramienta para hacer trámites legales, pero el problema es su pantalla.
Y es un "problema" en el sentido de que es un elemento que puede distraer, aislar del exterior y hasta causar adicción debido al enorme mundo de posibilidades que se nos abre gracias a las aplicaciones. Es por eso que hay dispositivos que no es que quieran acabar con el smartphone, sino ayudarnos a reducir el uso de las pantallas. Estos últimos meses han pegado un acelerón y hay propuestas interesantes, pero con muchas carencias respecto a nuestros smartphones.
Humane AI Pin
Uno de los más llamativos, por ser el más futurista, es el Humane AI Pin. No podemos hablar de un concepto, sino de una realidad que ya tiene fecha de lanzamiento y que llegará por 699 dólares y es un dispositivo que, directamente, no tiene pantalla.
Se trata de un dispositivo del tamaño de un smartwatch que cuenta con dos partes: una batería imantada y un módulo principal. Al separar ambos, podemos pegarlos a través de la solapa de una chaqueta o en una camiseta y es el módulo principal el que cuenta con una cámara gran angular, los micrófonos y la zona táctil.
La IA es una pieza clave y su sistema, llamado Cosmos, se puede controlar mediante comandos de voz. Está todo gobernado por una inteligencia artificial que nos da los resultados y, si en algún momento tenemos que interactuar con alguna aplicación, podemos hacerlo mediante una interfaz holográfica que podemos proyectar en nuestra mano. De hecho, con gestos de nuestros dedos, podemos controlar dicha interfaz.
Podemos poner música, pero todo está enfocado a que, si necesitamos algo, se lo pidamos a la IA… y ya. Es decir, si queremos buscar una información, llamar, mandar un mensaje o conocer el tiempo de nuestra zona, en lugar de interactuar con una pantalla, se lo pedimos a la IA y listo.
Esas respuestas nos las ofrece a través de un pequeño altavoz, por lo que no hay que ir con auriculares Bluetooth todo el rato, pero sí debemos pagar una suscripción mensual de 24 dólares para que el sistema funcione y tenga cobertura. Y sí, para ver las fotos que hagamos, tendremos una aplicación para el móvil.
El Rabbit R1 tiene pantalla, pero está enfocado a los comandos de voz
Esa misma idea de pedir a la IA que nos dé información para reducir el uso de pantallas es la que tiene el Rabbit R1, aunque este sí tiene una pantalla. Es un pequeño dispositivo que conocimos esta semana y que cuesta 199 dólares y sin suscripción mensual.
Tiene capacidad para una tarjeta SIM 4G, por lo que se podría poner la nuestra, una cámara que gira 360 grados, una ruleta de control, una pequeña pantalla táctil que completa la información que nos ofrece la búsqueda que hayamos realizado y un botón que debemos pulsar cuando queramos interactuar con el dispositivo.
El motivo es que todo empieza por un comando de voz que realicemos y la pantalla simplemente funciona como apoyo y como método de confirmación para cuando, por ejemplo, queremos contratar un Uber o ver la lista de reproducción de Spotify.
Sí, aparte de pantalla, también tiene aplicaciones, pero son pocas y, como decimos, todo depende de los comandos de voz.
Anillos y nuevos relojes sin pantallas
No sólo hay dispositivos que quieren acabar con esa dependencia de las pantallas en los smartphones, también en los wearables del día a día. Un ejemplo son los anillos inteligentes que llevan años entre nosotros, pero que es ahora cuando pueden empezar a popularizarse de verdad.
La función de estos anillos es muy similar a la de nuestros smartwatches: miden nuestras constantes, pero todo con sensores ubicados en eso, en un anillo. Podemos llevarlo puesto todo el día y, si necesitamos consultar algo, entonces es cuando debemos ir a la aplicación del móvil para ver nuestras constantes.
Como digo, llevan años entre nosotros, pero no eran dispositivos baratos y, además, había que pagar una suscripción mensual. Ahora, están llegando dispositivos como el Ultrahuman Ring AIR o el Amazfit Helio Ring que son algo más asequibles y que no requieren una suscripción para funcionar.
Es un concepto similar al del Nowatch. Este sí tiene forma de reloj, pero lo que ves que parece una pantalla es, realmente, una pieza de metal o una piedra. Se llama disco y la idea es que vayamos cambiando entre ellos dependiendo del conjunto que tengamos. Se compran de manera individual y no son baratos, vaya.
En la parte inferior tiene todos los sensores necesarios para medir nuestras constantes, pero su estética es la de un complemento que sí, parece un reloj, pero no nos va a dar la hora. Para mirar los datos, de nuevo, necesitamos una aplicación que tendremos en el móvil.
Una buena idea, aunque se necesita fuerza de voluntad
La inteligencia artificial va a impulsar que aparezcan más dispositivos como el Rabbit R1 o el Humane AI Pin. Gracias a sistemas que funcionan con modelos de lenguaje avanzados y que reconocen los comandos de voz complejos mejor que los asistentes actuales, parece que quien quiera reducir el uso de las pantallas tendrá un buen sustituto, al menos para las funciones básicas como comunicarse o conocer información.
Y es que, es lo que tienen en común todos estos dispositivos. Aunque alguno de ellos se haya postulado como el futuro de los teléfonos móviles, se sigue necesitando un móvil (o una pantalla) para consultar algunos datos, y parece complicado que un dispositivo sin pantalla sustituya a nuestro teléfono.
Ya no es sólo la conveniencia de tener un ordenador en el bolsillo, sino que muchos de nuestros quehaceres, ocio y herramientas de comunicación dependen de un sistema de aplicaciones ligado de forma muy estrecha al uso en una pantalla. Eso es algo que, creo, tardará en abandonarnos. Si es que lo hace a medio plazo.
Por otro lado, este tipo de dispositivos, si de verdad funcionan como prometen, me parecen una genial idea para reducir adicciones y, sobre todo, para perder menos tiempo. Y es que, muchos vamos al móvil a ver algo concreto y terminamos en una aplicación diferente haciendo scroll infinito.
Lo que sí pienso es que, aunque estén lejos de sustituir al móvil, sí pueden servir para reducir mucho el uso de pantallas y para ayudar en el día a personas que, de forma muy consciente, busquen eliminar una adicción.
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