Ha llegado finalmente el esperado 2 de agosto y Samsung ha cumplido su palabra, ya tenemos entre nosotros el nuevo Samsung Galaxy Note 7, saltándose así el número que le correspondía por generación para equipararse a la línea S, que este año tiene como principales exponentes al Samsung Galaxy S7 y a su hermano curvo, el Edge.
Como cada año, toca preguntarse qué mejoras ha implementado Samsung en su retoño de 5,7 pulgadas pues no hace ni seis meses desde el lanzamiento de los flagships que llegaron en el MWC de Barcelona. ¿Se justifica el salto? ¿Merece la pena que abandone un S7 para hacerme con el Note 7? ¿Qué cambia realmente de un teléfono a otro? Vamos a verlo paso a paso.
El Galaxy S7 frente al Galaxy Note 7 en potencia
Samsung se sube al carro de los mejores procesadores de Qualcomm en cada generación y también suele equipararse en potencia con sus propios chips, los Exynos. Desde hace ya varias generaciones vienen llegando al mercado dos versiones de cada flagship, dirigidas a mercados diferentes y portando chips diferentes.
En el caso del Galaxy S7 y el Galaxy S7 Edge, Samsung apostó por el Qualcomm Snapdragon 820 de cuatro núcleos a 2,2GHz, un chip con dos parejas de núcleos Kryo y con la GPU Adreno 530. También hubo versión Exynos con el 8890 Octa, un nuevo procesador de ocho núcleos de la factoría coreana a 2,3GHz y 1,6GHz. En este caso Samsung recupera el Exynos 8890 para el Galaxy Note 7.
Samsung vuelve a elegir el Exynos 8890 para su nuevo flagship. La potencia de los ocho núcleos a 2,3 y 1,6GHz construidos en 14 nanómetros seguirá al frente de los terminales de Samsung al menos seis meses más. Seguramente el futuro Samsung Galaxy S8 y todos aquellos que le acompañen en febrero del próximo año porten un nuevo Exynos, amén del Snapdragon 830, pero por ahora todo se queda como está.
Mismo procesador, mismos 4GB de RAM pero, ojo, el doble de memoria interna. Otro salto que da el nuevo Samsung Galaxy Note 7 es que apuesta por un modelo básico con 64GB de almacenamiento interno y un salto a otro modelo superior con 256GB. Así que cuando los precios sean oficiales y toque compararlos, deberemos hacerlo con los modelos superiores del S7 y el S7 Edge.
La pantalla, un nuevo Edge ha llegado
El que las pantallas curvas de Samsung aparezcan ya en todos sus flagships muestra que se trata de un producto maduro y que en el fabricante confían en él. Por eso vimos llegar a primeros de año el modelo S7 Edge de 5,5 pulgadas y por eso ahora tenemos un nuevo panel de 5,7 pulgadas curvas para el Galaxy Note 7, siempre Super AMOLED.
La gran novedad aquí, aparte del evidente descenso en la densidad de píxeles al tener la misma resolución, QHD, y más diagonal, es que en esta ocasión tenemos un modelo único. El mercado que el pasado año se repartieron el Note 5 y el S6 Edge Plus queda este año a disposición del Samsung Galaxy Note 7. Una mayor diagonal, una pantalla curva por ambos extremos y todo el potencial de su S Pen, algo de lo que no disfrutó el S6 Edge el pasado año, por ejemplo.
Así, en cuanto a dimensiones la cosa tampoco ha variado demasiado. Tenemos 150,9 x 72,6 x 7,7 milímetros en el S7 Edge frente a 153,5 x 73,9 x 7,9 milímetros en el Galaxy Note 7, mientras que el peso aumenta de 157 a 169 gramos. En esta ocasión sí hay diferencias con el S7 original, pues su panel de 5,1 pulgadas lo hace más compacto y ligero.
Las cámaras se mantienen
Ya el año pasado se colocaba al S6 y al S6 Edge como dos de los candidatos a obtener la mejor cámara en un smartphone del 2015, compitiendo muy de cerca con los iPhone y con un LG G4 que sorprendió a propios y extraños por la calidad de sus fotografías. Este año la cosa ha mejorado y Samsung ha pensado que sería mejor mantener el mismo hardware para la segunda mitad del año.
