Usar un dispositivo externo tipo Fire TV, Apple TV u otro (hay una larga lista de opciones que puedes comprar) para convertir cualquier televisor con HDMI en un smart TV es un hecho, pero hay otras razones que pueden llevarte a usar estos gadgets en lugar tu televisor y para muestra, mi caso: tengo una smart TV con Android TV 4K de 55 pulgadas comprada en 2020 en plena pandemia y sin embargo llevo unos meses con un Chromecast con Google TV. Sí, mi televisor es relativamente moderno y Android TV y Google TV no suponen un gran diferencia entonces, ¿por qué para el streaming ya no uso mi televisor? Te lo cuento.
Más velocidad y rendimiento
Da igual que no sea un modelo demasiado viejo, mi TCL me costó unos 300 euros, por lo que estamos ante un televisor de gama de entrada con lo que ello implica: sí, buena relación calidad precio, pero también un hardware modesto bajo el capó. Y en cuanto empecé a usar de forma intensiva sus servicios de smart TV lo noté: lentitud a la hora de cargar contenido, reproducciones a saltos, listas que no se cargan.
Para salir de dudas, tomé los datos técnicos en bruto y busqué pruebas sintéticas: comprobé que mi televisor monta un chip RealTek RTD2851 con 2GB de RAM. También el Google TV con Chromecast 4K que tengo tiene 2GB de RAM, pero en este caso una CPU Quad Core A53 1.8 GHz. Los benchmarks del Chromecast con Google TV fueron contundentes: era el doble de rápido que mi TV, lo que me decidió a la compra. Lo constaté con el primer uso y ahora no hay lugar a dudas: si tienes un smart TV de gama de entrada o media o que ya tiene unos añitos a las espaldas, no hace falta una gran inversión para encontrar dispositivos externos para tu TV que mejoren su rendimiento.
¿Cómo puede ser que un dispositivo de incluso menos de 50 euros rinda mejor? Porque tu televisor tiene muchas más misiones al margen de ofrecerte una buena experiencia con la navegación entre plataformas y el streaming, como por ejemplo la calidad de imagen. Así que tiene sentido que el fabricante haya destinado su propuesta a reforzar otros apartados y a cambio, tenga un procesador más modesto. En cambio la principal razón de ser de un dispositivo externo es ofrecer una buena experiencia en los servicios de smart TV.
Mejor conectividad
El problema del hardware modesto o de inferior calidad también pasa factura en la conectividad, algo que ya había descubierto a la hora de reproducir contenido y encontrarte con pixelados y retrasos, pero que ahora se ha acuciado: desde hace unas semanas aparece de vez en cuando mensaje puntual un mensaje de Wi-Fi no disponible.
No es un problema de cobertura, en tanto en cuanto el Google TV Chromecast no lo sufre ni otros dispositivos que están al lado de la tele y que sí que pueden conectarse. Puede ser que la tarjeta de red no funcione bien, pero también los componentes de red no tengan una calidad suficiente para una buena experiencia, o al menos no tan cuidados como otros elementos del electrodomésticos.
Ojo porque aunque esto puede ser crítico en smart TV modestas como la mía, es un mal relativamente frecuente que puedes encontrar incluso en modelos premium como el LG OLED C3 por ejemplo, que tiene un Ethernet más lento de lo que cabría esperar y en algunas versiones implementa Wi-Fi 5 en lugar de Wi-Fi 6E, es decir, con protocolos más antiguos.
Aquí dependerá del dispositivo externo para el televisor que compres: en mi caso no fue difícil superar el funcionamiento de los componentes de red para una experiencia más rápida y estable, pero en otros casos quizás tengas que optar por dispositivos con lo último en conectividad. Por ejemplo, podrías optar por el Fire TV Cube, con Ethernet y Wi-Fi 6E tribanda.
Un sistema operativo mejor y con más aplicaciones
Mi experiencia con Android TV dejando lo anterior al margen era buena, pero la evolución a Google TV nos ha gustado todavía más. Sí, es posible pasar de Android TV a Google TV, pero ya que necesitábamos un dispositivo para el televisor, nos parecía importante que tuviera un sistema operativo que fuera ágil y completo. Y si hay algo que me guste más que Android TV, eso es Google TV.
En nuestro caso esto fue una cuestión menor, pero también podría darse que hubiera comprado un televisor de una marca que apueste por un sistema operativo minoritario y poco depurado que ofrezca una experiencia mejorable, quizás en fluidez, diseño, sencillez, personalización o solución de problemas.
Google TV/ Android TV son plataformas bastante extendidas y con actualizaciones frecuentes, algo importante para disponer de las últimas funciones y parches de seguridad, pero también con otras ventajas como que haya más equipos de desarrollo interesados en crear apps y en actualizarlas. O lo que es lo mismo: que hay más aplicaciones operativas, ya sea de streaming, pero también de utilidades.
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