Así, el Samsung Galaxy Note 7 respeta los sensores equipados tanto en el Samsung Galaxy S7 como en el Samsung Galaxy S7 Edge. 12 megapíxeles a la espalda con apertura f/1.7 y estabilizador óptico junto a otro sensor de 5 megapíxeles, también con apertura f/1.7, para la parte frontal. Cámara frontal que se encuentra entre las mejores cámaras para selfies del momento.
Mismos sensores, mismo procesado, en el apartado fotográfico no hay ninguna diferencia entre los tres terminales, pudiendo estar seguros de que apostar por cualquiera de ellos es hacerlo por una cámara de muy buena calidad, veloz y que responderá en prácticamente todas las situaciones, incluidas aquellas con menos luz que tan problemáticas resultaban hasta hace prácticamente una generación de smartphones.
¿Y qué tal la autonomía?
Aquí es donde nos topamos con un dato que posiblemente sea motivo de discrepancia entre los seguidores y contrarios a la marca coreana. Sin haber cambio de procesador y con una pantalla ligeramente superior, es lógico suponer que el consumo será más elevado pero en Samsung han apostado por compactar la batería.
Los 3.600 mAh del Galaxy S7 Edge se convierten en sólo 3.500 mAh en el Galaxy Note 7. No es que la autonomía del primero fuese mala sino más bien al contrario, pero sobre el papel puede que nos encontremos con un tiempo de uso menor que sólo podremos contrastar cuando podamos realizarle un análisis exhaustivo.
Si el procesador repite, también lo hacen las características que aporta así que tendremos carga rápida. Pero ojo, el apartado de carga lleva implícito algo relacionado a su vez con la conectividad. Para el Note 7 se ha apostado por un puerto USB tipo C, así que podemos decir adiós a los microUSB en los flagships de Samsung.
Entonces, ¿qué hay de nuevo en el Note 7?
Aparte del USB tipo C que ya hemos comentado, de la presencia del stylus S Pen que acompaña a los Note desde su primera generación y del obvio aumento de la diagonal de pantalla respecto al S7 Edge, el nuevo Note 7 cuenta con un sensor biométrico extra, el escáner de iris, que aportará un punto extra de seguridad al equipamiento ya existente.
Si somos fanáticos de la seguridad en nuestros smartphones, el escáner de iris se une al lector de huellas dactilares que ya portaban ambos modelos del S7. Con un sencillo escaneo de la cámara frontal podremos desbloquear el teléfono y acceder a información sensible, además de poder autorizar pagos con él.
El lector tiene sus limitaciones, como también lo tienen los lectores de huellas, pero abre la puerta a que futuros smartphones de Samsung también lo implementen. Por cierto, el nuevo Note 7 cuenta con cuatro colores: Blue Coral, Gold Platinum, Silver Titanium and Black Onyx. ¿No lo habíamos mencionado?
¿Cuál debo comprar?
Difícil decisión si no hemos dado el salto a un nuevo terminal de primera línea este año o si estábamos esperando a este nuevo Note 7 para hacerlo. No cabe duda de que las diferencias son pocas entre los tres, sobre todo a nivel de potencia, así que lo ideal será que lo decidamos en base a nuestras preferencias personales. Los tres son sumergibles, o mejor dicho resistentes al agua, por lo que ese factor no será definitivo.
Si queremos un smartphone manejable, la elección debe ser la del Galaxy S7. Si queremos perder algo de ergonomía pero ganar superficie de pantalla, el S7 Edge será nuestro amigo. Si vamos a aprovechar el S Pen o si buscamos más seguridad, recurriremos al Galaxy Note 7. En cualquier caso los tres aportarán la máxima potencia del momento.
Samsung parece haber encontrado un buen equilibrio entre el rendimiento general y las especificaciones y de ahí que haya tan pocos cambios en este nuevo Samsung Galaxy Note 7. El phablet de los coreanos cuenta sin embargo con una ventaja, no tiene realmente smartphones que compitan con él de tú a tú y sigue reinando en su gama.
Los flagships de Samsung de 2017, cara a cara
5 megapíxeles f/1.7 |
5 megapíxeles f/1.7 |
5 megapíxeles f/1.7 |
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152 gramos |
157 gramos |
169 gramos |
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Lector de huellas dactilares MicroUSB |
Lector de huellas dactilares MicroUSB |
Lector de huellas dactilares USB tipo C Escáner de iris |
En Xataka | Samsung Galaxy Note 7, mucha herencia del Galaxy S7 y un puntero como arma
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